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Aquella chica varada en la lluvia hecha todo un desastre, ahora se encontraba durmiendo placenteramente en un sofá de una estancia que no era la suya; abrió poco a poco sus ojos y se quedo mirando a la nada por unos segundos, después miro la cobija que tenía puesta encima, pestañeó varias veces y al fin recordó, Levi le ofreció quedarse en el apartamento de este ya que llevarla al suyo sería un lio, ahora entendía porque despertó en su apartamento y porque tenía una pijama seguramente de él << y así era >>. Se sentó y puso su mente a pensar; tenía sus dudas, ¿Qué hacía en el sofá y no en el cuarto de huéspedes que Levi ofreció para dormir? y no era lo único, ella no recordaba que él azabache le hubiese dado una manta para dormir ahí en la sala.

-Despertaste-. Dijo una voz gruesa detrás suyo que ya le resultaba muy conocida, provocando que la chica diera un pequeño salto.

-Me asustaste-. Se giró a verlo. -Oye, ¿Cómo es que dormí aquí? es decir en este sillón-.

-Te dije anoche que no bebieras la cerveza pero eres terca y no me hiciste caso, incluso te tomaste la mía-.

Mikasa se acordó que se había colado en la cocina para buscar la bebida, cerró sus ojos y apretó sus labios desviando la mirada de él. -Espera-. Volvió a abrirlos y se giro para verlo de nuevo. -Ahora que recuerdo... al final tu me diste la lata de cerveza-.

-.....-. Levi solo se quedó mirándola serio. -Ya es tarde, si quieres que te lleve alistate-. Lanzó con fuerza la ropa de la fémina sobre el mismo sofá y se marchó hacía la cocina.

-Si ibas a estar tan molesto me hubieras dejado en lluvia-. Dijo en susurro y lo miró a sus espaldas con una cara de poker; se levantó por completo y fue lo que hizo que se percatara de la herida de su rodilla derecha, solo que a diferencia de antes, esta estaba atendida, con su mano derecha tocó por encima de la bandita de su cara, y al mismo tiempo se percató de también la herida << ya atendida >> de su mano. Dudó el porque lo estaba, luego dirigió su mirada al azabache y la verdad es que no quería que ni siquiera pasara por su cabeza que ese enano engreído le había curado; sacudió su cabeza y entró al baño. Una vez dentro de éste, se miro al espejo, retiró la bandita de su cara y volvió a tocarla, pero esta vez en vez de un toque suave, hizo presión con sus dedos, la azabache no acostumbra a tener sus uñas largas, de ser así estas se hubieran enterrado en su mejilla por la fuerza que puso, haciendo que solo sus dedos temblaran y dejaran colorado alrededor del corte. La gran Mikasa Ackerman recordó el momento en que se mostró vulnerable, y se golpeaba mentalmente por sentirse inútil, uno de varios.

Flashback

Se encontró con la persona que más odiaba, incluso más que a Levi. -¿Qué haces aquí?-. Preguntó a su visitante.

-Hola cariño-. Floch giró a verla en cuando la escuchó llegar. -Me ha estado yendo bien con mi padre por si te lo preguntas-. Se puso de pie y caminó hacía ella. -Me estoy esforzando por darte el mejor futuro-. Floch se acercó demasiado a la fémina y paso su mano por la espalda de ella para pegarla a su cuerpo.

Sin embargo la azabache no se movió, a pesar del poco alcohol que salía de la boca de su prometido, con su otra mano la tomó por arriba de la nuca y la inclinó hacía él para besarla. No correspondió el beso pero tampoco lo apartó, solo apretó fuerte sus ojos como respuesta al desagrado que sentía en ese momento, ese asqueroso olor y sabor a alcohol, la fuerza con la que apretaba su cabello y la agresividad con la que eran besados sus labios; la mano de este paso de la espalda de la chica hacía cerca de su pecho, con intenciones de tocarlo y dicha acción fue la suficiente para que la oji gris lo apartara.

-Detente-. Dijo firme mientras sus manos detenían las intenciones de él y ella se separaba.

-Como siempre mi amor, eres la más difícil de todas-. Le dijo mirándola. -Siempre me dejas con las ganas-.

ElixirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora