Nayeon estaba hojeando las páginas del nuevo libro de sanación de Mina que le fue regalado por Youngjae.
"Entonces, ¿quieres ser sanadora?" Preguntó, mirando distraídamente las imágenes que mostraban cómo preparar una poción correctamente. Su barbilla descansaba en su palma izquierda mientras sus ojos recorrían la página.
Mina se encogió de hombros antes de recostarse en su silla. La biblioteca estaba en silencio excepto por los suaves sonidos de papel y los murmullos que pasaban entre ella y Nayeon, que estaba sentada frente a ella.
"Creo que sí." La menor respondió mientras jugaba con sus dedos que descansaban sobre la mesa. "Realmente me gusta ayudar a Madam Pomfrey cuando estoy libre".
Nayeon arqueó las cejas, luciendo un poco impresionada, antes de cerrar el libro y empujarlo hacia la contraria. Quien lo volvió a guardar en su bolso.
"¿De verdad?" Preguntó, casi provocando que Mina pusiera los ojos en blanco ante su tono burlón. "Pensé que querrías conseguir un trabajo en el Ministerio".
"¿Por qué piensas eso?" Preguntó Mina, luciendo un poco confundida por su comentario.
Nayeon se reclinó en su silla, imitando a la japonesa, y se encogió de hombros. "No lo sé. ¿No es lo que familias como la nuestra esperan de sus hijos? Que obtengan un trabajo respetuoso y ganen mucho dinero".
"Y casarse con un mago rico de sangre pura". Mina agregó, haciendo reír a la mayor.
"¡Exactamente!" Nayeon exclamó, ganándose miradas molestas de otros estudiantes que ignoró. Mina no pudo evitar sonreír cuando un áspero "¡Shhhh!" vino del otro lado de la biblioteca. No podían ver al dueño del sonido, pero no había necesidad de ser un genio para saber que pertenecía a Madam Pince.
"Pero", comenzó Mina en voz baja. "Los curanderos son respetados. Y necesarios".
Nayeon se quedó en silencio por un momento antes de pronunciar un silencioso "Bien" mientras apartaba la mirada con una leve sonrisa. Aunque no dio a conocer su opinión, Mina estaba segura de que no estaba de acuerdo con ella.
"No estás de acuerdo." Ella señaló, haciendo que la coreana la mirara una vez más.
"Yo no dije eso." Respondió con una ceja levantada. Mina la vio cruzar los brazos antes de poner los ojos en blanco.
"¿Por qué no estás de acuerdo?" Preguntó, tratando de no sonar ofendida mientras ignoraba su oración anterior.
Nayeon negó lentamente con la cabeza y se inclinó hacia adelante, con los brazos cruzados descansando sobre la dura superficie de la mesa. "No estoy en desacuerdo. Simplemente creo que no es el mejor trabajo que hay".
"¿Oh en serio?" Dijo la japonesa, sin prestar atención a su voz ligeramente levantada. Sonaba ofendida, para diversión de Nayeon. "¿Ves esto?" Preguntó, señalando su frente que ahora estaba completamente libre de su desafortunado moretón. "Si no fuera por el ungüento que Madam Pomfrey preparó para mí, todavía tendría..."
"No me estas escuchando." Nayeon interrumpió sus apresuradas palabras, haciendo que un ceño fruncido apareciera en su pálido rostro. "Es un buen trabajo, pero no el mejor. Eso es todo".
"Bien." Dijo, sin tratar de ocultar su frustración, agarró su bolso que estaba en la silla junto a ella.
"¿A dónde vas?" Preguntó Nayeon, reprimiéndose para no poner los ojos en blanco ante su comportamiento.
"El almuerzo está a punto de comenzar." Mina respondió, sin mirarla mientras se levantaba de la silla de la biblioteca.
"Bien." Nayeon copió sus acciones una vez más y se puso de pie antes de agarrar su bolso del suelo. Inmediatamente comenzó a seguir a Mina fuera de la habitación silenciosa llena de libros y miradas molestas que seguía recibiendo de los estudiantes.
ESTÁS LEYENDO
Obliviate - MINAYEON (ACTUALIZACIONES MUY LENTAS)
Teen Fiction"¿Bailarías conmigo?" Mina preguntó en voz baja, como si temiera que alguien las escuchara. Sus delicados dedos se deslizaban sobre las teclas del piano. "¿Existe la posibilidad de una guerra y me estás pidiendo que baile contigo?" Nayeon, que est...