LoveFool.

Mala mañana para recibir propuestas.

La alarma sonaba sin cesar y su cabeza parecía querer explotar con aquel sonido, algunos rayos de luz se colaban por la cortina entre abierta, tomo el teléfono para deslizar su dedo por la pantalla para que la maldita alarma cesara, cuando el silencio reino nuevamente en el lugar, verifico nuevamente la hora, faltaban diez minutos para las nueve de la mañana, sabía que necesitaba de esos diez minutos para motivarse a salir de la cama con este clima tan frio; la noche anterior había trabajado hasta tarde y sus parpados pesaban más que nunca, como si no pudiera mantenerse despierta por ella misma.

Entonces activo el wifi para saber si tenía alguna notificación, fue casi automático al momento de conectar su teléfono a la red la cantidad de mensajes por sus distintas redes sociales que amenazaban con dejar un agujero en la mesa de noche debido a la constante vibración del aparato.

-Vamos, tu puedes- se auto animó tomando el teléfono en su mano, digitando la clave de bloqueo y verificando los mensajes, entre ellos una cadena de memes relacionados a un anime que estaba viendo a la par con un viejo amigo que la hizo reír- Definitivamente eres motivador, Kaminari- dijo para sí misma mientras enviaba emoticones sonrientes en respuesta.

Desde que se habían graduado de la U.A había conservado la comunicación con todos sus compañeros, actualmente todos desempeñándose como héroes, pero claramente con el rubio tenía una amistad basada en los chistes internos, reírse de las desgracias ajena y ayudarlo cuando tenía algún problema más o menos serio.

Ella se fue a trabajar a una agencia de superhéroes que había fundado Yaomomo a los pocos meses de graduarse, por otro lado Kaminari, Kirishima y Bakugo también trabajaban en una agencia cercana a la de la azabache pero eran pocas  las veces en las que se cruzaban en alguna misión, sumado a eso cada uno tenía un segundo trabajo pues no podías vivir solo de ser un superhéroe.

Con ese pensamiento en mente se levantó de la cama dejándola descubierta hasta atrás, abrió las cortinas y la ventana dejando entrar el viento frio. Debía salir a comprar unas cuerdas de repuesto para su bajo y guitarra, no iba lejos y sinceramente no creía encontrarse con alguien conocido temprano por la mañana así que decidió ponerse un chándal negro, una sudadera extra grande de color lila con capucha pues ni siquiera se había esforzado en peinarse un poco, solo se hizo un recogido que dejaba sus cabellos violetas revoleteando hacia todos lados, unos zapatos crocs de color negro y salió a la calle. Probablemente parecía una vagabunda pues mucha gente se le quedaba viendo y algunos niños de camino a sus escuelas se escondían tras sus madres.

-Buenos días Jirou San- dijo el dependiente de la tienda – ¿Qué haces aquí tan temprano?

-Se rompieron algunas de mis cuerdas anoche y las necesito urgente para los ensayos de hoy- dijo algo aproblemada mientras el chico sacaba una caja con distintos juegos de cuerdas –Espero encontrar lo que busco.

-¿Que es más difícil ser heroína, cantante o lidiar con ambos trabajos?.

-Esta cara te lo puede decir todo- se apuntó a sí misma.

-Tienes razón te ves como si hubieran trapeado el piso contigo- escucho una tercera voz a su espalda volteándose impresionada por el atrevimiento de aquel extraño al opinar de su apariencia - Hola Jirou- fue el alegro saludo que recibió cuando encaro al que hasta ese momento pensó era un extraño. 

No podía ser verdad, luego de años sin ver en vivo y en directo ahí se encontraba el rubio eléctrico con su mítica sonrisa rascándose la nuca mientras la miraba de pies a cabeza y entonces cayo de cuenta en cómo iba vestida, su primera reacción fue picarle los ojos con sus lóbulos haciendo que este se quejara del dolor.