𝐕

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"Quieres ser arriesgada, inquieta...Espera justo hasta antes del amanecer. Cuando te pongo los labios encima, sientes que los escalofríos suben y bajan tu columna vertebral. Apaga las luces y puedes ser mi bailarina privada, cuando cerramos las cortinas, tú y yo podemos olvidar todos nuestros modales. Los vecinos deben pensar que estamos locos porque mira con qué facilidad seguimos deshecho" . 

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Lips On You - MAROON 5.

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Natasha no había podido apartar su mirada sorprendida de él; estaba fija, nerviosa de hacer algo involuntario y el no poder controlar sus latidos desenfrenados. Se sentía extraña, no era dueña de sus movimientos o pensamientos, no podía conectar con lo que acababa de suceder. Primero estaba enfadada con él y luego solo no podía dejar de besarlo, sus labios se sentían cálidos, suaves y dóciles contra los de ella. Sentía que flotaba por un segundo cuando de pronto la llegada inesperada de Sharon Cárter la devolvió a tierra con brusquedad y sin darle tiempo para reponerse o prepararse para la caída.

Steve la observaba con una pizca de curiosidad brillando en sus pupilas como si no entendiera absolutamente nada, solo contemplándola. Eso la volvía, en cierto grado, emocional. Él la había besado sin la mínima intención de terminar en la cama, la había besado solo porque sí. No podía saber con exactitud hasta donde habrían llegado si no los hubieran frenado. Fue algo sin meditar, de todos modos la había calado hondo con sus palabras y por un instante se sintió capaz de devolverle el gesto con actos, solo presionando su boca con la suya. Steve siempre sabía qué hacer para hacerla sentir mejor y eso a veces la descolocaba, la conocía lo suficientemente bien como para darle exactamente lo que necesitaba.

Pronto, Natasha sintió como la soltó delicadamente; disculpándose sin mediar palabra, solo con una mirada apenada. El frío se apoderó de su piel mientras él retiraba el toque de las yemas de sus dedos suavemente por sus mejillas enrojecidas tan lento que parecía el roce del viento. Los ojos verdes perforaban cada parte de él en cuanto se puso en pie y comenzó a dirigirse hacia la puerta. Antes de salir por completo de la habitación, le dirigió una sonrisa amistosa y algo floja.

En el rostro de la pelirroja no se podía distinguir ninguna emoción, se mostraba neutra, por lo que Steve no supo identificar que podría estar sintiendo en ese preciso instante.

—Iré a ver qué sucede... Solo será un momento y vuelvo ¿Bien?— prefirió aclarar su propósito, no quería que ella pensara que la estaba abandonando del todo, menos luego de haberse sincerado. Natasha era impredecible y más le valía a él ser meticuloso y así evitar otro enfrentamiento. Pero su compañera solo asintió. Se veía ausente y eso le preocupaba en cierta medida.

—Está bien. —fue lo único que atinó a responder y lo que él logró escuchar antes de cerrar la puerta.

Ella frunció el ceño, sabiéndose irritada por su repentino lapsus de pérdida de dominio sobre su propio cuerpo y fastidiada por la llegada de Sharon Cárter. No le agradaba que estuviera allí, menos que quiera hablar exclusivamente con Steve. Era cierto que no tenía ningún derecho sobre él, pero era su amiga más cercana y no le gustaba compartir. Solo lo estaba cuidando...

Sharon, sin embargo, no merecía ninguna clase de sentir por parte de ella; ni odio u agrado. Siempre le pareció irrelevante, a pesar de que de algún modo estaba unida al pasado del capitán y de conocer su predilección por hombres como él, y no había importado antes, hasta que ella y él comenzaron a verse por las noches para algo más que compartir la cena. Al parecer, Steve era el único que no se daba cuenta o se hacía de la vista larga con las intenciones de la rubia. Pero Natasha era diferente...tomaría el problema en sus manos y lo desaparecería.

Love You MADLYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora