En cuanto comenzó a escuchar lo que Jordan le había enviado se quedó de piedra, Claude había estado en la heladería. Se asomó a la ventana y pudo verlo, estaba con su antiguo compañero del Prominence.
Abrió la puerta principal de par en par y salió corriendo escaleras abajo, necesitaba alcanzarlo. Vivir en un edificio alto le quitaba tiempo ya que tenía que bajar muchas escaleras, pero cuando por fin llegó abajo salió a la calle.
Pudo ver cómo el pelirrojo desaparecía por el final de la calle, ya no iba a lograr alcanzarlo.
Volvió dentro y subió al ascensor agotado de tanto correr. Se maldijo a si mismo mientras sentía el ascensor subir, si hubiese sido un poco más rápido habría podido alcanzarlo. Entró en casa y cerró la puerta sin energía, había estado tan cerca…
Suspiró y se lanzó sobre el sofá mirando al techo, de nuevo todo se había echado a perder. Necesitaba que Claude volviese, todo se sentía demasiado frío sin su sonrisa orgullosa o sus bromas malísimas, esos pequeños detalles eran los que habían hecho sonreír al albino durante tantos años.
Sostuvo el colgante de su cuello entre sus dos manos, todavía no había descubierto en qué momento Claude había estado en el apartamento para poder dejarlo allí.
Trató de restarle importancia y abrazó su propio cuerpo todavía cubierto por la sudadera del pelirrojo, algo le decía que iba a volver tarde o temprano, solo necesitaba esperar.
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- Jamás te había visto tan furioso, Claude - El pelirrojo se encogió de hombros ante las palabras de Ethan.
- Pensar que ese idiota ha tocado a Bryce me pone enfermo. Maldita sea, es obvio que tiene bastantes más años que él, ¿por qué no se busca a otra persona de su edad? Bryce todavía es como un niño – El ojiazul sonrió divertido.
- Te recuerdo que el mayor de los dos es él, así que técnicamente tú eres el niño – Claude dio un leve golpe en su hombro haciéndole reír.
Aunque biológicamente Bryce fuese mayor, Claude siempre había sentido que él era el menor. Adoraba verle encogerse cuando veían una película de terror o cómo siempre que se despertaba podía ver al albino abrazándole con una sonrisa. Le encantaba ver sus ojos brillando cuando hablaba de algo que le gustaba o cómo hacía pequeños pucheros cuando el pelirrojo jugaba a ignorarle. Para él, Bryce era como un niño pequeño por el que daría todo.
- Algo me dice que estás pensando en él – Claude miró a Ethan confuso, el menor rió divertido – Lo sabía.
- ¿Y cómo lo has sabido? – El rubio rió antes de dar un pequeño toque en su nariz.
- Porque te has sonrojado mientras sonreías como un idiota. Eres más obvio de lo que crees, Claude – El pelirrojos sonrió mientras seguían caminando, sabía que Ethan tenía razón – Por cierto, ¿qué vas a hacer ahora con Bryce?
- Mañana se cumplen 13 años desde que nos conocimos, así que pienso aprovechar la ocasión para disculparme con él, ni loco voy a dejarle ir con otro imbécil como Chris – El rubio sonrió mirando al suelo – Ethan, tu…
- Tranquilo, no pasa nada. Si tú eres feliz a su lado, yo también seré feliz – El pelirrojo se detuvo abrazándole repentinamente.
-Maldita sea, si tan solo se pudiesen cambiar los sentimientos… - El rubio le miró algo triste antes de cerrar los ojos y disfrutar del calor que desprendía su mejor amigo.
Lo sucedido días atrás le había dejado en shock. Lo que menos esperaba es que después de tanto tiempo el rubio siguiese sintiendo algo por él, pensó que con el paso del tiempo todo rastro de esa relación se había esfumado, pero al parecer las cosas no eran igual para Ethan.
Se sentía mal. Él le había apoyado en esos días y ahora tendría que ver cómo la persona que le gustaba era feliz con alguien más. Habría deseado borrar esos sentimientos para que el rubio no se sintiese mal, pero no podía.
- Venga, deja ya de culparte, que te conozco – El ojiazul sonrió mientras se separaba – Ahora tienes que esforzarte y recuperar a tu novio, así que deja de darle vueltas a todo esto y piensa en qué le vas a decir, ya me estoy cansando de tenerte en casa – Ambos rieron.
- La verdad es que tengo una idea, pero voy a necesitar tu ayuda.
