El expreso y la selección:

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Era el 1 de Septiembre, la estación de King Cross estaba abarrotada de gente. Los alumnos de Hogwarts pululaban junto a sus padres llevando sus carros llenos de equipaje, cientos de conversaciones diferentes se podían escuchar por todo el andén 9 3/4, nervios y expectación palpables en el ambiente.

En medio de todo ese bullicio se encontraba Harry esperando apoyado contra el muro del fondo, sus ojos verdes observando el panorama.

El chico llevaba unos pantalones y zapatos negros, una camisa verde y una chaqueta negra encima de ella. Sus ojos verdes iban analizando la multitud en busca de alguien mientras su cabello azabache, largo y desordenado, se balanceaba por la ligera brisa de la mañana.

A pesar de que estaba atento, el joven no se percataba de la atención que estaba reuniendo, principalmente por parte de las mujeres. A sus 11 años, midiendo 1'58 y con una buena musculatura que era claramente perceptible bajo sus ropas, se había convertido en un chico apuesto que reunía la atención de chicas que eran 2 o incluso 3 años mayor que él.

Su búsqueda finalizó cuando vio a la persona que buscaba.

"¡Sia!"

La chica en cuestión corrió a abrazar a su mejor amigo, generando una oleada de celos por parte de las féminas cuya atención se había centrado en Harry. Cassiopea Malfoy se estaba convirtiendo en una bella mujer en ciernes, vestía unos pantalones largos de color canela y una chaqueta azul marino que no era suficiente para disimular su figura creciente.

"Jovencita, ¿no te olvides de algo importante?" se escuchó una voz tras la niña.

Ambos se giraron y vieron a Narcissa Malfoy sosteniendo el encogido baúl de Sia, que en sus prisas para abrazar al chico que consideraba su hermano, lo había dejado olvidado junto a su madre.

"Hola tía Cissi."

"Hola querido." dijo la mujer antes de imitar a su hija y darle un abrazo al niño al que había llegado a considerar como su propio hijo.

La mujer no había cambiado nada, seguía poseyendo esa belleza etérea que la caracterizaba. En los dos últimos años había llegado a conocer al chico con mayor profundidad, al igual que su hija, y no pudo evitar quererlo como si fuese de su propia sangre, A medida que la relación con su hijo Draco se fue deteriorando día tras día, su relación con el pelinegro se hizo más cercana.

Separándose del chico, buscó con la mirada al último integrante de su pequeña e improvisada familia.

"¿Dónde está tu abuelo?"

Harry le dedicó una pequeña sonrisa de disculpa.

"Tenía unos asuntos que atender, además, no sería prudente por su parte aparecer en un lugar tan concurrido."

Desde su aparición en el banco 4 años atrás, Salazar se había dedicado a ampliar su influencia política y económica, tanto en Gran Bretaña cómo en el resto del mundo mágico.

El anciano había invertido en varias empresas, tanto mágicas como muggles en nombre de las casas Black, Peverell, Bellona y Slytherin (con el conocimiento y permiso de su nieto, claro.) y reunió a un grupo selecto y digno de confianza para empezar a reunir contactos y cobrar favores para así ampliar su poder y el de su nieto, todo en un absoluto silencio.

Aún así, y a pesar de todas las precauciones, era inevitable que llamara la atención de las personas en el poder y los medios de comunicación, Todo empezó como un rumor después de lo acontecido en Gringotts, y a medida que el tiempo pasaba se convirtió en un secreto a voces.

Nadie conocía su verdadera identidad, solo un nombre, Hydrus, aunque tenían también una descripción un poco vaga de él y en poco tiempo pasó a ser el hombre más buscado del país.

Harry Potter,El Rey de las Serpientes de SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora