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En cuanto había llegado a casa, la rabia se había apoderado de él desde el momento en que sintió aquel olor que tan bien conocía, todo había sido demasiado repentino.

- Largaos los dos de aquí ahora mismo – La voz del albino sonaba firme, estaba enfadado.

- Bryce, déjame explicarte las cosas – Los ojos azules del mayor fulminaron a la persona frente a él y a su acompañante.

- No, no quiero escuchar nada de tu boca, sal de mi vista Beacons – El pelirrojo suspiró frustrado tratando de relajar a su novio.

- ¿Quieres callarte un momento y dejarme hablar? – Bryce le empujó con fuerza.

- ¡Fuera de mi puta casa! – Su grito dejó atónito a Claude antes de que su mirada se clavase en la chica peliazul a su lado - ¡Y tú, no vuelvas a dirigirme la palabra en tu vida!

Dio un fuerte portazo y cerró con llave antes de dar un puñetazo a la pared. Había llegado cansado del trabajo y lo último que quería ver era como su novio se acostaba con su mejor amiga, simplemente era algo que no podía tolerar.

Se sentó en el suelo y suspiró en un intento de calmarse, pero era imposible, la rabia y la impotencia le estaban devorando a pasos agigantados.

Sacó su móvil del bolsillo con intención de llamar a alguien, pero desistió al momento. Xavier y Jordan habían salido juntos al cine y Byron estaba en Hokkaido, no había nadie disponible con quien hablar para poder olvidarse de lo que acababa de pasar.

Se dirigió a la cocina para comer algo, pero todo lo sucedido le había quitado el hambre de pronto. Todo parecía demasiado surrealista, jamás se habría imaginado que esto llegaría a pasar.

Su mirada reparó en un florero que había en una esquina. Ver el pequeño tulipán que estaba en él le hizo hervir la sangre, así que no dudó ni un segundo antes de agarrar el objeto y lanzarlo contra la pared haciendo que estallase en mil pedazos.

- Claude, maldito bastardo… - Después de echar al pelirrojo, toda la casa parecía más fría de lo habitual.

Se dirigió a su habitación con el objetivo de descansar, pero no pudo. Ver aquella cama, oler el rastro del perfume de Claire… Tenía muy claro que no iba a dormir en ese cuarto esa noche, realmente necesitaba despejarse y olvidar lo que había sucedido.

Terminó por tumbarse en el sofá y esperar a que el sueño hiciese su aparición. Desearía dormir y que al despertar nada hubiese pasado, pero sabía que no sería así.

Mientras caminaba por las calles iluminadas únicamente por las farolas, sus pensamientos se mantenían en un lugar totalmente lejano, seguía en shock

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Mientras caminaba por las calles iluminadas únicamente por las farolas, sus pensamientos se mantenían en un lugar totalmente lejano, seguía en shock.

Bryce le había echado, le había echado del lugar donde había estado viviendo durante casi un año junto a él.

- Oye Claude, no te lo tomes tan a pecho, seguro que mañana ya se ha olvidado de todo. ¿Por qué no seguimos con lo de antes? – Los finos brazos de Claire le abrazaron por la espalda, el pelirrojo únicamente se dio la vuelta y la separó de su cuerpo.

- No me toques, no vuelvas a dirigirme la palabra en tu vida. No tengo ni idea de qué le echaste a mi bebida, pero sea lo que sea me ha hecho discutir con Bryce y ahora puede que me deje por tu culpa – La peliazul le miró algo indignada.

- No lo entiendo, ¿qué tiene él que yo no? – La mirada firme de Claude la hizo retroceder algunos pasos.

- Cerebro por ejemplo, ¿qué clase de persona droga al novio de su mejor amigo para poder tirárselo? – La chica le fulminó con la mirada.

- ¿Y qué más da?  Solo he querido divertirme un rato – Claude la miró furioso – No me mires así, no me extrañaría nada que él hubiese hecho lo mismo con alguno de sus compañeros de trabajo.

- Normalmente no golpeo a las chicas, pero deberías largarte antes de que mande mi moral a la mierda y te deje clavada en el suelo – Claire sonrió con superioridad antes de cruzar la carretera y alejarse por la acera contraria.

Suspiró mientras se apoyaba en una pared. Podría volver a casa si quería ya que tenía llave, pero prefería evitar al albino hasta que se hubiese calmado y pudiese explicarle todo.

Pensó durante un tiempo en qué hacer ya que no pensaba pasar la noche en la calle, pero ninguno de sus amigos estaba disponible para ayudarle.

De pronto, una última posibilidad pasó por su mente.

- Espero que responda… - Marcó el número antes de llevarse el móvil al oído.

Sin duda aquella no era la mejor noche para ninguno de los dos.

MALDITO ERROR ;; Inazuma Eleven ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora