Elixir

*20*

Ahora el ya conocido dúo del hospital psiquiátrico, iba en el auto del mayor rumbo a Trost, la ciudad quedaba a tres horas de Sina; el camino era silencioso en ocasiones, hablaban sobre la hipnoterapia que se planeaba con Michael, algunos pacientes uno del otro, sus antiguos trabajos, entre otras cosas. Luego de una hora y media de camino se detuvieron en una tienda de conveniencia que la azabache conocía muy bien por lo cerca que quedaba de cierto lugar al que acudía de vez en cuando; compraron el tan deseado té del azabache y el café de la ojigris, además ambos lo acompañaron de un sencillo sándwich cada uno; en lugar de sentarse en la pequeña barra dentro de la tienda, decidieron comerlo al aire libre recargados en el auto.

Mientras disfrutaban del alimento, Levi se animó a preguntarle sobre como iba su situación familiar.

-No esta bien porque nunca lo ha estado, pero no me ha derrumbado, me siento bien-. Contestó Mikasa con una sonrisa. -Además estoy segura que eso pronto acabara, digamos que tengo el suficiente material como para hundir a Floch Forster, y ya dependerá de él si quiere que eso suceda-.

-Esta demás decir que cuentas conmigo porque sabes que así es, pero, si estás segura de hacerlo tu sola, entonces está bien, me alegro por ti, lo digo enserio-. Respondió Levi con una leve y sincera sonrisa.

-Gracias, ¿sabes? Además de Armin, eres en quien más he confiado, no por decirte mis problemas personales, sino porque siento que no tengo miedo a decirte esto o aquello, aún si no estás siempre de acuerdo conmigo-. Mikasa se aclaró la garganta. -Por eso... también estoy feliz de ir contigo a la cena anual-. Sonreía Mikasa tímidamente.

Levi mordió el interior de su labio y contestó. -Esta bien, no somos ciegos ni sordos como para no darnos cuenta que varios del hospital piensan que salimos... pero, solo importa lo que nosotros creamos-. Mikasa miraba atento a Levi y este sentía su mirada en él, no le pesaban los ojos grises puestos en él, solamente no sabría como reaccionar si también volteaba a verla, no, más bien algo le decía que si giraba su rostro para verla, algo más podría terminar sucediendo, el azabache estaba en un dilema, quería pero dudaba en si estaría bien confesar sus sentimientos; hace tiempo que dejo las dudas de lado y terminó aceptando que no solo veía a Mikasa Ackerman como solo una compañera de trabajo, y si bien podría decir que la oji gris era su amiga, sus sentimientos por ella eran más que de amistad. -Tch, si luego de esa famosa cena nos molestan más con eso de que tu y yo somos pareja será tu culpa-. Bebió del vaso.

-Solo importa lo que nosotros creamos, mi trasero-. Le contestó Mikasa burlándose de lo anterior que había dicho Levi y por lo que acababa de decir.

Levi soltó una corta risita, lo había dicho solo para molestarla. -Tu me sugeriste invitarte, pero al final fui yo quien accedió a hacerlo... a mi también me alegra ir contigo, además de Hanji y Erwin, eres en quien más he confiado-. Levi observó lo que quedaba de líquido en su vaso.

-¿Erwin? ¿Hablas del antiguo director de Sina?-. Preguntó Mikasa.

Levi solo asintió.

-No sabía que se conocían, sabía que estaba comprometido con la directora Zoe-.

-Hanji y yo nos conocimos en la universidad y ambos conocimos a Erwin cuando los tres éramos pasantes-.

-Ya veo, siento mucho la pérdida de un amigo, debió ser difícil para ambos-.

-Siempre será difícil, es por eso que no debes superar su perdida, sino que aprender a vivir con eso-.

Mikasa colocó su mano en la espalda del mayor y dio tres lentas palmaditas, esto tomó por sorpresa a éste y por inconsciente esta vez sí giró a verla, para toparse con una pequeña sonrisa. La azabache vio la hora en su reloj tradicional, hasta en eso los Ackerman coincidían, preferían relojes de manecilla a un Apple Watch, decían que los anteriores son más elegantes. -Si nos vamos ahora, llegaremos antes de las 8am ¿Crees que el orfanato nos quiera recibir a esa hora? Normalmente aceptan visitas a partir de las 9-.