16: Puntos.

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No era nada del otro mundo, eran tan solo pequeño puntos adornando la tela por completo, de colores como un bello arcoiris salido tras una terrible tormenta.

La simplicidad le parecía linda, no era exagerado, no era llamativo, estaba en aquél punto perfecto, equilibrado.

Aunque le pareció un poco extraño, solías ser bastante exagerada con las decoraciones, quizás habías tenido un mal día.

Pero, ¿Qué haría si te habías aburrido de él? Quizás podría fingir que esta enfermo para que vayas a cuidarlo, ¡Pero claro que no! Era impropio de él.

¿Tal vez?

Estabas en la enfermería, preocupada por Monoma, se veía realmente enfermo y no sabías qué hacer con él.

¡Pobre de tu amado Monoma Neito! Estaba sufriendo delante de ti y no estabas haciendo nada, te sentías tan culpable por no saber qué hacer.

Aunque Recovery Girl rodó los ojos dejándolo ser.

Santo cielo, el amor juvenil era tan extraño.

—Monoma-kun, ¿Necesitas algo? —preguntaste al borde de las lágrimas por verlo recostado en la camilla.

Ahí entró en cuenta de que tu pobre corazoncito no podía con tanta presión, mordió su mejilla arrepentido.

—Uh, es un resfriado común, mi... ¿Mamá? Me daba abrazos para que se me pasara.

¡Esa era la respuesta! Un abrazo. Avergonzada te sentaste a su lado y rodeaste su cuerpo con tus brazos, él hizo lo mismo y terminaron durmiéndose ahí mismo.

—¡Ay! No puede ser. —La anciana negó con la cabeza, pero los dejó estar ahí por un rato.

Ambos estaban felices, eso es lo importante.

Bordados para Monoma, bnha. TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora