Capítulo 2

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Kate salió del cuarto de baño vistiendo unos pantalones negros holgados y una blusa blanca amplia, sacudía una toalla azul sobre su cabeza, revolviendo su cabello y quitándole humedad. Se sentía agotada y adolorida a pesar de haber descansado todo el día, sus músculos le enviaban una nueva descarga de dolor con cada paso que daba, pero caminó tranquilamente hasta su cama desecha y se lanzó de cara sobre ella, giro sobre sí misma y observo el cielo raso.


   Despertó, el sonido de su móvil invadió la tranquilidad del cuarto de hotel, se había quedado dormida sin querer. Se levantó, soltando un pequeño quejido, había dormido en una mala posición y ahora la espalda la estaba matando. Tomó su teléfono y contestó tras leer "jefe" en el identificador de llamadas.

―¿No piensas entregar el informe de misión? ―su hermano, Lucas, le hablaba desde el otro lado de la línea.

―Aún estoy fuera de la ciudad ―su voz salió ronca, carraspeo un poco y se froto la parte posterior del cuello; también le dolía.

―¿Haciendo qué?

―Me tomo un descanso ―caminó hasta el pequeño frigorífico que había en la habitación, sacó una botella de agua y con un puntapié lo cerró. Atrapó el teléfono entre su mejilla y el hombro, abrió la botella y volvió a sujetar el móvil con una mano mientras le daba un largo trago.

―¿Cuándo volverás? ―la pequeña pizca de formalidad que aún conservaba desapareció, aquel hombre solía olvidar su estatus y se dedicaba a ser simplemente un hermano mayor.

―Mañana, JEFE ―recalcó, escucho un carraspeo desde el otro lado de la línea y casi podía oír como su hermano se removía incomodo en su lugar, se llevaba una mano al traje y alisaba las inexistentes arrugas.

―Entonces la espero aquí mañana, agente ―su tono se volvió ligeramente más grave y derrochó formalidad.

―Mañana será ―Kate no esperó contestación, colgó y lanzó el móvil contra la cama, este reboto un par de veces hacia la parte superior, pero de pronto hizo un giro extraño y salió despedido hacia un lateral, estrellándose contra el suelo, Kate retiró la botella de sus labios y le dedicó una mirada rencorosa al dispositivo, ahora tendría que caminar y agacharse para tomarlo.


   La agente Kate Manson caminaba una vez más por aquellos pasillos, los conocía tan bien que incluso podría recorrerlos con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda. A pesar de su inicial intención de dejar todo aquello atrás, el ver el rostro de John Royals en la pantalla de la sala de su casa, removió algo dentro de ella y ahora estaba ahí, caminando silenciosamente hacia la oficina de su superior, sin embargo, no lo había vuelto a ver desde aquella misión.

No llevaba ningún papel entre las manos, había enviado el informe por la mañana, mientras viajaba en el tren hacia la ciudad, pero sabía que la llamada de Lucas significaba algo más, así que ahí estaba ella, andando con soltura por el edificio a las cuatro de la tarde. Se colocó frente a la puerta metálica que daba hacia la oficina y con los nudillos tocó suavemente.

―Kate Manson ―se anunció a sí misma una vez que la pequeña pantalla a su lado se encendió. El pitido llegó hasta sus oídos, haciéndole saber que la puerta estaba desbloqueada, entró y la cerró tras de sí―. He enviado el reporte ―su voz formal rompió el silencio de la habitación y el hombre al otro lado del escritorio posó sus ojos grises sobre ella. En silencio, deslizó una carpeta oscura por encima del escritorio de metal y ella la tomó, sintiendo un déjà vu. Dio un pequeño giro sobre sí misma y comenzó a recorrer la habitación mientras hojeaba los papeles entre sus manos; se trataba de una nueva misión.

―¿Qué tan difícil puede ser cuidar de un adolescente de diecisiete años? ―su vista recayó sobre Lucas, quien elevó las cejas al cielo pero no dijo ni una sola palabra, ahora si se comportaba como un verdadero superior―. Está bien, acepto la misión, pero quiero un compañero ―la sorpresa brilló en aquellos ojos grises, ni si quiera ella misma entendía lo que estaba haciendo―. Quiero al novato, John Royals ―su hermano entrecerró los ojos con aire pizpireto y ella apartó la mirada.

―Hecho, después de todo, ¿qué tan difícil puede ser cuidar de un adolescente de diecisiete años? ―Kate sintió un escalofrío al notar la burla en la voz de su hermano mayor y esta vez fue ella quien entrecerró los ojos en su dirección, pero él no dijo nada más, en cambio, hizo girar su silla de cuero negro, enseñándole el respaldo y ella comprendió que ya debía retirarse.

La Agente Kate Manson II (Borrador) [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora