Cortas historias con nuestro revolucionario favorito, sin nada más que decir empecemos 7u7.
3er libro de One-Shots con personajes de One Piece.
- Se aceptan pedidos, siempre abiertos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Tn =Tu nombre)
Tn veía su reflejo por aquel espejo demasiado hermoso, su vestido blanco era precioso y sus amigas se habían encargado del hermoso peinado y maquillaje, la corona de flores en su cabello aún llevaba consigo la fragancia desprendida por aquellos pétalos.
No estaba nerviosa y no sabía por qué, toda su vida creyó que jamás se casaría y ahí estaba, con un vestido de novia a punto de contraer matrimonio con Sabo, el chico que le había robado una parte de su alma.
La propuesta fue bastante graciosa, casi se ahoga con el anillo que Sabo había ocultado en el pastel de chocolate que tanto le gustaba a Tn, jamás volvería a comerlos como antes, ahora masticaría con mucho cuidado.
Tardó varios segundos en contestar, y no, no es que no amara a Sabo sino que casarse nunca fue una de sus metas ni un sueño que anhelaba pero Sabo estaba arrodillado frente a ella con el anillo más reluciente del mundo pidiendo su mano y por supuesto dijo que sí.
Vivi, la mejor amiga de Tn, entró a la habitación.
- Te están esperando...
- Vivi, ¿Crees que esto me haga feliz?
- Por supuesto que sí. Sabo es el chico más lindo del mundo, están destinados.
Tn salió de la habitación y Vivi se adelantó. Decidieron casarse en el jardín de la mansión de la familia de Sabo, había suficiente espacio y era realmente agradable aquel lugar.
Todos guardaron silencio en cuanto la vieron salir de aquella puerta con su hermoso vestido y un ramo de flores que llevaba entre sus manos. Roger, el padre de Tn, la tomó del brazo y ambos comenzaron a caminar en dirección a aquel lugar donde se encontraba Sabo viendo con cariño a su novia.
Todos se levantaron de su asiento y sonrieron al ver a Tn, la chica tomó con fuerza a su padre y siguieron caminando. Finalmente llegaron y Roger le dio un beso en la frente a su hija y le dejó frente a Sabo.
- Cuida bien a mi hija.
- Puede estar seguro de eso.
Ambos se miraron con una sonrisa en el rostro y el padre comenzó a hablar no sin antes indicarle a todos que tomaran asiento.
