11. Volando hacia ti.

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Jennie salió del restaurante vencida y harta de la estupida economía que no le permitía conseguir un empleo decente, la Sr. Manoban la esperaba afuera tratando de pasar desapercibida recargada en un poste de aparcamiento.

- ¡Sr. Manoban! ¡Vamonos!

Élla se volteó como asustada por el repentino grito.

- ¿Cómo te fue?

- No he conseguido empleo, pero por hoy me basta de tantos intentos.

- Yo te ofrezco trabajo de nuevo y no lo quieres.

Jennie se enojó y la golpeó con el puño jugando.

- ¡Oiga! Usted solo hace por que quiere tenerme controlada o no se  cuales sean sus verdaderas intensiones - luego la jaló de la chaqueta y comenzaron el camino de regreso - ademas no se me da bien ser asistente, eso nos queda claro a ambos, la mitad del turno mi cerebro se dormía.

- ¿Te la pasabas durmiendo? Eso explicaría todo.

-¡Cómo cree que dormiría con sus gritos!

- Ya te pedí disculpas, jamás volverá a suceder.

- Claro que no por que no se lo permitiré.

- Cariño si regresas conmigo prometo enseñarte a hacer las cosas y ser mucho más paciente.

El ronroneo fue inmediato ante el emote,  suave y muy complaciente, daría lo que fuera por recibir en ese momento un beso de élla. Habían dado vueltas toda la mañana en diferentes locales y todo ese tiempo había tratado de contenerse en no tomarla de la mano y besarla.

Era casi la hora de la comida pero Jennie decidió saltarsela para ahorrar un poco de dinero.

- Basta si usted sigue insistiendo le dejaré de hablar.

- Tampoco es como si pudieras dejar de hacerlo.

- Grosera.

- Terca.

Siguieron caminando en silencio hasta que llegaron al auto estacionado un par de cuadras al sur.

-Sabes que yo tengo mucho dinero.

Jennie no contestó solo se puso el cinturón.

- Más de lo que imaginas, si tu quisieras...

- No soy una casafortunas, si tiene dinero o no no me interesa.

- Eso me queda claro pero....

- Pero nada, desista ahora mismo de sus ideas de la prehistoria... además eso parecería como si le estuviera vendiendo servicios poco decentes.

Arrancó el carro y Jennie estaba exaltada.

- Estaba pensando hacer negocios juntas pero si no te interesa.

Jennie la volteó a ver incrédula.

- ¿Negocios? ¿Que es lo que está pensando?

- Iremos a mi casa, comeremos allí ¿te parece?

- ¿Comera? Creí que la sangre la satisfacía.

- En realidad es al revés, para que pueda disfrutar de la comida y sentirme satisfecha no tengo que tener necesidad de sangre, si no, nada me llena.

- ¿Qué pasaría si deja de comer?

- Nada, pero jamás me he privado de alimento, creo que eso es parte de mi lado humano.

- Eso es muy curioso, hay muchas cosas que aún no me quedan claro.

- Puedes preguntarme todo lo que desees saber.

MAGIC BLOOD [Jenlisa g!p]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora