XVIII

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—Emilia, yo no sé que decirte—confesó con tristeza, no le salían palabras, pero tenía tantos sentimientos encontrados.

—Sólo quiero que me perdones, no ahora, pero me gustaría que fuese más adelante—le suplicó aún con lágrimas en sus ojos, no quería soltarla.

No quería dejarla ir.

—Debemos regresar, no me gusta dejar a Ester sola por mucho tiempo—comentó mientras giraba desde su misma posición y dejó un beso en la frente de la ojiazul—Sé feliz, de verdad lo digo y si ese hombre es tu felicidad, hazlo, pero si no es el correcto, llegará la persona correcta, Lia—le dio una sonrisa antes de alejarse de ella e ir en busca de la española.

Emilia tomó la misma posición de ______, y continuó con la vista perdida, ni siquiera notaba que John rondaba por el lugar con seriedad, desde que la vio cerca de aquella mujer lo entendió todo.

Era la ex de Emilia.

—Es una noche muy linda para que estés tan sola en este lugar—comentó muy serio desde el umbral, la británica dio un pequeño brinco del susto al oír la voz ronca interrumpir sus pensamientos.

—Quería un poco de aire—mintió mirándolo de reojo y continuó en la misma posición, debido al silencio el ojiazul se acercó a ella, sus pisadas no lo hacían ser discreto, mucho menos el sonido de las llaves de auto.

—Yo sé que estabas con aquella mujer, y quiero decirte que me duele ver que aún la amas, pero lo entiendo. Yo también estuve en tu lugar en mucho tiempo—susurró una vez que estuvo cerca de la castaña—Supongo que en el corazón no se manda—sonrió levemente antes de sacar una fotografía que llevaba consigo y se la extendió a Emilia, quien se sorprendió al ver lo feliz que se veía John—Ella fue mi primer amor, la conocí en la Universidad, ella tenía un trabajo de medio tiempo en un bar cerca de ahí, aún recuerdo esa vez que me atreví a hablarle—se recargó de espaldas en el barandal para que la ojiazul lo pudiese ver mejor y poder escuchar acerca de la historia.






John miraba a la chica desde la mesa mientras jugaba con la servilleta que tenia entre manos, hoy sería el día en el que hablaría con ella y le pediría su número, se levantó tan seguro de su lugar y se acercó a ella, pero uno de los chicos más prepotentes del lugar interrumpió su paso.

Oye, preciosa. ¿No te gustaría acompañarnos a mí y a mis amigos a otro lugar?—preguntó con una sonrisa prepotente, y vio a sus amigos, quienes se reían y se abrazaban emocionados por ver la interacción.

Brian, ya te dicho que no y que no me vuelvas a molestar mientras trabajo—continuó limpiando la mesa con seriedad, ignorando que el chico se había enojado por su rechazo.

Megan, por favor. Sólo será una salida divertida—levantó el tono de voz en lo último y sus amigos comenzaron a gritar y a decir:

"La vamos a pasar bien"

"No seas aguafiestas y ven a divertirte"

"La pasarás bien conmigo"

La ojiverde miró con asco al grupo de chicos y continuó con su trabajo, Brian supo en ese momento que lo había rechazado, pero seguía en la misma posición hasta que John decidió intervenir al ver a más personas ingresar al bar.

Megan, atiende a los clientes que acaban de llegar y yo terminaré de limpiar aquí—dijo el chico al acercarse a la pelinegra y tomar el trapo que tenía entre manos, la ojiverde lo miraba con el ceño fruncido hasta que vio de reojo al castaño mirar la escena con seriedad.

Gracias, ya se habían tardado en llegar—respondió refiriéndose a los clientes—Deja de invitarme a salir—le pidió con quinta vez en la semana antes de ir hacia la mesa y darles una sonrisa antes de tomar sus ordenes.

John continuó limpiando para hacerle creer al chico que trabajaba ahí y llevó la charola con trastes hasta la barra, en donde uno de los chicos lo tomó y lo mandó a la parte trasera, notó que Megan se acercó a él con una pequeña nota en mano.

Muchas gracias por tu ayuda, es la quinta vez que me hace el mismo drama y la verdad... Ya me tenía harta—le contó con pesar, desde que inició a trabajar en el bar, muchos chicos querían tener otras intensiones con ella, pero se daba a respetar y rechazaba las invitaciones aunque algunos salieran tan insistentes como Brian.

No hay de que, haría lo mismo con mi hermana si algún chico se llega a comportar como aquél—movió su cabeza en dirección al castaño, el cual ya se dirigía a la salida con sus amigos.

Soy Megan—extendió su mano con una sonrisa.

John—estrechó su mano con la de ella, no tardó en corresponder a la sonrisa.








—Fue bueno mientras duró—suspiró con una sonrisa, a pesar de todo, esa chica había marcado su vida.

—¿Qué pasó con ella?-—preguntó Emilia con una sonrisa, al notar que John aun seguía enamorado de aquella chica.

—Me ayudó a conseguir trabajo en el bar, y fue un largo pero lindo año hasta que ella se graduó, estuvo yendo por unos meses hasta que dejó ir y no supe más de ella—se encogió de hombros, pero se sentía tranquilo porque aún tenía una foto de ella consigo.

—¿No tenías su número de teléfono?—frunció el ceño, se sentía confundida.

—En ese tiempo yo no tenía teléfono, unos chicos creyeron que era divertido arrojarlo desde el cuarto piso del edificio—rió al recordar como esos chicos quisieron huir de él y no pagarle por el daño de su celular.

—Deberías buscarla—respondió Emilia antes de abrazarlo.

—Me quedo mejor contigo—susurró mientras rodeaba su cintura con sus manos y posaba su mentón en cabeza.

Se sentía afortunado.

𝑪𝒐𝒏𝒕𝒓𝒐𝒍 | ᴇsᴛᴇʀ ᴇxᴘᴏsɪᴛᴏ/ᴛᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora