Los tiempos cambian

2.- Prank

Hubo un estruendoso estruendo cuyas ondas de choque resonaron por los pasillos de un templo en ruinas. El techo de una de sus muchas antecámaras se había derrumbado, enviando una lluvia de ladrillos dorados desprendidos y rotos que caían a los pisos pavimentados de abajo. Un bárbaro enorme que empuñaba un hacha había acorralado a un gorila extremadamente delgado vestido con un esmoquin con manos de langosta y cascos de caballo. La abominación simiesca arremetió, pero fue rechazada por el hacha curva y afilada del bárbaro.

El bárbaro blandió su arma y el gorila levantó los brazos frente a su cara en un último y patético intento de autodefensa; su táctica fue ineficaz. El bárbaro levantó su hacha manchada de sangre y, con un salvaje grito de ferocidad, asestó el golpe mortal. La cabeza del hacha fue enterrada en el cráneo del simio, que inmediatamente explotó y bañó su campo de batalla compartido con sangre, materia cerebral y fragmentos de hueso.

"¡GANA CURMAN! ¡BRUTALIZADO!"

Index gruñó de frustración mientras dejaba caer su controlador en su regazo. La monja levantó la barbilla con la palma abierta y se tocó la mejilla con los dedos. "¿Alguna vez has considerado participar en un torneo Bloody Fist? Creo que podrías llegar a la cima, Misaki." Comentó Index. Aunque la monja lamentó su pérdida, no se permitió actuar como una perdedora dolorida.

Las mejillas de Misaki se enrojecieron cuando el calor se apoderó de su rostro. "¡Gracias, Index! No soy tan bueno; aquellos que participan en torneos podrían destruirme sin esfuerzo. Misaka-san, que no participa en ningún torneo, es más que un combate para mí."

"Otra ronda. Ya me aburro de sus interacciones sin sentido, mortales." Se quejó Othinus. Pateó sus piernas de un lado a otro; sus pequeños tacones golpearon el hombro de Misaki una y otra vez, aunque la usuaria de Mental Out no pareció darse cuenta.

"¿Por qué no juegas por ti mismo," Othi-chan? "Preguntó Misaki con un toque de desprecio en su voz. Estiró la cabeza para mirar al pequeño Dios Mágico anterior. Othinus se encogió de hombros con indiferencia mientras pasaba sus manos por sus deliciosos mechones dorados. "Esos molestos controladores son demasiado grandes para mí. Además, prefiero ver cómo tus personajes se golpean sin sentido. Me divierte."

Index, sintiendo la tensión creciente en el aire, resolvió matarlo prematuramente. "¿P-por qué no cambiamos de personaje, Misaki? El Primate Pounder es un poco pésimo. ¡Creo que podría hacerlo mejor si tuviera un personaje con una mejor estadística de defensa!"

La táctica de Index pareció funcionar; La atención de Misaki volvió a la monja. Misaki ofreció una cálida sonrisa y presionó el botón "B" en su controlador, lo que la devolvió a ella ya Index al menú de selección de personajes de Bloody Fist. "Me encantaría jugar otra ronda contigo. ¿Te gustaría que cambiara mi personaje también?"

Index se encogió de hombros mientras movía su cursor resaltado por el menú; docenas de retratos de combatientes potenciales se sentaron frente a un fondo de adoquines en ruinas y salpicado de sangre. Cadenas oxidadas y empapadas de sangre colgaban de las esquinas inferiores del menú y producían un traqueteo cada vez que el cursor se movía de un retrato a otro.

El cursor de Index aterrizó en el retrato de la mitad superior de lo que parecía ser una especie de híbrido dragón-humano; Escamas de un verde enfermizo y ardientes cubrían a la bestia desde su hocico hasta su cintura, y tenía enormes alas desgarradas como de murciélago que sobresalían de su espalda. Los ojos de la bestia brillaron de un rojo carmesí, y lo que parecían ser lágrimas de sangre gotearon de las esquinas de sus ojos.

La monja sonrió mientras presionaba el botón "A" en su controlador. Misaki no pareció darse cuenta de qué personaje había seleccionado su oponente. Después de unos momentos de indecisión, Misaki optó por no cambiar de personaje.