IV

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Apenas Hongjoong pasó por la puerta y sintió el agarre luchó para deshacerse de él

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Apenas Hongjoong pasó por la puerta y sintió el agarre luchó para deshacerse de él. Cerró con fuerza los ojos pensando seriamente en golpear a quien le evitaba seguir su camino; en cuestión de segundos el mundo entero le dio vueltas haciéndole ver cada tontería que había hecho dentro del armario. Al verse acorralado decidió afrontar la situación y mirar por fin la cara a quien tantas sensaciones le producía cuando estaban a oscuras. Parpadeó incrédulo, e incapaz de contenerse dejó caer en los zapatos contrarios todo lo que esa noche se había comido. Sin duda lo mas vergonzoso que le había pasado en toda su vida.

No podía creerlo, apenas giró el rostro se encontró con los ojos pequeños y el cabello oscuro pertenecientes al técnico. La imagen de Mingi se posaba frente a el envolviéndole de nuevo las entrañas y recordando cada una de sus conversaciones telefónicas. Mingi lo miraba atónito quedando aún más impactando cuándo Hongjoong casi le vuela encima para plantarle un golpe en la cara, deteniéndose luego observándolo con los puños cerrados y la cara roja de vergüenza. ¿Qué tan mala suerte debes tener para jugar siete minutos en el paraíso con la persona que te hace la vida imposible?

Ahora no sabía qué sentir. Si bien hubiera preferido no verle la cara y seguirlo besado, aun estaba algo indeciso sobre las cosas que se arremolinaban en su interior. Había permitido que el imbécil del teléfono le metiera la lengua hasta la garganta, y ¡no solo eso! ¡también él mismo se quedaba casi suplicando por más!. ¿Cómo iba a realizar su trabajo? ahora tendría en la cabeza lo que se supone debía quedarse dentro del armario. Mingi le revolvía el estomago de muchas maneras y ninguna era precisamente buena.

Las cosas tenían una razón para ser de ese modo. Según las reglas del juego no debías hablar o quitarte la venda para evitar que situaciones así pasaran.

ㅡ ¿Hongjoong? ¿Cierto? ㅡLa voz ronca de Mingi llegó a sus oídos más clara que nunca y se sintió tremendamente tonto por no notarlo antes ㅡ¿El de la radio?ㅡHablaba calmado, como si a pesar de estar impresionado se sintiera aliviado de ver una cara conocida.

ㅡNo hables de esto cuando llame ㅡLas palabras de Hongjoong temblaron nerviosas mientras Mingi deshacía su agarre ㅡEres realmente insoportable y no quiero tener que aguantar bromas sobre como nosotros... ㅡno podía terminar de hablar, los colores se le subían al rostro sintiéndose realmente avergonzado.

Mingi agarró su mano de nuevo y trató de llevarlo a otro lugar con la excusa de "Hablar mejor las cosas" pero Hongjoong había logrado zafarse. Salió corriendo como cada vez que el corazón se le aceleraba; no paró hasta llegar al final de la calle donde se echó sobre el césped de una casa ajena hasta que el dueño salió y le ordenó que se fuera.

"Mingi, Mingi, Mingi "

Solo una palabra rondaba su cabeza y esa era el molesto nombre del técnico. Su mente reproducía incesante cada una de las conversaciones que le hacían hervir la sangre. Al otro lado de la línea Mingi le había ofrecido desde golpes hasta besos basositos, pasando por favores sexuales y limpieza dental. No solo lo había escuchado hablar detalladamente sobre cómo se limpiaba el trasero al ir al baño, sino que también sabía la forma exacta en que se sentaba en su escritorio anotando sus solicitudes y luego las ignoraba solo para hacerlo llamar otra vez. Cada palabra que salía del auricular de teléfono tenía solo dos propósitos: asquear o ser profundamente insoportable.

Aurora 24.10fm | minjoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora