Marriage Life [Jack the Ripper x OC Drabbles]

Pan

Se secó la frente ya que hacía bastante calor en aquella cocina desde que había puesto leña en el horno para poder hornear el pan. Tenía varias manchas de harina en la cara y las manos cubiertas de masa luego del trabajo que había hecho.

Miró a su marido, quien era el que se encargaba de avivar el fuego para poder poner los panes que habían preparado al horno. Jack tenía las mangas arremengadas hasta los codos y también estaba algo cubierto de harina y polvo de hornear.

Galilea sonrió mientras le veía. Verle trabajar tan duro para que ambos pudieran cumplir el sueño de abrir su negocio era conmovedor para si corazón. También notó que su mirada era más suave y más brillante, incluso se le notaba más jovial y alegre, y ya no era el hombre sombrío que era antes del Ragnarok.

— Amore, creo que la temperatura está bien para hornear— dijo la italiana mientras tomaba aquella pala para hornear que habían comprado.

Puso sobre aquel objeto la bandeja con los panes que habían preparado y los metió en el horno. Ese había sido el quinto intento en el mes para lograr que se horneara el pan de la manera correcta, pues la primera vez se quemó, la segunda salió bastante crudo, la tercera vez faltaba polvo de hornear y la cuarta quedó muy salado.

— Bueno, hay que arreglar este desastre — dijo Galilea mirando a la cocina, la cual estaba bastante sucia.

— Iré yo por los trapos esta vez — dijo Jack mientras salía de la cocina.

Galilea se puso a lavar los trastos usados para hacer el pan, mientras esperaba que su esposo volviera. Una vez él estuvo de vuelta, limpiaron los restos de harina y secaron y guardaron lo usado.

Después de unos minutos, Jack sacó los panes del horno para poner la bandeja sobre el mostrador. La pareja notó que el exterior tenía un color de un tomó naranja-dorado, tenía un aroma glorioso y un buen volumen. Una vez lo suficientemente fríos para tomarlos con sus manos, notaron que el pan crujió de una manera exquisita y, al probarlo, lo supieron.

— Está perfecto— dijo el varón con una sonrisa.