MAGIC BLOOD [Jenlisa g!p]

13. ¡Tu no eres una alfa!

Yoongi estaba absorto de todo, la mirada de Jennie brillaba cuando veía a la  estupida vampira, no entendía como pudo enamorarse de alguien tan bruta como élla, después de que había defendido tanto su libertad había decidido quedarse con una cavernícola que no era un alfa.

Toda la estancia olía a vainilla dulce por que estaba enamorada.

Élla era perfecta con su hermoso pelo castaño ondulado, sus ojitos pequeños y sus labios abultaditos tan hermosa y sexy.

Había estado enamorada de élla tantos años que amarla era lo único que sabía hacer.

Sus gatos internos se querían, siempre confio que  regresaría y aceptaría su destino a su lado pero algo había fallado, élla no lo había elegido y justo sentado enfrente de élla estaba la culpable de toda su desdicha.

Jennie entró a la habitación dejándolos momentáneamente solos, al parecer la anciana había despertado.

Miró con indiferencia a la idiota, no le quitaba la vista de encima, si no fuera por Jebnie que l defendía, ya lo hubiera golpeado hasta matarla.

- ¿Qué me ves idiota te gusto o qué?

- Las ganas que tengo de reventarte a golpes.

- Vamos imbecil que te detiene ¿acaso me tienes miedo?

Yoongi sonrió mirando a Jennie atravez de la ventana.

- La tienes a élla de tu lado, tu ganas.

- Hasta que te das cuenta inútil, esa omega es mía.

Yoongi se río.

Era increíble como se creía suficiente para obtener un omega y no cualquiera, si no la más codiciada de la aldea.

- No te confundas, qué élla te tenga lástima no significa que estés a su altura.

Élla no contestó.

- No se como lo envolviste para que te diera su sangre voluntariamente y que aparte ahora te defienda con su propia vida, eso es caer muy bajo, pero tu plan salió a la perfección, élla cree que tiene un compromiso contigo por revivirte, que estupidez.

- ¿Cómo sabes lo de la sangre?

La mente de Yoongi brilló.

- Élla me lo dijo, le pedí que regresara conmigo a la aldea y se negó argumentando que  no puede alejarse de usted, esa fue una buena jugada... que se ofrezca le evita mucho trabajo.

- Tu no sabes absolutamente nada.

- Se lo suficiente, podrías matarla con tan solo la fuerza de una de tus manos pero no lo haces por que no te conviene.

Guardaron un largo silencio ambos.

No podía creer que élla en verdad le estaba  creyendo, si no podía desquitarse a golpes lo haría con palabras.

- Hacerlo sentir amada para que pueda aprovecharse fue muy inteligente de su parte, te entrometiste en nuestra vida, nuestros gatos internos son muy compatibles apenas se tocan y se conectan, usted  nisiquiera eres un alfa...

- ¡Mientes!

- No lo has visto, cuando nos abrazamos es como si no pudieras soltarnos, pero la diferencia entre nosotros es que yo siempre he respetado  sus decisiones y lo seguiré haciendo, jamás le pediría que tuviera lástima de mi, aunque eso me haga perderla.

- Eres un imbecil.

- Cuando menos yo no ando por allí lastimandola para poder saciarme de su sangre.