☽ Descanso 4

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"El pasado es un cadáver que debes sepultar

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"El pasado es un cadáver que debes sepultar."

—Omar Jayam.

Jadeaba fuerte, transpirando y tirando con sus garras de aquellas cadenas que no le permitían moverse mucho. Sus dedos se aferraban a su sudor y se deslizaba el metal de su piel, gimiendo alto cuando nuevamente su amo arremetía otra estocada en su ahora accesible entrada.

— Eres realmente idiota, Killua —decía mientras alzaba su cuello con su mano, pegando su espalda a su duro pecho, mordiendo y marcando con rudeza su pálido cuello.

Sí, Gon podía lastimarlo como quisie-

— ¡Killua! —llamaron por décima vez, sacudiendo de forma ruda el cuerpo del demonio y cuando por fin cobró consciencia, notó dos grandes y preocupados ojos de color miel mirarle.— Por fin despiertas, te dejé cinco minutos solo para ir a pagar y te habías dormido. Debemos regresar, pero si no te sientes bien sube a mi espalda, ¿sí?

La verguenza era distinguidamente enorme, enorme, enorme..

Algo en sus pantalones había crecido enorme también.

No dijo nada y en silencio tomó todas las bolsas que su amo cargaba, caminando a la salida con sus mejillas hechas tomate y agradeció a la dueña antes de finalmente salir mirando el suelo mientras hacía un tierno puchero.

El contrario se quedó un poco más en la tienda para disculparse por la tardanza de Killua, quien atrasaba a los siguientes clientes en el lugar que ellos estaban. 

Antes de despedirse, por curiosidad volteó a ver a dichas personas. Alguien con un cabello extremadamente lacio y largo de color negro, vistiendo ropas semejantes a las de Killua cuando llevaba la ropa de demonio. El otro tenía un cabello extraño peinado hacia arriba, quien lo miró igualmente, sonriéndole de una forma aterradora.

Y ambos olían igual que su compañero, sin embargo su amado albino olía mucho mejor que ésos dos.

Algo inseguro, terminó de despedirse de la señora y salió corriendo al darse cuenta que el demonio lo había dejado atrás. Rió al notar que caminaba algo tenso en sus nuevas ropas, las cuales eran unos pantalones holgados blancos y una camisa de manga larga azul marino. No se quiso cambiar los zapatos pero igual se veían bien con lo demás, por lo que no le prestó atención.

— ¿Te ayudo con eso? —preguntó amable el más alto, acercándose y tomando sin esperar a su respuesta todas las bolsas de su mano derecha.

— No me pregunte si lo hará solo, amo —refunfuñó el albino, mirándole de reojo.

— Hai hai, no me mires así, arruinarás tu lindo rostro —rió, sonriendo ante aquella reacción.

❝Dreameater❞ | [Gonkillu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora