Capítulo 22

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Abro los ojos, y mi vista se fija en un techo blanco y totalmente pulcro, el olor a lejía y ansiolíticos llena el ambiente, así que me imagino que estoy en un hospital pero, ¿cómo he llegado aquí?

—Estás despierta. —Dice un doctor rubio que huele horrible, pero que aún así mantiene su vista en mí con una sonrisa amable y sincera. —Soy el doctor Cullen, yo me encargo de ti dada tu condición especial.

—¿Cómo he llegado aquí? —Pregunto intentando omitir eso último que ha dicho relacionado con mi condición especial.

—No lo sé, has aparecido en la puerta del hospital, en urgencias, y menos mal que ha sido ahí, porque he sido yo quien te ha encontrado cuando te he olido. —Responde y mira el monitor que está conectado a mí.

—¿Sabes lo que soy? —Sigo preguntando, aunque me cuesta un poco hablar, ya que tengo la voz rasposa y un poco tomada. —¿Dónde está mi hermano?

—Claro que sé lo que eres, ¿tú no me has reconocido como un vampiro?

—La verdad es que primero quiero saber quien me ha sacado del bosque, donde he caído inconsciente. —Digo un poco a la defensiva, pero no por su culpa, sino por mi supuesto alfa, al cual deseo abandonar. —¿Mi hermano?

—Está afuera, cuando le he explicado el motivo de tus heridas, ha tenido que sacar a uno de los suyos fuera, puesto que por poco se transformaba en mitad del pasillo. —Me explica, y no tengo que preguntar porque sé que ha sido Quil. Yo habría actuado de la misma manera.

Sam entra cuando oye al doctor Cullen hablar, y me abraza con fuerza, haciéndome gemir de dolor al apretar mis costillas que aún no sé han curado por completo.

—Voy a matarlo. —Murmura mirando mi rostro magullado, y por la seriedad, poco vista, de la manada, sé que ellos ayudarán. —Y ten en claro que no te merece, no se merece una loba tan hermosa y fuerte como tú.

De vuelta a casa |QUIL ATEARA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora