ATARDECER ;; Inazuma Eleven ✓

24.

Tras esperar una media hora en el parque de la Torre, tres personas llegaron haciendo que Jude y Byron se levantasen, Aiden no comprendía nada.

- Aiden... - El pelinaranja se sorprendió al ver allí a Caleb.

- ¿Caleb? ¿Qué haces aquí? – El mohicano desvió la mirada – Y vosotros...Os recuerdo, sois de la Royal.

- David, Joe, siento molestaros, pero tenemos que hablar – El tono de Jude era muy firme.

- No te preocupes. ¿Es sobre él, verdad? – Byron asintió, Aiden todavía no entendía nada.

- Ayer cuando llegamos, él pasó cerca de nosotros y tocó el hombro de Aiden... Estoy totalmente seguro de que era Ray Dark, y no pienso dejar que le haga nada – Los brazos de Byron rodearon el cuerpo de Aiden.

De pronto, el móvil del rubio sonó. Aiden lo sacó de su bolsillo y miró la pantalla sorprendido, todos le observaban algo confusos.

- Byron, es una videollamada de Shawn – Al oír ese nombre, el rubio se apresuró a responder y colocar el móvil en un lugar donde todos pudiesen ver la pantalla.

- ¿El capitán del Alpino? – David y Joe se miraron entre ellos algo confusos.

- Hola Shawn. Me alegro de verte aunque sea a través de una pantalla – El peligris sonrió antes de que su rostro volviese a ponerse serio - ¿Habéis logrado averiguar algo?

En el momento en que Byron dijo eso, un chico apareció junto a Shawn captando la atención de Aiden. Era albino igual que Bryce, pero lo que más llamó su atención fue un pequeño mechón azul que resaltaba al igual que sus ojos azules.

- Las sospechas de Froy eran ciertas después de todo – El chico suspiró antes de volver a mirar a la pantalla.

- ¿Te refieres a lo que me dijiste? – El pelinaranja miraba a Byron en todo momento.

- Si, Shawn y yo hemos logrado comprobar que Ray Dark está trabajando con mi madre... Fueron ellos los que causaron el accidente de mi hermano y los padres de Shawn y Aiden – Esas últimas palabras lograron captar la atención del menor de los hermanos.

- Así que es verdad que ha salido de la cárcel... - Lo que David dijo logró que todos enmudeciesen.

- Ni siquiera dudo de que Irina sea quien ha pagado su fianza, todo para poder tenerle de nuevo bajo su poder – Todos escuchaban atentamente.

Después de un tiempo, Aiden terminó por retirarse de aquel lugar, no comprendía nada de lo que hablaban y comenzaba a estresarse. No entendía quién era Ray Dark, no entendía por qué Byron le tenía tanto miedo, no entendía por qué decían que corría peligro.

Caminó en silencio hasta que vio a cierto albino unos metros por delante, no dudó antes de echar a correr hacia él.

- Ah, eres tu Aiden, no esperaba verte solo, pensé que estabas con Byron – El menor suspiró mientras se encogía levemente de hombros – Claude me dijo que querías hablar conmigo, ¿te parece bien ahora?

- Está bien – El mayor sonrió mientras ambos seguían caminando juntos.

Al cabo de unos minutos ambos habían llegado a Don Sol. Bryce le guió hasta que acabaron en el jardín, no había nadie allí a pesar de la tranquilidad que daba aquel lugar. Después de unos segundos en silencio, Aiden terminó por contarle al albino su situación con Kevin y su conversación con Claude, Bryce le escuchaba en silencio.

- Claude hizo bien en decirte que hablases conmigo, creo que soy quien más podría ayudarte de todos – El coreano sonrió con sinceridad, Aiden hizo lo mismo – Entiendo que estés preocupado y que no te agrade que esto se sepa, pero creo que lo mejor sería que hablases con Byron, al fin y al cabo estáis saliendo juntos.

- Claude también me dijo eso, pero no sé, siento que Byron ya tiene bastante como para que yo le dé más problemas – De pronto sintió la mano del albino sobre su hombro.

- Escucha Aiden, si realmente funcionáis como pareja, Byron hará caso a lo que digas y te apoyará, pero si supone un problema para él que le digas cómo te sientes o detalles de tu pasado como este es que vuestra relación no funcionará nunca – El pelinaranja asintió con la cabeza baja.

- Eso lo entiendo, pero no sé, no quiero cargarle con más peso todavía – Bryce sonrió levemente.

- Eres como yo cuando era pequeño. Jamás le contaba nada a los demás porque sentía que solo molestaba, pero fue Claude quien me hizo abrir los ojos y ver que eso no era lo correcto, por eso ahora intento hacer lo mismo contigo – Aiden le observó sorprendido antes de sonreír levemente, agradecía la preocupación.

- Está bien, hablaré con él – De pronto, algunas gotas cayeron sobre su mano - ¿Qué? ¿Lluvia?

- Ven, refugiémonos dentro, parece que va a haber tormenta – Ambos entraron al orfanato viendo como la lluvia se intensificaba.

No pasó mucho hasta que Claude, Xavier y Jordan se reunieron con ellos en el salón del orfanato. Los cinco hablaban de cualquier cosa mientras miraban disimuladamente por la ventana, más de una vez se habían asustado por culpa del destello de los rayos y el fuerte sonido de los truenos.

- Parece que esto va para largo, un par de horas por lo menos... - La deducción de Xavier hizo suspirar a todos, si había tormenta no podrían salir a jugar al fútbol.

Cuando la tormenta empezó a aminorar levemente, Aiden miró en un reloj de la pared qué hora era: casi  las once de la noche. Poco después de separarse de Byron y los demás, su móvil se había quedado sin batería, por lo que aunque quisiera no podría llamar al rubio.

Mientras esperaban a que la tormenta cesara, los chicos se divertían jugando al UNO. Era cierto que había algunas pequeñas discusiones por algunas jugadas, pero todos se divertían como niños pequeños.

- Mirad, la tormenta está cesando – Todos miraron a través del cristal, realmente la lluvia comenzaba a detenerse.

- Deberías aprovechar para volver a casa Aiden, es muy probable que en un rato la cosa vuelva a empeorar – El pelinaranja asintió mientras se levantaba y despedía de todos.

Para su suerte, Lina se ofreció a llevarle a casa, la peliverde había pensado en la probabilidad de que volviese a llover y no le gustaba la idea de que Aiden estuviese en medio de la tormenta.

Cuando llegó a casa, entró mirando el reloj de la entrada. Era casi medianoche, pero había luz en la cocina, algo para nada común.

''Tengo un mal presentimiento...''