Marriage Life [Jack the Ripper x OC Drabbles]

Emociones brillantes

Sus colores seguían tan brillantes y hermosos como el primer día en que la conoció. Tantas emociones positivas en una sola persona fue algo nuevo para él, pues si bien Heracles le enseñó el verdadero color del amor, Galilea tenía una gama más amplia de colores, el lienzo que era su alma tenía los más brillantes colores que ningún otro humano tenía.

Uno de los primeros colores que notó en ella fue la gentileza que parecía ser infinita. Tenía fe y esperanza, sin importar lo dura que fuese la situación. Generosidad, no había llegado a conocer una persona tan generosa, pues daba de lo que tenía. Honor, una persona con principios y que no estaba dispuesta a renunciar. Ella era honesta, nunca diría una mentira para nada ni trataría de ocultar nada a nadie. Devota, era devota a su ciencia y a él.

Ella había puesto su vida en sus manos dos veces desde que se conocieron y nunca vaciló, sus brillantes y bellos colores no se vieron opacados por el miedo, la desconfianza o el desprecio. Sin importar con quién estuviera, sus colores no cambiaban.

A veces tantos colores positivos y brillantes le cegaban, pero qué bien le hacían sentir cuando iban dirigidos hacia él. Era un tanto egoísta, pues Jack deseaba que su mujer sólo mostrara tan bellos colores estando con él.

El color del miedo había sido hermoso y puro, un sentimiento que todas sus víctimas habían compartido de una manera sincera e intensa, pero tal color artístico palideció ante el amor y la apreciación que Galilea le mostró día a día desde que comenzaron su relación.

Jack antes había provocado la emoción de miedo a mucha gente, ahora quería mantener vivos los colores en su esposa.

— El amor es la emoción que nos ha unido a ti y a mí ¿Qué color tiene?

— Tiene el color de los cálidos rayos de sol al atardecer, una luz dorada, es amielada y suave... Me recuerda al brillo de tu sonrisa.

Galilea se mantuvo pensativa en la descripción dada por su marido mientras acariciaba su vientre suavemente y su cerebro maquinaba el legado que podría darle a su hijo.