Obliviate - MINAYEON (ACTUALIZACIONES MUY LENTAS)

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Las siguientes semanas pasaron bastante rápido. La tercera tarea se acercaba y todos estaban entusiasmados con ella. El torneo era lo único de lo que se hablaba en los pasillos, en las clases antes de que llegaran los profesores, en el Gran Comedor durante el desayuno, el almuerzo y la cena... Había dos estudiantes que estaban hartos de escuchar las mismas conversaciones llenas de emoción, y eran Chaeyoung y Mina.

Mina... Asistió a tantas sesiones con Trelawney que no podía contar los días que pasaba en el aula de Adivinación aunque lo intentara. Ahora que se acercaban las vacaciones de verano, las clases diarias comenzaban a volverse más ligeras y menos intensas, con menos tareas. Así que Mina aprovechó la oportunidad y fue a la profesora Trelawney con la mente abierta, dispuesta a aprender más. Ahora el tiempo que pasan juntas no solo estaba limitado a los fines de semana y de repente hizo que el proceso de convertirse en una vidente experta fuera más rápido.

Aunque, no siempre era agradable.

Mina caminaba por el jardín ... ¿Pero era un jardín? No, era el campo de entrenamiento, obviamente. Llevaba una escoba. La marca o el modelo no estaban muy claros.

Llevaba uniforme. Aunque no su uniforme escolar de todos los días...

Una extraña sensación recorrió el cuerpo de Mina cuando abrió los ojos. Se sintió como si un rayo muy débil la golpeara, causando que cada cabello de su cuerpo se erizara. El dolor de cabeza que apareció de repente no era muy fuerte, pero sí incómodo.

"¿Bien?" Trelawney miró a Mina con ojos grandes y expectantes. "¿Has visto algo?"

"No quiero volver a hacer esto". Dijo la menor con un leve malestar en la voz. Estaba parpadeando rápidamente, tratando de deshacerse de los extraños sentimientos que atacaban su cuerpo.

"No te preocupes, pasará en poco tiempo". Trelawney le aseguró, sintiendo empatía por cómo debía sentirse. "¿Viste algo? ¿Algo en absoluto?"

Mina cerró los ojos, se frotó el puente de la nariz y asintió. No podía ver la gran sonrisa en el rostro de Trelawney.

"¡Oh, Dios! ¡Y este es solo tu tercer intento! ¡Estoy tan orgullosa de ti, querida!" La profesora exclamó, sonando demasiado feliz por la situación. "¿Qué viste? ¿Te acuerdas?"

Mina no respondió por un momento. Esperó hasta que el hormigueo en su cuerpo desapareció junto con su débil dolor de cabeza.

"No estoy segura. No estaba muy claro". Ella respondió, tratando de recordar lo que contenía la visión sin esforzarse demasiado y darse otro dolor de cabeza. "Solo me vi a mí misma. Llevaba una escoba, creo".

"Oh bien." La reacción de Trelawney casi hizo sonreír a Mina. ¿Estaba decepcionada? "No podemos esperar que veas algo enorme por primera vez. Y de hecho lo has hecho mucho más rápido de lo que esperaba, muy bien hecho".

Sintiéndose de nuevo como ella misma, Mina asintió. Estaba demasiado cansada para usar palabras. Odiaba lo agotada que la dejaban las visiones. Si tan solo si hubiera una forma de ganar inmunidad a eso...

Durante los próximos días, Trelawney intentó enseñarle cómo entrar en trance voluntariamente. De hecho, era lo primero que quería hacer después de las meditaciones, pero no podía apresurar a Mina, así que habló y habló y habló sobre la forma correcta de hacerlo hasta que la japonesa estuvo lista. Primero meditaron para que la mente de Mina estuviera vacía y relajada junto con su cuerpo. Trelawney acortó la parte de relajación hoy para desafiar un poco a la menor.

Mina se apoyó contra una pared mientras aún estaba sentada en un cojín rojo para no tener que preocuparse por caerse.

Para la siguiente parte, Trelawney le dijo que buscara su Ojo Interior y lo abriera. Mina estaba confundida. Ella no sabía qué buscar realmente. Falló la primera vez. Casi lo hizo la segunda vez, pero todavía no estaba segura de lo que estaba buscando, cómo llegar a esa parte interior de ella, así que falló. Su tercer intento podría considerarse un éxito aunque fue muy corto. Ella asoció abrir el Ojo Interno con despertarse de un sueño, lo cual era bastante irónico. Se imaginó cómo se sentía despertarse todos los días, separarse del mundo de los sueños.