Ecos del placer | EXO × Suho

𝚂𝚎𝚑𝚞𝚗

Autonepiofilia

"Filia caracterizada por el deseo de llevar pañales y otra ropa de bebés, beber de biberón y en general ser tratado como un niño pequeño".

|ɐ̗ɯɐɯ ɹod ɹɐɹoll sɐɓɐɥ ol ou 'ǝ̗qǝq lɐ uǝ̗ʇsoS|

Una pesadilla.

Una verdadera pesadilla que está viviendo en carne propia.

Su vientre duele, se levanta de la cama con las piernas temblorosas y la sangre baja lentamente, dejando una sensación desagradable.

—¿Mi hijo? —Susurra asustado, toca su abdomen con fuerza provocando un doloroso calambre. —L-lo siento.

Junmyeon va al baño, observa en el sucio espejo su demacrado rostro; ojeras, ojos hinchados de tanto llorar, labios secos y rotos, la nariz y mejillas rojas. Frunce el ceño al recordarlo, quiere golpear con todas sus fuerzas a Zhang Yixing por matar a su bebé.

—¿Bebé? ¡¿Qué estoy diciendo?!

Abre los ojos con asombro, él no puede tener un hijo. No puede lamentarse por alguien quien nunca y podrá nacer, su estabilidad mental cada vez más le jugaba mal.

No presta atención más allá, se asea y viste para salir lo más rápido que puede, se dirige a los dormitorios que comparte junto a sus ochos miembros.

¿El verdadero infierno?

Una parte de Junmyeon volvió a confiar en sus miembros, ya que es imposible que estos descubrieran donde dormía y vinieran a molestarlo en la madrugada. Claro que no, no tenía sentido alguno en la lógica mente del líder. Pero aún así no sabe que está pasando, llaman por él y es tan cercano que no puede evitar contestar.

EXO lo sabe y se aprovecha.

Una parte de Junmyeon también lo sabe, pero es tan pequeña e irrelevante que no le presta atención.

Todos lo miran con indiferencia, sus corazones palpitan de emoción cada vez que los ojos tristes de Junmyeon se llenan de lágrimas, sus crímenes no serán perdonados por una persona cuerda, por eso cada vez más lo empujan hasta hacerlo caer más profundo, sin oportunidad alguna de salir.

"Llora, haznos ser la razón de tus lágrimas".

La noche cae tan rápido, las estrellan brillan tan intensamente que parecen ser ignorantes del sufrimiento de una alma pura.

—Duerme, ellos no te harán daño. Ellos son tu familia, no pueden jugar contigo. —Junmyeon se habla a sí mismo en su habitación, la mayor parte del día se la pasó encerrado sin querer verle la cara al chino, no quiere que sus malestares lo experimente otra persona que no tiene nada que ver.

Injusto.

Totalmente injusto para cualquiera.

Duerme un cuerpo, una parte de él sabe lo que pasará, por eso una silenciosa lágrima baja por su regordeta mejilla antes que los ecos se escuchen.

Ven.

¡Basta!

Ven a mí.

¿No quieres conocer a tu bebé?

¿Bebé?

Ven a mí, lo verás.

¡Bebé!

Te amo.

Te amo.

Te amo.

Te amo.

Cae con delicadeza en la habitación de Sehun, muy grande e iluminada por una lámpara a su derecha. Se puede ver el gran cuerpo parado frente a la cama, observando cada movimiento del mayor.

—¿Sehun? —Pregunta Junmyeon con miedo.

—Bebé, soy tu bebé. —Sonríe tímido, se acerca mostrando su desnudez, en su mano tiene un biberón y un chupón, mismo que se metería a la boca. —Trátame como lo que soy, mami.

—¡¿Mami?! —Grita exaltado, al mover su cuerpo bruscamente se dio cuenta de algo importante; su pechos.

Estaban grandes, llenos, sus pezones rojos e hinchados, como si alguien jugó con ellos.

Sehun se acomodó entre las piernas del líder, este jadea sorprendido ante el atrevimiento del menor, aunque de todos modos no podía luchar con él.

Junmyeon considera a Sehun como su hermano menor.

Pero ahora es llamado "mami" por el mismo.

Suho pierde la cabeza cuando su "bebé" deja el chupete para meterse su biberón medio lleno de color azul pastel, bebe el líquido frente a él con intensidad, sin perder algún detalle del rostro sorprendido. Junmyeon jadea cuando Sehun frunce el ceño y se acomoda entre sus piernas, llevando su rostro frente a los pechos llenos del mayor.

—Mami, tengo hambre.

—Sehun... esto es raro.

—Mami. —Su voz es un tono más agudo, la incomodidad rodea a Junmyeon gracias a eso. —Tengo hambre, dame de comer.

Con un liger puchero y sus cejas fruncidas, Sehun no le da tiempo a Suho de reaccionar, toma un pezón entre sus cálidos labios y succiona.

Esto es raro, demasiado raro.

Pero se siente bien de alguna manera.

La mente de Junmyeon comienza a nublarse, sus pensamientos lo traicionan al igual que su cuerpo cuando su interior era invadido por varios largos dedos, tocando su punto sensible en más de una ocasión.

—Mami, ¿te estoy haciendo sentir bien? —La dulce leche baja por las comisuras de sus labios, sus dedos no se detiene agregando el tercero. —¿Te gusta sentir a tu bebé?, ¿quieres más?

—¡Más! —Gime ante el conocido hormigueo en su pelvis.

Su visión por un momento se fue, cierra los ojos con fuerza para darse cuenta de algo.

—¿Bebé? —Pregunta Junmyeon en un hilo, sus ojos amenazan con lágrimas.

—Lo soy, soy tu bebé. Tu eres mi mamá, te haré sentir tan bien que nada más recordarás el nombre de tu hijo.

—¡Bebé! Lo siento tanto, perdóname. —Junmyeon se disculpa entre balbuceos cuando es fuertemente penetrado por su "hijo", sosteniendo sus caderas volviéndose cada vez más doloroso.

—Mamá, mamá, mamá, mamá. —Gime el menor, se muerde sus labios e intenta ignorar el dolor en su pecho al ver a su líder así.

Perdiendo la cordura.

Llamándolo bebé y rogando perdón para alguien quien nunca existió.

Llorando.

Sosteniendo sus hombros con fuerza para no derrumbarse.

Lo ignora para con esto.

—¿Quieres tener un hijo mío? ¡Di que sí, mamá!

—¡Sí! Lo q-que quieras, bebé. ¡Te daré lo que quieras!

Estaba totalmente perdido.

Sólo necesitaba un empujón más para sentir aquel líquido caliente llenarlo por completo.

Despierta.

—¡¿Qué?!

Junmyeon grita muy agitado, su visión era anormalmente borrosa, mareándose al intentar pararse. Se agita cuando su camisa roza sus pezones sensibles, mismo que han vuelto a la normalidad, pero los rastros de leche quedan aún bajando por todo su torso.

—¿Bebé? —Pregunta al aire, un escalofrío recorre su cuerpo cuando tocan la puerta.

Silencioso a morir.

Pasan los segundos desde el primer toque, parece que ninguno quería hablar.

—¿Mamá?

Escucha como la persona tras la puerta corre, provocando que Junmyeon la abra lo más rápido que puede, siendo totalmente inútil.

No hay nadie.

Sólo él, llorando por su bebé.