Comienzan las lecciones.

701 47 27
                                    

Denki estaba llegando a su casa cuando su teléfono vibro en su bolsillo, cuando reviso se encontró con el mensaje de Jirou diciendo que lo ayudaría pero que tendrían que conversar las condiciones con las que procedería.

-Vamos... contesta...- decía para sí mismo mientras el teléfono seguía marcando –Vamos Jirou...

-¿Que paso?- fue lo primero que dijo la chica cuando contesto.

-No creo poder esperar hasta mañana, hablemos ahora de tus condiciones- dejo salir ansioso- Jirou...

-Eres tan molesto como un grano en el trasero ¿Lo sabias?- coloco el teléfono en alta voz mientras se preparaba algo para cenar –Bien, no son muchas cosas- comenzó – Sera por un máximo de tres meses, y procura que sea menos tiempo, debes darme una lista de cosas que quieras aprender por así decirlo –se encogió de hombros mientras seguía pensando en que limites poner – También nada de besos.

-Pero ¿Cómo nos van a creer que salimos si no nos besamos de vez en cuando? –Arrugo el entrecejo mientras mordía su labio inferior- No te pido devorarme el alma, pero un piquito de vez en cuando...

-Siéntete agradecido por el favor que te hago, ya lo dije, besos no –regaño hacia el teléfono imaginándose la cara del rubio- ¿Estamos de acuerdo?

-Si- dijo sin ganas.

-No te escuche- dijo para molestarlo- ¿Que dijiste?

-Que sí, está bien nada de besos, pero si debemos acurrucarnos o abrazarnos o la cosa no va a funcionar, ¿Cómo le voy a demostrar a Mimi que soy buen novio si jamás me ve darte cariño?

-Pues deberías pedirle ser tu novia y ya –rodo los ojos y bufo molesta.

-Necesito el ensayo y error antes de eso.

-¿Sabes? Me acabo de arrepentir, olvida el trato- entonces le corto, eso había irritado a la peli morada, sintiéndose usada- ¿Soy un experimento acaso? –reclamaba mientras revolvía la olla con la pasta que pretendía comer.

Cuando comenzó a recoger la mesa para dejar todo limpio y ordenado sintió el timbre, vio el reloj de la sala y era casi las doce de la noche, ¿Quién podría ser tan tarde? la anciana de la casa de adelante no estaba pues se había ido a pasar unas vacaciones con sus hijos y no era que le diera miedo salir abrir pero estaba realmente extrañada. Salió de su casa pasando por el caminito de plantas y enredaderas hasta llegar a la reja principal divisando a cierto rubio tratando de calentar sus manos mientras daba saltitos debido al frio.

-No puede ser...- resoplo cuando lo vio y el rubio se fijó en su presencia sacudiendo la mano en forma de saludo- ¿Qué haces aquí?- pregunto a lo lejos tratando de arroparme con su delgada sudadera.

-No puedes cortarme así, tengo preguntas y dudas –nuevamente usando su cara de gato con botas- Déjame entrar –hizo un puchero poniendo su cara entre los barrotes de la reja de entrada –No seas mala, hace frio.

-Bien- rodo los ojos nuevamente acercándose a la reja para abrirle y dejarlo pasar- Bueno, ven.

-¿No vives en la casa grande?-apunto la casona.

-No, arriendo la casa interior, hay que entrar por este costado- indico el pasillo que había a un costado del jardín, al final de este un par de metros detrás de la casona había una casa más pequeña –Ahí es donde vivo.

-Wow- miro el lugar maravillado- Esto es enorme, ¿Cómo lo conseguiste?

-Momo, la dueña es una amiga de la familia de ella y accedió a dejarme rentar la casa de atrás- se encogió de hombros- Ahora entremos porque me congelo.

LoveFool.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora