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Tres semanas, 21 días sin hablar con Claude y sentía que había perdido la cabeza. Había intentado coincidir con él todo el tiempo posible, pero nunca funcionaba.

Las cosas en el trabajo habían cambiado. Después de la discusión que Chris y el pelirrojo habían tenido en la heladería, la actitud del peliazul hacia Bryce había cambiado. Ahora todo era más frío, ya no había ni rastro de esa complicidad que habían tenido antes.

En esa última semana, Xavier y Jordan no se habían separado de él ni un momento, ellos eran los que hacían que el albino siguiese cuerdo y no perdiese la cabeza.

En aquel momento estaba solo. Xavier y Jordan habían hecho planes aquella noche, así que le tocaba pasar la noche solo.

En ese momento tenía puesta otra de las enormes sudaderas de Claude mientras sostenía el colgante entre sus manos, le echaba de menos.

Su mirada se clavó en las fotos de la pared. Había imágenes de muchísimos momentos que habían vivido juntos: la formación de Caos, el Mundial junto a Byron, su llegada al apartamento, su primer beso, las numerosas tardes en la playa con Xavier, Jordan y Lina… Observar aquellas fotos le hizo sentir nostalgia, pero decidió ignorarlo.

El timbre de su puerta sonó llamando su atención, no esperaba que nadie fuese a su casa. Acercó su mano a la perilla con tranquilidad, pero de pronto la idea de que Chris estuviese al otro lado le hizo temblar, era lo que menos necesitaba.

Observó a través de la mirilla quién era. No podía verle la cara, pero era algo más bajo que el peliazul, así que suspiró y abrió al comprobar que no había peligro.

- Disculpe, ¿quién es usted? – La persona al otro lado se mantuvo en silencio, Bryce le observó algo confuso - ¿Necesita algo?

- A ti, ¿se puede? – Escuchar esa voz le dejó en shock.

- No es posible, ¿realmente eres…? – La persona sonrió.

Retiró la capucha de su chaqueta dejando ver sus ojos ámbar y aquella sonrisa orgullosa, el albino podía sentir sus ojos llenarse de lágrimas mientras le temblaba todo el cuerpo.

- ¿C-Claude? ¿Eres tú? – El pelirrojo sonrió desviando su mirada al cielo.

- Bueno, que yo sepa no tengo un hermano gemelo… ¿acaso lo tengo? – El albino negó efusivamente antes de lanzarse a sus brazos, Claude le levantó del suelo mientras entraba en el apartamento y cerraba la puerta a sus espaldas con el pie – Te he echado de menos, pequeño copo de nieve.

- N-No entiendo nada… ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no diste señales de vida? ¿Por qué….? – Las numerosas preguntas de Bryce cesaron cuando el pelirrojo se apoderó de sus labios.

Cuando el albino sintió la mano cálida de Claude sobre su mejilla no pudo evitar colocar la suya encima, había echado de menos ese contacto durante el tiempo que estuvieron separados.

- Siento mucho lo que pasó aquel día, pero créeme Bryce, las cosas no eran tal y como tú pensabas – El albino negó ocultando su rostro en el cuello del más alto.

- No me lo cuentes, no quiero saber nada, solamente quiero hacer como si eso nunca hubiese pasado y ya está – Claude sonrió antes de mirar el colgante en el cuello de Bryce – Tu lo dejaste aquí, ¿pero cuándo?

El pelirrojo sonrió antes de explicarle todo, el albino no pudo evitar llorar al recordar lo que había pasado con Chris, entonces la conversación que Jordan le había enviado volvió a su mente y se aferró de nuevo a su novio.

- A este paso lo vas a aplastar – Bryce le miró muy confuso, pero cuando vio algo moverse bajo la chaqueta de Claude retrocedió un par de pasos asustado.

En cuanto el pelirrojo bajó un poco la cremallera de la chaqueta, una pequeña cabecita blanca y peluda se asomó haciendo brillar los ojos azules del mayor.

- Claude, ¿qué…? – El ojiámbar sonrió antes de sacar al pequeño gato de entre su ropa y dejarlo sobre los brazos del albino.

- Mientras pensaba cómo venir y disculparme recordé que en el orfanato siempre decías que querías un gato, así que el otro día fui a adoptar uno – Bryce le miró eufórico.

Su mirada algo fría por naturaleza se posó sobre el pequeño animal. Tenía el pelo totalmente blanco, pero lo que le sorprendió fueron sus ojos amarillos.

- Es como si fuese una fusión de nosotros dos – El pelirrojo asintió, ese era el motivo de que hubiese elegido a ese gato - ¿Y si le llamamos Caos?

- Me parece genial – El ojiazul dejó al pequeño animal en el suelo antes de abrazar con fuerza a Claude, el pelirrojo correspondió.

-Oye Claude… - El pelirrojo se separó mirándole – Por favor, no vuelvas a irte…

- No pienso hacerlo, créeme – El albino sonrió antes de dejar un beso en su mejilla.

Solo habían necesitado tres semanas para comprobar lo duro que era estar separados, pero también les había hecho entender muchas cosas.

MALDITO ERROR ;; Inazuma Eleven ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora