MAGIC BLOOD [Jenlisa g!p]

12. Celoso vs Celosa.

Había sido una mala idea.

Ambos se veían como si fuesen enemigos a muerte.

Estaban en la sala los tres esperando que la carne en la estufa se cociera para poder cenar. Jennie prendió la televisión poniendo uno de sus programas de música favoritos mientras que estos se echaban miradas asesinas.

- Cuidado por que del odio al amor solo hay un paso.

Los dos la miraron molestos.

- Bueno yo solo decía.

Tomó un sorbo de su café.

Sabía que no podían ser amigos pero ambos eran muy importantes para élla, Yoongi en su particular forma de ser era lindo como que siempre le causaba ternura su carita de gato, en algún tiempo pensó que era por la afinidad de sus gatos internos, pero conforme paso el tiempo y este fue llenándose de estereotipos absurdos fue cayendo poco a poco de su gracia,  Jennie se esmeraba por encontrarle lo lindo, ahora mismo miraba a la Sr. Manoban preparado para atacar.

Y la otro estaba molesta a su lado tomando su mano territorialmente. Es que era una tonta, nadie más que élla estaba en su corazón ¿acaso no veía que su omega la amaba con locura?  pero con Yoongi aquí debía orillarlo a que se comportara, pues no era sano que la celara a muerte, tenía que aprender que Jennie podía tener amigos aún así si estos fueran alfas.

- Creo que deberían de dormir juntos para que limen asperezas.

Jennie se rio burlándose de ambos, pero para ellos élla parecía la mas chirriante bromista del reino.

- Jennie tu madre te envió un par de paquetes, los traigo en mi mochila, toma - se los pasó y Jennie los abrió y en el primero encontró un par de argollas de matrimonio, volteó los ojos, allí estaba su madre recordándole que esperaba que pronto se casara con la Sr. Manoban.

- Que linda mi madre. - Abrió el segundo con un poco de precaución y saco unos zapatitos amarillos de bebe, sospechaba que habían sido  tejidos por la misma Sra. Kim, se los enseño al Sr. Manoban y esta abrió los ojos sorprendida, creyendo que se lo estaba insinuando élla.

- ¿Que? A mi no me diga nada, mi madre quiere nietos y nos lo dice muy sutilmente.

- No creo que conozca esa palabra.

- Tu madre quiere que le lleve noticias de ti, ella espera que estes en cinta ya.

- Por la diosa,  mi madre avergonzandome 24/7 - se tapó la cara apenada, no quería tener esa platica entre estos dos tontos.

- Pero yo le dije que si esta - señaló despectivamente a la rubua que ya bufaba enojada - no es un alfa no puede preñarte en cambio yo si podría - dijo altanero.

En un par de segundos el Sr. Manoban había saltado a por el alfa y lo tenía en el suelo ahorcandolo.

- ¡Sr. Manoban! ¡Sueltelo!

- ¿Como te atreves a insinuar algo tan grotesco? ¡Retractate!

- ¡Jamás! ¡Jennie  y yo debemos ser una pareja! ¡Es nuestro destino!

- ¡Sr. Manoban! ¡Le cuento hasta tres para que lo suelte! ¡Si no ahora mismo se irá usted de mi apartamento! ¡uno! ¡dos!

La rubia  lo soltó y este se le fue encima ahora golpeando fuerte en la quijada, la Sr. Manoban respondió golpeando su cabeza con la de élla, dejándolo atontando medio botado en el sillón.

- ¡Alto!

Se interpuso entre ellos pues de nuevo se iban a enfrentar.

- ¡Ambos quietos ya!