𝐗𝐈𝐕

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"Se siente como si solo retrocediera, cariño. Cada parte de mí dice: Ve hacia delante. Tengo esperanzas otra vez".

"Me doy cuenta de que solo me estoy aferrando a la esperanza de que tal vez tus sentimientos no se muestren". 

"Pero esa es la forma en que parece ir cuando se esfuerza tanto por llegar a algo real".

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FEELS LIKE WE ONLY GO BACKWARDS - TAME IMPALA

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Natasha todavía se encontraba contra el cuerpo de Steve al despertar. Sus brazos alrededor de ella eran un refugio seguro, ahí nadie parecía hacerle daño, era como la sensación que le daba el escudo cuando él no estaba cerca.

Pero fuera de ahí, el panorama podía cambiar drásticamente. Volvía el frío, volvían los pensamientos negativos y lo poco que parecía convencerla se volvía inestable. ¿Cuándo antes se había tomado el tiempo de analizar sus sentimientos? Todo el mundo decía que el amor era la cosa más fascinante, pero nadie hablaba lo suficiente sobre cuánto dolía. Ni antes, ni después.

Natasha se separó tan solo para admirarlo a una distancia prudente. Su rostro pacífico la hacía perder toda capacidad de razonar, todavía con algunos estragos de la pelea era atractivo. Le acarició la mejilla apenas con las puntas de sus dedos sin la intención de despertarlo y notó como su ceño se movía ligeramente; él reaccionaba a ella aún inconsciente. Eso le gustaba. Después de lo de anoche, Steve merecía descansar y olvidar.

Esa mañana había algo que le provocaba una felicidad extraña, al mismo tiempo, ganas de llorar. Y de pronto se vio patética, porque eso no sucedía muy a menudo, si no es que nunca. «Hace un tiempo...Últimamente, con Steve, pasaba».

Todos sus sentimientos se encontraban revueltos. Esa era la respuesta. Y no podía hallarle el sentido en un primer momento, no estaba hecha para cosas como esas, para sentir de esa manera. Tan intensamente hasta que le doliera el pecho.

Se deslizó fuera de él y de la cama tan despacio hasta poder correr hacia el baño. Estaba temblando cuando se vio de frente al espejo, no descubrió marcas en él, su piel seguía igual que antes; pero le bastó con rozar su cuello con apenas el toque de su dedo índice para darse cuenta que Steve había dejado huella. Reaccionaba a la idea de él. Aparecía en su cabeza durante un momento específico. La noche anterior ambos habían estado ahí y se había mostrado tan abierta a él, parecía no temer a la magnitud de sus palabras; por más sutiles que fueran, o sus acciones.

Sus brazos cayeron lánguidos a los costados y todo su cuerpo se sintió pesado. Se sostuvo del lavabo y miró el reflejo de sus ojos.

Eso no se trataba más de un juego de niños...

Aquello era un hecho irrevocable del que se dio cuenta justo en el momento en que lo besó por primera vez sin importarle las consecuencias.

Natasha se dejó caer contra la pared hasta que tocó el suelo frío.

Lo quería. Ese fue su primer pensamiento. Estaba segura de que lo hacía y se sentía correcto; pero era nuevo. Tan fuerte que nublaba sus sentidos. Estaba enamorada de Steve... ¡No sabía cómo rayos debería de tomarlo! Esas eran palabras mayores; más no era nada descabellado.

Se cubrió el rostro y pasó el rato así sin medir por cuánto tiempo, buscando mantener su mente en blanco. Minutos después, salió un tanto mareada, se colocó un pijama limpio e intentó volver a la cama. Sin embargo se quedó estática apenas sus rodillas chocaron con el borde. Al ver a Steve, este la buscaba con una mano a tientas sobre el lugar que había ocupado en la cama hace un rato y se aferraba a la sábana. Quizá despertaría. Recordó cuánto odiaba que desapareciera antes que él despertara y eso la hizo sonreír.

Love You MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora