VII

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La sala de audio veintiuno le pertenecía a la emisora sintonizada en el 11

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La sala de audio veintiuno le pertenecía a la emisora sintonizada en el 11.17 fm, estaba a unos pasos en el pasillo y era bastante más grande que en la que Hongjoong trabajaba. Pertenecía a otra cadena de radio, pero lo más importante era que Seonghwa no frecuentaba ese lugar. Para Hongjoong era perfecto pues con apenas dar unos pasos podría huir del técnico sin tener que toparse con su compañero; odiaba darle explicaciones. Con el rostro ruborizado había cerrado con fuerza la puerta tras él, emprendiendo su escape directo a la sala vecina. Seonghwa no estaba en el pasillo, por lo que seguramente estaría dando un paseo para que él y mingi tuvieran tiempo de hacer lo que fuera que les provocara. Para cualquiera aquella acción sería lo mejor que un amigo podría hacer, pero para el de cabellos rojos era simplemente traición ¡Lo habían dejado solo con el enemigo!

Desde su silla giratoria, Yeosang lo recibió con la boca llena de pollo y la mirada curiosa, ;pocas veces había sido interrumpido con aquella brusquedad. Y no era para menos, las piernas cortas de Hongjoong le fallaron apenas la puerta se abrió, precipitándolo contra el suelo. Se quedó allí gruñendo con furia; giró sobre su cuerpo quedando boca arriba, tiró de sus cabello y pataleó como si tuviera una rabieta. Yeosang solo dejó su lugar para cerrar la puerta y volver a sentarse para apreciar tan particular espectáculo.

Cuando se cansó de sonar como un animal furioso, pasó a chillar con desespero. Se cubrió el rostro con las manos y golpeó su frente varias veces. Gritó que era un tonto, sintiéndose realmente avergonzado. Todo era malo;  la peor situación en la que se podía encontrar, con la persona más insoportable del mundo recorriendo su mente y con su corazón diciendo "Eso estuvo bueno, intentémoslo de nuevo". Era terrible, asfixiante, vergonzoso y extenuante.

Yeosang lo dejó hacer lo que quisiera mientras terminaba de comer su merienda; masticaba entretenido sin concentrarse por completo en el sabor del pollo, pero no importaba porque estaba siendo testigo de un divertido espectáculo. Hongjoong se calmó luego de aproximadamente diez minutos de intensa agonía; respiró dificultosamente y permaneció sentado en el suelo con los brazos cruzados sopesando la tremenda estupidez que acababa de hacer. Ahora no solo tendría que dar explicaciones a Seonghwa, sino que tendría que enfrentarse a las preguntas y comentarios de Yeosang.

—Si rompiste la cafetera puedes llevarte la de aquí —Se encogió de hombros el castaño —Es eso o el técnico te ha vuelto a llamar —Recibió como contestación un sollozo desesperado que se parecía más a un gruñido que a cualquier otra cosa.

No es que Hongjoong contara sus problemas a Yeosang; por el contrario, su relación se limitaba a tomar café mientras Yeosang le pedía consejos sobre cómo superar a su ex o para volver con él (lo que fuera más llamativo en ese momento o por lo que se sintiera más desesperado). Pero durante los últimos días Hongjoong había estado realmente insoportable, y cada que sonaba el teléfono o algún técnico de la compañía Wave llegaba  parecía volverse loco; así que la mayoría de las incesantes quejas de Hongjoong llegaban claramente a la sala de Yeosang, por lo que él castaño estaba parcialmente actualizado con los problemas que Hongjoong tenía con el técnico. Sin embargo él ya sabía que Mingi sacaba de sus casillas a Hongjoong, el pobre muchacho ya le había contado el varias ocasiones era molestado diariamente a través del teléfono.

—¿Qué dijo esta vez? ¿Trato de explicarte de nuevo como se limpia el culo? —Yeosang rió fuertemente recordando cuando el bajito le comentó sobre aquella situación tan épica —¡Vamos! ¡Suelta el chisme! ¿Qué pasó?

Hongjoong volvió a refunfuñar y cubrió su sonrojado rostro con las manos. Lo que menos quería hacer era hablar sobre su casi desliz en la cabina; su rostro se volvió aún más rojo ante el recuerdo,  incluso sus orejas se tornaron de aquel tono vibrante.

—¡Bese a Mingi en la cabina! —Soltó con rapidez queriendo terminar con aquello y no alargar la cantidad de preguntas que podría haber hecho Yeosang —¡Y se sintió bien! ¿Sabes? ¡Como si me arrastraran al infierno! —Pataleó de nuevo lloriqueando con verdadero pesar — ¡Voy a matarlo a golpes! ¡No quiero ser la chica! ¿Entiendes? —Gritó haciendo puño sus manos y Yeosang solo enarcó una ceja comprendiendo a lo que su compañero se refería —¡Yo mando! ¡El no tiene derecho a tocarme el culo!

—¿Pero si puede decirte como se limpia un culo? —Yeosang sonrió con malicia picando donde duele, y echando más leña al fuego.

—¡A nada! ¡No tiene derecho a nada! —Se dejó caer dramáticamente sobre su espalda y fijó los ojos en el techo —No puede besarme, tocarme, llamarme o decirme como se limpia el culo —Gruñó dejando salir el aire de forma sonora —¡Y tú no puedes hablar sobre lo que me enseña o no Mingi! ¡De Mingi no se habla!

Yeosang contuvo la risa negando ante lo angustiado que se veía Hongjoong. La situación en realidad era absurda y desde su punto de vista muy fácil de solucionar; si ninguno quería ser la chica entonces que no se acostaran, si las ganas eran muy fuertes pues que tomaran turnos.

Pero él no era quién para decirle a Hongjoong que hacer. También podía hablar sobre otras cosas que ayudarían para solucionar el problema; Hongjoong se escandalizaría aun más si le hablaba de lo que podían hacer para apagar el fuego sin doblegar al otro. Pero eso no era lo que importaba; lo realmente interesante era que Hongjoong había besado al técnico y le había dejado tan encantado que ahora estaba retorciéndose en suelo.

—¿Desde cuando están saliendo? —Inquisitivo y curioso, Yeosang dejó su puesto para colocarse en cuclillas cerca del más bajo —Pensé que lo odiabas enserio... ¿Eres de esa gente rara que le gusta sufrir, el dolor y esas cosas?

—¡No estamos saliendo! ¡No es mi novio! ¡Solo nos besamos! ¿okey? ㅡSu rostro volvió a colorearse precediendo una nueva crisis —¡Y solo en las fiestas de Yunho! ¡Y no me gusta besarle! ¿okey?

Las palabras de Hongjoong salían rápidas y disparatadas mientras trataba de explicar a Yeosang la terrible situación en la que se ahogaba. No le gustaba Mingi pero si sus besos; daría lo que fuera por tenerlo lejos, sin embargo podría quedarse pegado a su boca por toda una eternidad. Intentó ser claro pero en realidad sus explicaciones parecían malas excusas, y perdieron validez al narrar lo vivido en la cabina.

Volvió a chillar de frustración y a regodearse en su vergüenza; rugió y se revolcó por el suelo tirando de su cabello rojo como si quisiera arrancarse la cabeza para sacarse a Mingi del corazón. Así duró apenas unos segundos porque Yeosang (cansado de aquella tontería) levantó su mano en el aire impactandola contra la mejilla contraria. Hongjoong permaneció atónito, confundido; su molestia quedó cubierta por la sorpresa de tan inesperada acción. Para Yeosamg aquello fue un éxito, Hongjoong al fin se había callado.

—Te gusta. Estas perdido, completamente hundido —Dijo Yeosang asintiendo con seriedad —Eres una bola asquerosa de enamoramiento no aceptado —Hizo una seña con sus manos para simular que Hongjoong era redondo —Ahora rueda fuera de aquí —Abrió la puerta y señaló el pasillo —Hazte una paja, llora un poco y vuelve a trabajar. Mingi ya debe haberse ido

Con la mano sobre su mejilla y aún algo confundido, Hongjoong dejó la sala veintiuno para volver a su asfixiante puesto en la sala veintidos. Ahora no solo quería matar a Mingi, sino también a Yeosang por insinuar semejante tontería. Pero... ¿Y si de verdad gustaba del técnico?

Aurora 24.10fm | minjoong Donde viven las historias. Descúbrelo ahora