Capítulo 16

106 11 2
                                    

  La agente Kate Manson se encontraba disfrutando de una deliciosa taza de café caliente dentro de un restaurante poco llamativo, el lugar se encontraba relativamente vacío, este se encontraba en las afueras de la ciudad y lucía un tanto descuidado. Aun así, el café le había parecido sorpresivamente bueno, adaptándose a su gusto y acompañado con un esponjoso croissant. Su teléfono vibró sobre la mesa que Kate ocupaba, frente a un gran ventanal que le permitía ver hacia el otro lado de la calle, donde una serie de locales viejos y parcialmente derrumbados se encontraban. Observó su dispositivo móvil y abrió el archivo adjunto al mensaje de James.

<<Según lo que he descifrado, estos son las imágenes de los mandos superiores de la mafia a la que pertenece Andreotti, seguro que si llamas su atención también llamaras la de Andreotti.>>

Varias imágenes aparecieron el en la pantalla del dispositivo, las fue pasando una a una, memorizando cada detalle, cada facción, gesto y expresión. Había cinco personas en total, cinco personas diferentes y necesitaba encontrar al menos una para lograr ejecutar su poco elaborado plan. Algo entró en su campo de visión a través de su vista periférica, observó con disimulo por el rabillo del ojo mientras fingía revisar algo en su móvil. Un hombre alto y corpulento caminaba por la acera, al otro lado de la calle, con un aire de superioridad y desinterés. Kate se levantó de su lugar, dando un último trago a su cappuccino, tomó el abrigo que descansaba sobre el respaldo de una de las sillas y avanzó hacia la salida mientras se lo colocaba, la bufanda se le soltó mientras atravesaba la puerta del local y comenzó a colocársela mientras avanzaba por la acera, con la vista fija sobre aquel sujeto. Iba vestida completamente de negro con el propósito de pasar desapercibida ante la vista de la gente, parte del rostro se ocultaba tras una bufanda y la capucha de su abrigo colocada sobre su cabeza, la gabardina le llegaba hasta las rodillas, la llevaba abierta y las manos ocultas en los bolsillos. Mientras avanzaba el frío le golpeaba la cara, enterró la fría nariz en la lana de la bufanda y notó como aquel hombre giraba en una calle poco iluminada, habían avanzado tanto que el restaurante solo parecía un punto brillante a lo lejos, los edificios en esa área se encontraban terriblemente descuidados y sucios, los grafitis esparcidos descuidadamente aquí y allá lucían bastante viejos y descoloridos, ya no había más gente transitando por la calle, las pocas personas que caminaban frente a ella habían desaparecido en algún punto del recorrido, cosa que le provocaba un leve cosquilleo tras la oreja. Cruzó la calle y se detuvo contra una pared vieja y deteriorada en la esquina donde aquel hombre alto había desaparecido de su vista. El cosquilleo aumentó, notó que algo iba mal y contuvo el aliento, giró sobre sí misma, dispuesta desandar el camino, avanzó a paso rápido, las botas crujían sobre los trozos de cemento que se había desprendido de los muros y de pronto algo la golpeo por un lateral tan fuerte que la hizo trastabillar, cayó de lado, sobre su brazo y un dolor le atravesó con fuerza el hombro, lanzó una mirada lo suficientemente rápida para ver como un par de hombres extremadamente altos y corpulentos, con el rostro desfigurado por algunas cicatrices, surgían por un agujero en la pared. Ambos hombres avanzaron hacia ella con rapidez, Kate se propulsó con pies y manos y se lanzó hacía el centro de la calle, poniendo distancia entre ellos, caminó un poco más, de espaldas, con la vista fija en el hombre que estaba más próximo a ella, aquel que la había hecho caer y dejó que un hormigueo le cosquilleara la punta de los dedos. El sujeto balbuceo algo que Kate no logró escuchar y se lanzó hacia ella, su puño atravesó el aire en su dirección y se inclinó para esquivarlo, desde abajo, Kate lanzó un golpe con el puño firmemente cerrado, sus nudillos conectaron con la mandíbula de aquel hombre corpulento y este se tambaleó hacia atrás, aturdido, mientras trataba de enfocarla nuevamente con la vista. La agente Kate Manson aprovechó el momento, mientras el otro hombre se aproximaba a auxiliar a su compañero, lanzó una patada directo a su rodilla que lo hizo flaquear y caer hincado sobre el desgastado asfalto, un gruñido doloroso le surgió de la mandíbula tensa y Kate giró sobre sí misma, elevando una pierna y propinándole una nueva patada, el golpe conectó justo en su sien y ella sintió como una vibración reptaba por su pierna, sacudiéndole hasta los huesos, el hombre se desplomó, inconsciente. Unos anchos brazos la envolvieron por el cuello, asfixiándola y elevándola del suelo, pataleo ante la sorpresa mientras el aire se le escapaba por la boca, abrió los ojos, aquella sensación siempre hacía que entrara en pánico ante el recuerdo de su niñez. Cerró los ojos, aparatando las imágenes de su mente, lanzó el brazo hacia atrás y cuando su codo impacto contra el rostro de aquel sujeto sintió como algo se rompía. Kate cayó al piso y se arrastró por el asfalto, notó como se le abría la piel de las manos al rozar los puntos filosos de la carretera, dio unas grandes bocanadas y el aire entró violentamente a sus pulmones, tosió y los ojos se le cristalizaron. Se levantó y giró el rostro, observó como aquel hombre se sujetaba la nariz, la sangre le bajaba por los labios y se le desprendía de la barbilla, el suelo comenzaba a teñirse de rojo carmesí bajo sus pies, la mejilla estaba surcada por una profunda cicatriz blanca y tenía un ojo de un color gris blanquecino, el otro, de un tono marrón oscuro la miraba con rabia. 

La Agente Kate Manson II (Borrador) [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora