Estábamos de vuelta en mi casa, era de noche y tal vez seria nuestra última noche juntos. No podía estar mas feliz, cada mañana cuando despertaba el me tenia una rosa con una nota que contenía una frase preciosa, no lo había contado porque no quería ilusionarme y jamás leí ni mencione ninguna nota, hasta esta noche, mientras el esta en la ducha, son seis notas. Que decían lo siguiente
“Eres el sol de mi vida o el oro de mi existir, certeramente, sin fallos, mi aire para respirar”.
“Te escogería por siempre, porque tu eres mi para siempre”.
“Me enciendes con tan solo un beso, me provocas con solo una mirada y me enamoras solo con tu alma”.
“La perfección esta sorbe valorada, hasta que te ven”
“Te amo, te amo contra mis defectos, te amo contra mis contratiempos, te amo por ser quien eres, pero lo que mas amo de ti, son tus demonios.”.
“Hacerte el amor en la oscuridad para mi es un regalo de la vida y tenerte en mi vida es un regalo de Dios. Te amo Emma”.
Me enamoraba totalmente, ya no me importaba si era un error o no, aunque nunca le permití ver mi cicatrices, el no pareció notarlo, era feliz haciéndome el amor en la oscuridad. Nos amábamos y estábamos en esto hasta el fondo y él también lo quería y eso nos hacia igual de estúpidos a los dos, no me importaba que pasaría, era una decisión, estaba lista para volver a Philiphinas, no siempre se puede huir y yo tenia que hacerle frente a mis miedos, le daré la noticia cuando cenemos, seguro se pondrá feliz al igual que yo, era mi verdadero amor y muy probablemente el amor de mi vida también, esto que sentía era tan fuerte que me daría tal valentía a pesar de ser mi destrucción también.
Mientras pedía sushi el salió con una toalla enredada en la cintura, oh su pecho y abdomen me causaron dolor de pansa y que me mordiera el labio, le hizo saber de que lo deseaba tanto en ese momento que camino hacia mi, me cargo, me subió sobre la barra y comenzamos a besarnos apasionadamente pero entonces sonó el timbre, me pareció algo muy inusual debido a que el sushi tarda por lo menos una media hora, muy a mi pesar fui a abrir la puerta y le dije que me esperara allí que volvía en un segundo a retomar nuestra tarea, cuando abrí la puerta era Danielle, que hacia mi ayudante peli roja en mi casa?, no lo entendía. Me saluda y entra como juan por su casa, como si buscara algo.
- He Danielle, para a donde vas?
- Oh, no me invitaras a pasar?
- Lo que pasa es que estaba algo ocupada.- en ese momento entra Will a la sala.
- Ah ya veo.
Fue algo tan extraño, los dos se quedaron serios mirándose y se hizo un gran silencio.
- Mira Danielle, si buscas alguna explicación no te la daré, es mi vida personal, solo espero que no lo divulgues en la empresa.
- Disculpa!, te acuestas con mi ligue y no merezco una explicación!.
- Danielle, para ya.- dijo Will lo que hizo percatarme de que pasaba algo que yo no sabia y eso me hizo ponerme en guardia.
- Espero que me cuenten que es lo que esta pasando.- dije con voz mandataria.
- Ah ya, pero es que tu noviecito no te a contado, que todos estos días le e estado marcando y enviando mensajes porque me deja de un día para otro después de a ver tenido sexo, hacerme creer que era especial y después tu desapareces!, era obvia la situación.
- De que hablas Danielle?, no te atrevas a decir ni una palabra Will.
Era tan estúpido, la perdería, su mirada me lo dijo todo.
- Es que no te conto de lo bien que la pasamos en mi apartamento la noche antes de la presentación de tu proyecto. Mientras teníamos sexo el me halagaba diciendo lo buena que era y el, bueno, siempre me dejaba con ganas de mas.
- Dices una noche antes de la presentación?, vete ahora mismo Danielle y no te atrevas a decir que no.- sentía que todo el mundo se caía, sentía mi temperatura al limite, una rabia y un gran nudo en la garganta, solo voltee a ver a Will mirándolo con tan profunda desilusión y coraje que no sé que era lo que se me notaba mas, esperaba y la rabia, estaba enloqueciendo y estalle cuando Will quiso acercarse.- no te atrevas a tocarme maldito seas, te acostaste con mi aprendiz y después vienes a pedirme una escapada y jurarme amor eterno, me entregue a ti y tu solo jugabas conmigo, que creías ¿Qué jamás lo sabríamos?, soy una estúpida, por haberte creído, y sabes que puedes meter tu anillo en el culo de alguien mas.- se lo avente al pecho, el solo me miraba y eso me enloquecía era tan imbécil pero lo era yo aun mas, todo el tiempo trate de alejarlo para no hacerle daño cuando él era el que me destrozaría a mi por completo. El que me destrozo por completo, fue el y eso me hizo sentirme mas estúpida aun.
- Por favor Em, déjame explicarte, todo lo que vivimos fue y es real, ella solo fue…
- Ni te atrevas a decir que una aventura maldito cínico, me entregue a ti como no lo había hecho jamás y tu lo único que haces es burlarte de mi como si fuera cualquier otra chica, en verdad pensé que eras diferente, pero ahora veo que me equivoque.
- Em, mi Em, por favor déjame explicarte, no fue una aventura, siempre estuve esperándote y en un viaje que hice a Nueva York la conocí y tuvimos sexo, pero después no supe nada de ella, hasta hace una semana y la pasamos tan bien que creí que podía darme otra oportunidad, vamos Em, no seas tan egoísta en querer que no estuviera con nadie en todo el tiempo que te espere.- no sabia si en realidad me estaba escuchando, me daba la espalda mientras estaba recargada en la pared tratando de controlarse, no sabia que estaba pensando o sintiendo, pero estaba seguro de que estaba herida, tan solo quería estar ahí con ella, pero era el malo del cuento. Cuando decidió voltear sentí que un escalofrió recorría mi piel al ver la frivolidad de su mirada, jamás la mire así, ni con la preocupación de su tía, con nada, ni siquiera parecía ella, como había sido tan estúpido para arruinar lo mejor de mi vida.
- Cuando era una niña siempre soñé con entregarme al hombre que amaba en nuestra luna de miel, mientras el me cargaba hasta llegar a la cama pero cuando creí haber encontrado el amor, John lo mando a matar y en lugar de una luna de miel y una vida plena recibí una violación por diez tipos, mientras estaba atada en estrella con cadenas y sufría latigazos a cambio de dinero para el ex esposo de mi tía. Tenía una mejor amiga, era mi hermana y se ahogo por mi culpa, por ir a salvar un patético juguete mío . Soñé con terminar de recorrer el mundo con mi madre y a cambio ella murió. soñé con refugiarme en los brazos de mi padre y el me rechazo y termino culpándome por la muerte de mi madre. Siempre trate de no darle molestias a mi tía y brindarle comodidad y a cambio ella me abandono, quería pensar que ella era feliz, pero la verdad es que me abandono y no sabe como decirlo. También quería una familia y John me vendió a un asqueroso rico de las Bahamas quien intento violarme, pero no lo deje, lo asesine Will, lo arroje por un balcón a veinte pisos, así fue como logre escapar y llegar a la policía, pero jamás pudieron dar con el y después el me encontró a mi, lo encerraron pero huyo. Después creí encontrar el amor en un chico que me hizo sentir especial, invencible, única, feliz, completa por primera vez, me hizo creer que yo podía amar, a quien me entregue por amor por primera vez, resulto un mentiroso, un maldito mentiroso, pero bueno tal vez me equivoque y jamás me hizo sentir nada y solo fue mi miedo a la soledad, pero prefiero eso a estar con una basura, lo único que no dejare que me arrebaten y escúchame bien Will es mi trabajo, es lo único que me queda y hare lo que sea por conservarlo ya sea contigo o con cualquier otra empresa, me das igual a partir de hoy Will, viviré por fin, sin ataduras, tampoco me importaría convertirme en promiscua para borrar cualquier huella tuya en mi cuerpo, no volverás a hablar jamás con Em, porque ella ya no esta, ahora toma tus cosas y lárgate y no te atrevas a decirme nada, nunca jamás, para mi estas superado, no te preocupes, tampoco te odio, odiar es un sentimiento y cariño, yo no siento nada por ti. Entrare a mi habitación a dormir porque no llorare ni una sola lagrima por ti, así que espero no escucharte, ni verte mas, cierras la puerta cuando te vayas. Ah y te regalo la toalla.
Me marche mas roto que nada en el mundo cuando mirándome a los ojos dijo todo aquello que me había dejado helado mientras ella hablaba sin ningún gesto y ninguna lagrima, mi querida Em se había ido, ella tenia razón, había traicionado su confianza y seguro era esto lo que me merecía, tome el anillo y me fui, tenia que haber alguna forma de que regresara a mi aunque en esta banca solo lograba llorar, ahora todo se me venia encima y mañana teníamos que presentarnos a la ultima junta para cerrar el trato y eso lo haría aun mas difícil. La amaba, juro que de verdad la amaba y ahora lo había jodido todo, que haría yo para ganarme su amor de nuevo, que haría yo. Esto era una maldita mierda. La había perdido. No podía rendirme y dejarla sola, después de escuchar todo, entendí porque trataba de alejarme porque le costaba tanto abrirse a mi, porque no permitía que miraba su cuerpo fijamente, por sus cicatrices físicas, me quede tan impactado que solo podía mirarla, estaba paralizado y furioso a la vez, como no estuve antes para protegerla. Me maldecía una y mil veces, como había sido tan estúpido, la amaba y no la dejaría ir, ella aun estaba ahí, yo lo sabia, ese amor no se podía desvanecer de la noche a la mañana, parecía tan difícil, era tan idiota y patético en esa banca lamentándome por todo, como podía ser tan imbécil.
No quería llorar, no iba a llorar, me repetía una y mil veces mirando al techo mientras estaba acostada patéticamente tratando de dormir después de entrar hecha una furia y con lagrimas en los ojos tirando todo lo que había en mi tocador y terminar como una estúpida llorando en una esquina de coraje, como podía ser tan estúpida, como pude serlo, solo podía recordar todo el mar de emociones que sentí en ese momento, cuando ella hablo sobre como el la poseía, no podía hablar, estaba totalmente paralizada, estúpidamente herida, como podía creer que tenia derecho a amar, de ser verdaderamente amada, me decía una y mil veces recargada en aquella pared sintiendo la mirada de Will en mi, reí sínicamente al saber lo estúpida e irónico que fue querer apartarlo de mi tantas veces para no herirlo y el termino por destrozarme totalmente, me odie tanto, por creerle y creerme, era la ultima vez que me permitía algo así, que me permitía ser una estúpida, una idiota, que me permitía creer en un hombre, que me permitía creer que un día yo podía ser jodidamente feliz, nadie podía arreglar mis desastres, solo podía hacerlo yo, no volvería a dejar que mi felicidad dependiera de un estúpido hombre, era yo y solo yo, ya todos me habían dejado, estaba jodidamente sola y tenia que aceptarlo, fue entonces que sentí un sentimiento diferente, sentí como todo dentro de mi se volvía una roca, mi coraje y odio hacia mis acciones permitieron reaccionar ante aquella maldita y estúpida situación, no volvería a dejar que alguien me engañara y no me volvería a permitir amar a nadie. Fue entonces cuando llena de rabia, confesé, confesé parte de mi pasado, lo confesé todo, maldita sea, como odie aquella situación, lo odiaba, me odiaba. Él era igual que todos. Jamás me permitiría creer en alguien.
Cerrando los ojos y liberando todos aquellos malos sentimientos que sentía lograron relajarme, cuando deje de sentir cualquier cosa, en ese momento todo cambio, empezaría de nuevo.
A la mañana siguiente, abrí los ojos, eran las ocho de la mañana y a las diez seria la junta, la decisión. Me levante con la decisión de ser diferente, dicen que las personas no cambian de la noche a la mañana pero es mentira a veces estas tan cansado que un nuevo día es tu oportunidad de cambiar, no le guardaba rencor, no sienta nada por el, o me engañaba creyendo eso, estaba decidida a ser tan profesional y cruel, solo quería sentir paz, porque amada, no podía ser, pensaba mientras me miraba sobre el espejo del baño mientras se llenaba de vapor por el agua caliente que salía de aquella regadera. Desayune un cereal, tan solo lo menee con la cuchara, no lograba sentir ninguna emoción, ni por la canción de pretty woman, me sentía cansada, aburrida, no sabia que me pasaba, solo sabia que debía ir como toda una perra feliz y sobre todo y ante todo como una dama al trabajo así que decidí ir a cambiarme, ponerme radiante, como nunca antes, hacer cosas para mi, me hacía sentirme feliz, comencé a mirarme al espejo y sonreír, yo amaba lo que nadie mas podía amar, a mi, me amaba, amaba mi cicatriz entre la entre ceja, amaba las estrías de mi cuerpo, las cicatrices de los latigazos, amaba mi cabello, me amaba a mi, amaba mis demonios y amaba mi luz, lo que quedaba de ella. Empecé a alaciarme mi cabello, como jamás me habían visto, todos quedarían con la boca abierta al verme entrar con un vestido de encaje rojo, jamás me atrevería a ponerme algo así para el trabajo y mi interior me decía que era demasiado para el trabajo, pero si no era hoy, nunca mas seria, así que decidí ignorarme una vez mas.
Me sentía como una Diosa y aun mas cuando caminaba por el corredor hacia la sala de juntas con la cara en alto y una mueca en forma de media sonrisa, pero antes de llegar a la sala de juntas aparece John advirtiéndome que si no aceptaba ese trabajo me correría y pondría pruebas en mi contra sobre lavado de dinero, no me dejaría manipular, pero tampoco quería perder mi trabajo así que primero le dije que era un maldito cara de zorro, acosador, interesado y que se pudriera en el infierno, si pensaba que me importaba lo que él pensaba.
Me encontraba sentado, perdido en mis pensamientos, sin olvidar lo que había pasado la noche anterior cuando entro, era un ángel con ese vestido rojo, se veía tan preciosa que me hizo ponerme de pie, cuando volteo a verme, sentí que era la Em de antes.
- Relájese señor Will, puede tomar asiento.
No supe que decir, solo obedecí, al hablar ella me di cuenta que no era la misma, se comportaba como si nada, algo en ella había cambiado y eso me causaba terror.
- Bien señor Will, no tengo mucho tiempo, pero anoche trabaje mucho en estos diseños y la nueva propuesta ya que en la ultima no pudimos entendernos. Contestare las preguntas que desee.
- Que…- ni siquiera pude terminar, era tan sarcásticamente amable y con una mirada diferente, no era la mirada desafiante y perdida que conocí, pero tampoco era la mirada llena de felicidad y ternura, esta simplemente no permitía ver nada, solo frialdad.
- Que si aceptare su propuesta?, por supuesto.- dije con una sonrisa tan sínica y larga.- pero con mis condiciones señor Will, trabajare de mi oficina para usted, estoy indispuesta a viajar a Philiphinas en casos específicos. Podemos hacer video llamada para juntas importantes y solo asistiré a eventos de mayor importancia como la presentación de nuestra próxima marca.- hablaba mientras me mantenía imponente y me ponía atrás de el para poner frente a el un nuevo contrato.- aquí esta el nuevo contrato si desea puede tomarse su tiempo para leerlo. Habla sobre mis condiciones, una de ellas es de hacer de el mundo algo mejor, porque basura hay mucha, no es así señor Will?.
- Sintiendo las miradas de todos y manteniéndome profesional solo pude responder.- Así es señorita Emma, que propone para eso?
- Ecología, reutilicemos materiales, hagamos ropa de materiales reutilizables que la marca Stolens no solo contamine el ambiente con celulares y aparatos demás, si no que con una marca ecológica ayude a cambiar al mundo un poco mas, ayudemos al mundo llenando los bolsillos, si es lo que le interesa.
- Me parece muy comprometedor señorita Emma, le daré a mi abogado que lea el contrato y si nos convence se lo haremos llegar a su jefe firmado y con las siguientes instrucciones, si le parece bien.- esta mujer era brillante, solo podía pensar.
- Señor Will, soy capaz de manejar mis deberes esto será independiente de la empresa, así que envíeme mis instrucciones a mi correo, espero y quede claro que en el contrato viene establecido que seguiré colaborando con otras marcas señor Will, si no firmara, ni se moleste en enviar de nuevo el contrato, porque no nos interesara. Con permiso.
Me molestaba profesionalmente que tratara de manejarnos y que pusiera sus propias reglas incluyendo trabajar para otras marcas, eso era imposible aunque me parecía imponente y feroz que quisiera imponerse de esa manera. Pero personalmente me dolía su total indiferencia y sarcasmo en ciertos puntos, ¿Qué le había hecho a mi Em? , me lo preguntaba desconcertado y el contrato era la única forma de seguir en contacto con ella y ella se aprovechó de eso, sabia que aceptaría firmar.
Salí como toda una ganadora y con una gran mueca hacia mi oficina en donde tiempo después llego John para echarme en cara que había arruinado todo y que estaría despedida y en la cárcel obviamente, lo puse en su lugar aunque dos horas después llego para decirme que si firmarían el contrato con la condición de que solo trabajara para ellos y no regresara a la empresa Fashion-Chic y él había aceptado y no solo eso el agrego que podía viajar a Philiphinas y se atrevió a amenazarme de nuevo si lo rechazaba, quizá era lo mejor, trabajaría lejos, sin verle la cara a Danielle o a John. Era hora de vencer el miedo, no quería vivir así toda la vida.
Estaba llegando el tiempo de regresar a Philiphinas donde me encontraría solo, ya que mi querida hermana había decidido dar la vuelta por el mundo, me había salido con la mía de regresar con Emma, pero no era lo que quería, no compartiríamos apartamento, no la besaría, ni tocaría, esto era totalmente una mierda.
Me encontraba en uno de los mejores restaurantes de Pensilvania, mi querida Pensilvania, me iría de Pensilvania tan hermosa pero siempre se cierran siglos y yo jamás cerré el de Philiphinas quizá ese fue mi error. Estaba esperando al señor Will para hablar de lo que sucedería cuando llego y saludo cortés mente.
- Señor Will, ya e pedido yo algo de comer y me lo eh acabado debido a su impuntualidad, si desea pedir algo, adelante.
- Apenas llego quince minutos tarde y fue por el tráfico, lo siento mucho Ema.
- Así de rápida soy señor Will y preferiría que me dijera señorita Emma.
- Oh vamos Emma déjame explicarte, no puedes seguir con este juego.
- No sé de que me habla señor Will, yo estoy aquí para hablar solamente de negocios y de lo que sigue.
- Te amo y siempre te amare, sé que hice mal en ocultarte lo de…
- Señor Will, no se donde esta su ética profesional pero no estoy dispuesta a seguir su juego, comienza a molestarme y me iré si no me dice de una vez cuando nos iremos a Philiphinas y donde viviré.
- Salimos mañana a las dos de la tarde, se alojara un piso arriba de mi suite, que causalidad no? Y…- siempre interrumpiéndome.
- Claro, ahora me iré, porque tengo mucho que empacar, hasta luego señor Will.
- Claro, mañana pasare por usted señorita Emma.
- Como quiera, hasta luego.
Se había comportado realmente distante, no la reconocía, jamás había sido así, en esos momentos dudaba tanto de si de verdad lograría volver a enamorarla o en realidad jamás me daría otra oportunidad, tenia que conseguirlo, no me rendiría tan fácil.
Me sentía orgullosa de mi misma por el comportamiento y actitud que tenia, me había dejado mas jodida de lo que estaba y no podía permitirme demostrándolo o caer en un momento de debilidad que me llevaría de nuevo hasta sus brazos, tenia que ser fuerte, yo soy fuerte.
No podía creer que me iría de la casa que me dejo mi madre me confortaba tanto sentir su presencia y ahora solo me iría sin mas. Aun no me atrevia a leer su diario, pero sentía la necesidad aunque no era el momento, reaccione y me puse a empacar mi mejor ropa ya que no podría llevar toda claramente, no quería parecer una chica material pero mi glamour no cabía en una maleta, era demasiado como para llevarlo solamente yo y una maleta, llevaría lo necesario y lo que quisiera, bueno, esta bien, solo dos maletas, no podía dejar la humildad que hasta ahora solo me había fallado, ser buena persona es traducido a alguien “tonto o dejado” y comenzaba a creer que era cierto a pesar de que siempre luche contra esos comentarios diciendo que estúpidos eran aquellos que no eran capaces de poder aceptar la amabilidad de alguien mas por estúpidos. Las buenas personas siempre buscan ayudar y jamás se cansan. Pero ahora ya no estaba tan segura de sostener esa declaración.
Era de mañana y me vestí cómoda pero diva e hice que Will cargara mis cinco maletas a la cajuela a propósito, se lo merecía. No dirigí ni una palabra con el y tampoco lo deje hablar aunque parecía que quería decir algo importante, yo disfrutaba hacerlo fastidiar, así que me puse los audífonos y me perdí entre la hermosa Pensilvania, era difícil dejar ir aquel lugar que me hizo cumplir mis sueños y crecer profesionalmente, la extrañaría, sobre todo a su comida.
Solo miraba por la ventana, no me dejaba decirle que mientras su suite estaba lista, se tendría que quedar en la mía, todo el tiempo trate de decírselo y sé que me querrá arrancar los ojos cuando se lo diga ya en el departamento, por lo menos ayudara a que aprenda la lección de callar a las personas antes de hablar. Se volvió una eternidad el camino al aeropuerto ni siquiera volteaba a verme, era tan insoportable.
Llegando al aeropuerto su avión privado estaba listo para despegar era un vuelo ciertamente corto en el cual no pensaba hablarle y llegando me encerraría en mi suite y no le vería la cara en toda esa tarde. Me haría dos buns, una camisa larga y a desempacar para al día siguiente ir a una junta y después a comenzar la línea de ropa ecológica.
Al llegar entramos a una suite muy reservada, jamás podría vivir ahí, demasiado casual y serio, necesitaba muchas mejoras aunque no podía negar que tenía clase y claramente era lujosa.
- Em, quiero decir, señorita Em, e tratado de decirle todo este tiempo que por el escaso tiempo que tuvimos para preparar su suite aun no esta lista y tardara un mes y tendrá que quedarse en esta.
- Genial, no me gustaba tanto, demasiado lujosa y clásica para mí gusto, bueno ahora puede retirarse.
- Es que ese es el problema, yo también vivo aquí.- Solo pude ver el enfurecimiento en sus ojos y frustración en su cuerpo.
- Espero que no confunda las cosas entonces señor Will, podemos llevar una convivencia sana siempre y cuando se limite a contestarme, ahora si me permite iré a mi habitación, e visto el rostro de mi jefe todo el día y créame que no es divertido.- estaba tan cansada de todo que no podía desperdiciar mis energías en un necio como el, aunque seria complicada esta convivencia.
Definitivamente no era mi Em, no se enfureció, estaba listo para que la suite terminara ardiendo en llamas, era una locura ya ni siquiera miraba su mirada de fiera. La había jodido y eso me jodia a mi también.
- Bueno señor Will, es mas que obvio que no se cual es mi habitación, así que no estaría de mas que me dijera a donde dirigirme.
- Claro.
Toda esa tarde me la pase en mi habitación con una camisa larga, unos bums y con audífonos escuchando buena música y bailando mientras desempacaba, me relajaba tanto aquello. Era una habitación linda, blanca, contaba con un pequeño vestidor y un baño, con tina, lo que era genial, mi cama tenía sabanas grises y un cobertor rosa, era linda la habitación.
Mientras iba a mi habitación pude ver por su puerta entre abierta como bailaba como una adolescente mientras acomodaba su ropa, lucia tan hermosa con aquellos dos chongos, era preciosa.
A la mañana siguiente para mi presentación decidí ir naturalmente radiante con un vestido elegante arco coreano delgado que obviamente había conseguido en uno de mis viajes para allá, en un año pasaron tantas cosas, estaba de vuelta y tenia que seguir.
Cuando bajo a desayunar lucia tan hermosa a la par que despampanante no se como diablos lo lograba, no era de este mundo aquella mujer.
- Quiero desayunar solamente un cereal, no te hubieras molestado con tanto, casi parecería un almuerzo en forma de disculpa, lo que es ridículo, no?
- Bueno…
- Voy a la cocina, nos vamos en quince, detestaría llegar tarde al trabajo.
- Claro.
- Por cierto, cuanto tiempo me quedare aquí aproximadamente?
- Dos o tres meses.
- Genial, creí que habías dicho un mes.- hice una mueca de enfado y me retire.
- Entonces no hubieras preguntado, pero no será pronto, así que aprendamos a convivir.
No se si de verdad me lo merecía, pero me estaba cansando de su trato, ni siquiera me quería escuchar, no me daba la oportunidad, lo que seria genial si de verdad fuera un patán, pero ese era el caso, no lo era, aunque ella lo mirara así, la amaba de verdad. Además estaba furioso porque no pude encontrar nada que liberara a mi nana Jane de la muerte de mi madre, pero sabia que ella no haba sido.
Cuando llegamos a la junta lo primero que hizo fue disculparse por las demoras pero que por fin estábamos ahí y me pidió presentarme lo cual era ridículo, me sentía como en secundaria, yo sabía lo que tenia que hacer. Después comencé a mostrar mis diseños a hablar sobre que la primeria línea verano, seria, retro, blanco y negro. Además de también hablar sobre como manejaríamos la parte ecológica y dejar en claro que dependíamos de aquello, ayudar al medio ambiente era más importante, esta mas jodido que yo y eso ya es mucho, bromeé y todos rieron, yo me hubiera caído mal pero en fin, ellos se entienden.
Pasaron semanas y las texturas estaban listas, los diseños y estampados los llevaba yo listos para pasarlos a nuestra dimensión, el numero de prendas que seria de cada una, cuantas de arriba, de abajo y los zapatos y por supuesto bolsos, seria todo un éxito. A los dos meses teníamos las primeras prendas para empezar la publicidad y para el siguiente año, sacarla a la venta. Serian mil quinientas prendas, zapatos y bolsos entre algunas tiendas de estados unidos, solo para iniciar y después iría aumentando dependiendo su popularidad, hasta ser mundial, que era lo esperado. La convivencia con Will seguía igual, ya se había acostumbrado a mis rechazos en los desayunos, cenas y salidas de fines de semana y aun mas cuando comencé a salir a bares con chicas de la empresa, pero tranquilos, jamás me volví promiscua. Aunque él era peor que ser promiscuo, fingir amor para obtener sexo, era peor que tener sexo con alguien sin amor.
Estaba llegando a mi punto límite con Em, ella no me escuchaba, a veces no la veía, era insoportable, cada día me volvía mas invisible para ella, estaba enloqueciendo, faltaba como un mes para que ella se fuera a su departamento y no podía avanzar nada con ella. Ya no podía retrasar más su suite, le faltaban ciertos detalles, pero tuve que intervenir de vez en cuando para que el proceso se retrasara, si no en el primer mes ella se hubiera ido y necesitaba de tiempo para convencerla de que fui sincero con ella. Estaba en la sala de estar cuando ella llego a invitarme al bar, no sabia si era buena señal o simplemente ya no sentía nada por mi, como para invitarme al bar y verme como amigo.
Lo invite al bar porque una chica del trabajo quería conocerlo, ligárselo en pocas palabras y yo, tenia que hacerlo, era lo mejor, era un mujeriego y la chica no estaba mal, le hacia un favor. Además lo hice para que dejaran de pensar que el y yo teníamos algo.
La esperaba al final de la escalera ya que la señorita tenia que irse a cambiar cuando bajo deslumbrante, cuando no se miraba linda ella?, pero con ese precioso vestido de cuadros amarillos y tirantes resaltaba su tono de piel hermosamente, sus ojos, sus labios, su cabello, a pesar de todo ese tiempo de distancia seguía igual de enamorado, si no era que mas.
Decidí ponerme un mini vestido correa de espagueti de cuello cuadrado a cuadros body con amarillo porque realmente hacia calor esa noche aunque cuando Will me miro se quedo como idiota mirándome y no me faltaban ganas de aventarle el tacón por la cara.
- Veras a alguien esta noche?
- Hombres, siempre pensando que nos arreglamos solo por ellos, Will, me arregle por mi, para estar cómoda, todos son unos idiotas, vámonos ya.
No podía desmentirla cuando en realidad me había portado como cualquier otro hombre cínico. Cuando llegamos al bar lo primero que hizo fue presentarme a una trabajadora de la empresa me sentí tan imbécil por caer en su trampa, era la razón por la que me había invitado solamente, no por querer hacer las pases, pero al ver como bailaba con sus amigas moría por estar con ellas pero le daría el gusto, comencé a platicar con aquella mujer blanca castaña de ojos marrones, comencé a divertirme y a reír de lo que hablábamos, ciertamente.
Y ahí estaba el, riéndose con Isabela, me hizo sentir tanta rabia, como fui tan estúpida al pensar que ya lo había superado, pero jamás me daría otra oportunidad en el amor, oh no, eso no pasaría, pero comencé a beber tragos y tragos de vino hasta que comencé a disfrutar realmente de la fiesta, no me importaba el ni nada, estaba tan alcoholizada que perdí la vergüenza y en la parte del karaoke cante “Dangerous Woman” de Ariana Grande, la cante con todo el estilo, coraje y glamour del mundo. Todos me amaron. Y no crean que la elegí yo, era al a zar y esa me toco. N I M O D O O O.
De verdad estaba teniendo una conversación entretenida y divertida con una chica después de tanto tiempo hasta que escuche esa voz, arriba del escenario, la canción llamo mi atención, pero era al a zar, así que no me di ningún crédito, pero el que ella estuviera tan tomada me destrozo, jamás la había mirado así, así que decidido camine a bajarla de ahí, así que la cargue en mi hombro y me la lleve.
- Que haces Will, suéltame, estoy harta de ti y tus estúpidas decisiones.- dije intentando que me bajara.
- Estas ebria, debemos irnos ahora.
- Me jode tanto que siempre quieras tener el control sobre mi, cuantas veces debo demostrarte que no puedes.- le conteste enfadada mientras abrochaba mi cinturón y después no supe mas.
- Eh, Em, despierta, ya estamos en la suite, debes entrar a tu habitación.
- Pero porque, yo quería mas fiesta, tu me trajiste aquí a la fuerza, sigamos bailando!.
- Debes descansar, mañana debes de ir a trabajar.
- Claro que no, me merezco un descanso.- cuando comencé a despertar ebriamente cuando me di cuenta que estábamos frente a frente sobre la pared que quedaba frente a la puerta de mi habitación.
- Tienes razón, estoy orgulloso por todo lo que has hecho, en tres meses va a hacer la fiesta de lanzamiento, será tu noche Em.
- Bésame.
- Que?
- Bésame.
La bese, probé sus labios de nuevo con sabor a dulce, fue un beso tan apasionado, la cargue sobre mi, besándola como un loco, toda mi furia, tristeza y felicidad estaban siendo desquitados con ese beso que me hizo sentir tan verdaderamente vivo de nuevo, hasta que reaccione.
- No, Em, esto esta mal, estas ebrias.- dije deseando más y más de ella.
- Odio amarte Will.- enojada lo aparte y como pude llegue hasta mi cama, hasta no saber más.
Esas palabras me impresionaron tanto, no sabia que hacer, si gritar de la felicidad al saber que aun me amaba o lamentar que odiara hacerlo, estaba borracha y todo eso, pero me pidió que la besara y Dios!, aun me amaba, las ganas de todo me volvieron, me llene de energía para seguir intentando a pesar de sus rechazos.
Era de mañana y me estallaba la cabeza, mi primera borrachera y no solo eso, el cólico me mataba, era el día del trabajo y no pensaba trabajar ni loca y mucho menos con el horrible cólico que era el causante de que me despertara, ni siquiera tenia puesta la pijama o los tacones quitados, no podía ni recordar como es que había llegado hasta allí, decidí darme un baño con agua caliente y ponerme mi pijama, eran como las doce cuando quise bajar a desayunar pero el dolor me tomo de regreso a la cama, hasta que Will toco la puerta y lo deje entrar, no me quedaba mas remedio, era mi única salvación en ese momento.
- Eh, Em te traigo fruta y un te para que desayunes.
- Lo que necesito es una pastilla urgente para mi dolor de colico, no lo aguanto más.
- No tienes aquí?
- Están en la caja a lado del espejo sobre la repisa.- dije haciendo un puchero por el dolor.
- Aquí esta toma Em, pero Em, estas ardiendo en fiebre.
- No te preocupes estaré bien, siempre me las arreglo sola, puedes irte ahora.
- No, Em, puedo ayudarte iré por algo para la fiebre y avisare que no iré hoy a la empresa.
- No es necesario Will, de verdad.- dije casi balbuceando, de verdad me sentía mal.
- Ahora vuelvo.
- De verdad no sabes cuando rendirte.- dije con voz alta, pero no hizo caso y se fue.
Cuando abrí mis ojos él estaba ahí con el doctor, tan exagerado, si supiera que e vivido con eso toda mi vida, aunque nunca me había dado fiebre, solo dolor y vaya que dolor insoportable. No me sentía con fuerzas para nada, así que volví a cerrar mis ojos y cuando los volví a abrir era de noche otra vez, increíblemente cierto, Will estaba en una silla leyendo.
- Que haces aquí Will?.- dije desconcertada pero con tono de rechazo.
- Esperaba a que despertaras, quizá querrías comer algo no se, no has comido nada en todo el día.
- Porque te interesa?, no seas exagerado, eh vivido con esto toda mi vida.
- Es que jamás me vas a perdonar Em, ni siquiera me has querido escuchar y todo lo que hago para ti esta mal, eh pasado rechazo, tras rechazo y cuidarte porque has estado como zombi todo el día, también esta mal?, ya veo que estas mejor, ahí esta tu cena, si quieres comer, come, si no, haz lo que quieras, yo me voy. Y volveré en un rato para ver como sigues y no digas nada mas- dije arto de todos sus rechazos y enojado aunque me había pasado un poco, le había hablado algo duro.
- Nadie te a pedido que te preocupes por mi.- que llegara a su limite me hizo sentir remordimiento, pero él me había destrozado y no se lo permitiría de nuevo.
Al cabo de unas dos horas, Will regreso, también en pijama y no podía dejar de pensar lo bien que se veía.
- ¿Como sigues?
- Creo que dormiré.
- No tienes que ir a trabajar mañana si no quieres.
- De que privilegios gozo?, no faltare, soy muy profesional, como para hacerlo.
- Es bueno oír eso, me sentare aquí por si se te ofrece algo, ya no tienes fiebre así que me iré en un rato.
- Will, gracias.- dije mientras cerraba mis ojos, la verdad es que desde mi madre, nadie me había cuidado igual.
- De nada amor.- susurre
Mientras dormía se miraba tan hermosa, de verdad me había preocupado pero el doctor dijo que era por su regla y lo único que podía hacer era estar al pendiente de ella, no la dejaría sola, sé que me hizo enojar, pero de verdad me arte, aunque no podría enojarme jamás con ella, menos después del beso de anoche.
Era un nuevo día al abrir mis ojos me percate que Will seguía ahí, dormido en aquel asiento, me levante de tan buen humor que no quería pelear, así que empecé a cachetearlo con amabilidad para que despertara. Cuando lo hizo, nuestras miradas volvieron a encontrarse y fue entonces cuando me arrepentí de darle la oportunidad de acercarse más a mí, cuando él no lo merecía. Supongo que era la debilidad del amor. Era mi estupidez, mejor dicho.
- Que exagerado eh, solo eran cólicos, no tenias porque quedarte toda la noche ahí.
- De nada, anoche llame a la empresa para avisar que siguieran sin ti hoy.
- Porque hiciste eso, claro que iré, no puedes pensar por mi Will.
- Necesitas descansar, cualquier movimiento brusco y tu dolor volverá.
- Eh tenido peores dolores.
- No iras a trabajar y punto.
- No me dirás que hacer.
- En lo que respecta a lo laboral soy tu jefe, en tu vida puedes hacer lo que te plazca, como emborracharte.
- Ah, ni me digas que no recuerdo absolutamente nada, solamente hasta donde estaba cantando y me bajaste, fue horroroso.
- Solo eso?
- Si creo que me dormí en el auto y deduzco que me cargaste hasta aquí, fue eso lo que paso, no?
- Exactamente, baja a desayunar.
- Claro, jefe.
- Crees que sea correcto desayunar en pijama?
- Desde cuando preguntas que es lo correcto?
- Desde que me equivoque.
- Como digas.
- Vamos a desayunar hot cakes, pero la cocinera tuvo un percance, falleció un familiar y me pareció inhumano no dejarla ir.
- Felicidades, el señor Will tiene sentimientos, no digas mas y vayamos a hacer esos hot cakes, muero de hambre.
- Me imagino, tanto que comes y ayer no comiste en todo el día.
- Mentiroso.- dije sarcásticamente porque aquello era muy cierto.
Comenzamos a preparar la harina pero al vaciarla se elevo hasta mi rostro gracias a la brusquedad con la que lo hizo, oh me enfurecí tanto, que se lo regrese con un puñado de harina, él se comenzó a reír pero yo seguía enfurecida.
- Hagamos las pases, para tener una convivencia sana.
- Hacer las pases, seria como darte una pistola para que terminaras de asesinarme.- por primera vez acepte lo que paso, desde ese entonces no había hablado ni una sola palabra sobre lo que paso, siempre permanecí indiferente.
- Oh, Em, no sabes cuanto lamento lo que paso, pero….
- Basta Will, echemos esto a fuego porque muero de hambre, podría comerme una bestia en este momento.
- Em, pero si tu eres la bestia.- comenzamos a reír los dos.
Comenzamos a comer en silencio, esos hot cakes eran los mas deliciosos del universo entero, de verdad estaban tan ricos que no pude evitar saborearlo y hacer gestos de lo rico que estaban.
Era la primera vez que ella y yo desayunábamos juntos desde que estábamos en philiphinas, me daba tanta ternura ver los gestos que hacia al ver como saboreaba esos hot cakes, algo quemados, pero estaban ricos a pesar de eso.
- Aun no te han dicho para cuando esta mi apartamento?
- No, pero supongo que cada día falta menos.
- Genial.
- Tanto odias mi compañía?
- Oh, no Will, yo no odio nada de ti, en realidad no siento nada por ti. Pero creo que merecemos completa privacidad, no estoy acostumbrada a vivir con alguien más y no me gustaría allanar tu privacidad.
- Yo disfruto que estés aquí.
- Que dices, ni siquiera hablamos.
- Y aun así amo que estés aquí.
- Pues no te encariñes tanto, como lo dijiste cada día falta menos para irme.
- De verdad nunca me perdonaras?
- Will, pasémosla bien entre los dos, así ninguno saldrá mas dañado. Pero no quiero escuchar ni una sola palabra de reconquista porque mi puño terminara en tu cara.
- Acepto el trato.
- Bien.
Toda la tarde la pase en mi habitación tomando tiempo para mi, duchándome, arreglando mis uñas, escuchando jazz, pop, urbano, rap, música clásica, los 90s, y esas cosas, escuchaba de todo, toda una diversidad en mi playlists. Hasta que un entrometido toco mi puerta mostrándome la película de cincuenta sombras, en realidad eran las tres, toda una debilidad, como decir que no, nadie se negaba a eso.
Fui a su puerta con la intención de terminar el día mirando las películas de cincuenta sombras, sabia que no se negaría, amaba esa película, para mi la película era pura porno pero para ella era algo mas, ella miraba la historia tan intensa de amor, que los dos mejoraron para poder estar juntos, ella lo amo con sus sombras y aquello lo hizo convertirse en alguien mejor, pero que estúpido pensé, yo debía hacer eso, hacer que ella entendiera lo mucho que la amaba a pesar de su pasado. Que la ayudaría a superar todo aquello que la dañaba, entonces extendí mi brazo hacia ella y ella reclino su cabeza sobre mí, se acurruco en mí, eran los milagros de cincuenta sombras al parecer.
Comenzó a darme un cólico mediamente doloroso así que decidí reclinarme sobre el para sentirme mas a gusto, aunque de pronto pensaba, si no era solo un pretexto mas para poder estar cerca de su aroma, era el mismo de aquel día en que eclipsamos por primera vez, decidí disfrutar de aquel momento que jamás volvería a repetirse.
Al siguiente día me había llegado la noticia de que la suite de Emma estaba lista, no quería decirle pero tampoco mentirle, ahora las cosas comenzaban a mejorar y no quería distanciarme de nuevo de la mujer cuya mirada me dejaba sin sueño, era tan hermosa y perfecta, no la tenia conmigo pero me hacia tan feliz sentirla cerca y no como una víbora, aun no puedo explicar como es que puede actuar como una verdadera villana cuando conocí su verdadero ser, lleno de luz y esperanza a pesar de haber pasado por aquello tan aterrador, ella era una guerrera mas de entre otras que sufren lo mismo día a día, abuso, inseguridad, violencia y no pueden decir nada, las personas de este mundo son cada vez mas una porquería, donde el respeto esta dejando de existir.
Había dormido como un ángel era sábado y no lo sabia, no era día de trabajar, eran mis vacaciones después de dos días de no ir, había dormido como un ángel, cuando me despierto lo primero que veo es un sobre debajo de mi puerta, era de Will, venían unas llaves y la nota donde decía que por fin podía alojarme ya en mi suite era fantabulosa aquella noticia, así que me puse lo mas sencillo que encontré para bajar a desayunar y comenzar a empacar, Will ya no me caía tan mal y aunque una parte de mi no quisiese dejarlo, la otra estaba muy feliz por distanciarme de el antes de que mi estupidez llamada amor le diese otra oportunidad.
- Eh, Will, gracias por tu amable hospedaje, ya mire la nota donde dice que esta lista ya mi suite.
- Sabes que no es necesario que te vayas.
- Gracias, pero tengo que tener mi privacidad, en un rato comienzo a empacar.
- Quieres que te ayude con algunas cosas?.
- Oh, si claro, seria de gran ayuda.
Horas mas tardes comenzamos a subir algunas cosas, no era la gran cosa, era mas ropa que cosas así que no seria algo difícil, me encantaba mi nuevo apartamento, tan blanco, sofás elegantes color gris metal, era todo tan bello, me encantaba y mi habitación la mejoraría ya que era muy blanca y aseñorada y obviamente le falta mi toque chic. Iba de regreso a la suite de Will, se me había olvidado el diario de mi querida madre bajo la cama y no estaba dispuesta a dejarlo ahí.
Cuando las puertas del elevador se abrieron lo primero que vi fue a esa pelirroja de Danielle tragándose a mi Will como si fuese un pedazo de pizza, oh los detestaba como podía haber sido tan ingenua y estar a punto de creer en Will de nuevo, no llevaba ni un día fuera de ahí y él ya la había metido, lo detestaba completamente, una furia comenzó dentro de mi cuando Will me miro, decidí ignorarlo e ir por el diario lo mas rápido, cuando me alcanzo en la habitación.
- Em, Em, no es lo que parece, déjame explicarte.
- A mi no me interesa lo que tengas que decir, si tantas eran tus ganas de meter a tu amante aquí, me lo hubieras dicho y me hubiera ido lejos de aquí, no era necesario mostrarme como se meten sus lenguas con herpes.
- Sabes que no es mi amante y que no puedes andar sola por ahí, aquí.
- Me vale un maldito carajo todo, déjame en paz, no hay nada que explicar, además no sé que te hace pensar que eso me interesa, siempre he sabido que eres una mierda, ni pensar que estuve a punto de volver a confiar en ti o brindarte mi amistad.- cuando lo ofendí algo dentro de mi se estremeció no sabia que era, tal vez me había excedido pero no dejaría que ningún hombre, ni nadie, sin importar géneros, me volviera a pisotear.
- Deja de hacerte la cruel por un carajo, se como eres en realidad, esta no eres tu, no dejes que el dolor te consuma, tu no eres esta, no eres cruel, tu no eres una…
- Una que Will, apenas comienzas a conocerme, no sabes lo cruel que puedo llegar a ser, te equivocaste conmigo, ahora quítate de mi camino que me voy.- lo aparte y me dirigí hasta la puerta, no quería seguir llena de odio y de dolor, quería sentirme bien conmigo, pero aun no había descubierto como hacerlo.
- Dijiste que me amabas, el día de la fiesta, nos besamos como nunca, sé que no mentiste, no trates de jugar conmigo, yo se quien eres de verdad.
- Siempre has sido mi juguete, cariño.- dije con tanta frialdad que no me quedo espacio para el remordimiento del dolor.
Aquello que ella dijo me dejo sin mas que decir, no sabia que hacer, todo era tan loco, cuando regrese al apartamento, Danielle estaba ahí comenzando a hablar como loca y justo cuando se me abalanzo entra Emma, que carajos es esto, parecía una verdadera maldición o tal vez yo era su maldición.
Era tan estúpida, después de tantas veces que sufrí y llore por el, después de tantos juramentos y maldiciones hacia mi y hacia él, tantas promesas para mi alma, quería amarme a mi, no quería seguir sintiendo tanto odio y remordimiento que me provocaban tanto asco, hacia mi, no podía volver a odiarme, solo quería amarme, me decía una y otra vez abrazándome recargada sobre la puerta de mi habitación, no quería sufrir mas, estaba tan cansada, nada me funcionaba, no me funciono dejarme llevar por la estupidez o como le suelen decir ,”el amor” que para mi era toda una mierda o tal vez la mierda era yo, tampoco el odio, ni el rechazo me funcionaron, siempre todo me llevaba a lo mismo, lo único que me había mantenido en calma, era estar alejada, lejos de él, cuando no sabia nada ni de el ni de nadie, éramos solo yo y Pensilvania pero la soledad a veces me comía aunque éramos completamente felices y por mas que lo quisiera negar todo me llevaba a él, porque esos días de camino a nuevo México fueron los mas felices de mi vida, me sentía completa y viva después de tanto tiempo, pero como podría volver a eso. Como quisiera ser sabia, me hacia falta, extrañaba amarme, pero hace mucho no sabia que se sentía, era completamente estúpida por sentir asco, odio, todo excepto amor, amor verdadero, amor propio. Sabia que eso tenia que cambiar pero al parecer, me gustaba tanto sufrir que no hacia nada al respecto y el problema es que nunca aceptaba que las personas siempre dañan, que mas se podía esperar de una vida donde tu propio padre te rechaza, echaba tanto de menos a mi madre, ella siempre me hizo sentir cálida y amada, ahora solo siento que soy alguien totalmente maldecida con un destino trágico.
Era de mañana y estaba un poco frio así que decidí ponerme algo chic pero cálido para el trabajo me levante mirándome al espejo y sonriéndome no importaba cuan estúpida podía ser, hoy era un nuevo día y no importaba cuantas veces tenia que levantarme para volver a empezar, lo haría una y otra y otra vez hasta hacerlo bien, así que me eche un vistazo a todo mi cuerpo me palmee mi estomago y lo calmaba diciendo que ya bajaríamos a desayunar, mientras me miraba con amor a todas aquellas cicatrices de mi cuerpo. Al bajar a la cocina había una señora que me asusto mil, de verdad no entendía como había llegado ahí, pero decía ser mi ama de llaves, como si no pudiera hacerlo yo, pero la verdad es que no me caería mal una ayuda ya que estoy muy ocupada con el trabajo así que después de desayunar subí y decidí ponerme una blusa sin manga de cuello blanca con un abrigo de piel sintética de pelo de lana larga gruesa color lila pastel y una mini falda de lana gris, era suficiente para un día frio como ese, no estaba helando, así que podía darme ese lujo, oh y unos preciosísimos botines blancos con punta fina de charol, oh moría con ese brillo.
Estaba a punto de irme, estaba frente a la puerta cuando me doy cuenta que se me olvidaba algo, se me olvidaba dar un ultimo suspiro, sonreír, empaquetar mi corazón y ser una, una persona…estaba jodida, no había nombre para lo que yo era o tratara de ser, pero eso me hacía sonreír, así que tome mi súper carro color rosa, era ridículo pero yo lo amaba.
La esperaba en su oficina con la oportunidad de hablar cuando entro por aquel pasillo resplandeciente y con aquel look particular, natural y divino que solamente ella conseguía hacer, era única, tan singular su belleza, la sonrisa y amabilidad que siempre la distinguían al tratar a las demás personas, además de ser humilde y a pesar de vestirse tan diva lo hacia para ella porque ni una gota de vanidad había en esa mujer, aunque conmigo era todo un roble, cuando entro a su oficina y me miro solo levanto una ceja y siguió.
- Habla Will, tengo mucho trabajo.
- Mira, lo de ayer…
- Me refiero al trabajo, es muy poco profesional hablar de cosas tan intimas dentro del trabajo.
- Bueno entonces ya que esta tan amable, la invito a cenar.
- Poco ético además de que mi amabilidad es natural, no se confunda, usted y yo solo debemos hablar de negocios.
- Te extraño conmigo.
- …- torno mis ojos en blanco y giro mi silla hacia la computadora.
- Besarte, acariciarte, tocarte, abrazarte.
- Señor Will, esta usted borracho?
- De verdad volveremos al juego del insomnio.
- Si no quiere que me vuelva cruel con usted señor Will, puede con esto o al menos de que quiera más… Se puede retirar.
Salí hecho una furia a mi oficina era un juego tan inmaduro el que ella quería jugar, estaba arto, ella siempre hacia lo mismo, solo quería estar con ella como lo hicimos aquellos días de camino a nuevo México, tenia que enamorarla de nuevo, tenia que hacerla sentir segura y que confiara de nuevo en mi, pero antes tenia que encargarme de Danielle que no tenia ni puta idea de que hacia allí arruinando todo, tenia que ponerle fin cuando la mire enfrente de mi oficina sonriendo sínicamente, no tenia ni idea de como es que ella sabia donde encontrarme, empezaba a preocuparme y me preocupaba aun mas que aquella fierecilla la mirara aquí, así que sin darle mas vueltas le abrí la puerta y la deje pasar.
- Hola guapo ya que te deshiciste de aquella, como le podríamos poner?, vaca sagrada?, recibo de sueldo?
- Recibo de sueldo?.- dije extrañado y arto de aquella conversación que apenas iniciaba.
- Muchos la esperan pero cuando la ven se decepcionan.
- Te equivocas, ella siempre es mucho más de lo que se espera.
- No quiero que nuestra primera pelea se por ella, bomboncito, ahora que viviremos juntos dime, a donde me llevaras a cenar esta noche.
- Casi me atraganto de lo impactante y horrífica que era aquella noticia.- de que hablas?, tu y yo no viviremos juntos, bastantes problemas me has traído ya.
- Pero olvídate de esa, ahora me tienes a mí. No me digas que ya te olvidaste de nuestras noches de pasión, dime que no te hacen falta, nos podemos ayudar mutuamente corazón, solo déjate querer.
- Vete ahora mismo, tengo una junta de suma importancia.- le dije mientras la apartaba de mi y me fui.
Estaba arreglando todo para presentarles la nueva idea de fiesta de presentación antes de lanzar la línea en unos meses, seria de los 50s, seria genial, este proyecto seria un éxito y ayudando al medio ambiente seria estupendo, cuando de pronto veo que entra hecha una furia don Will, me divierte pero no le preguntaría de que se trataba, no era de mi interés, ni siquiera sabia si ya se había percatado de mi presencia puesto que los dos habíamos llegado antes que nadie a la sala de juntas.
- De verdad no piensa parar esa chica, no es normal que le tenga miedo Em, contesta no sé que hacer, no se siquiera como llego aquí.
- No es de mi interés, pero la hierba mala se arranca de la raíz querido, así que siéntate que ya va a comenzar mi presentación.
Mientras hablaba de mi idea de la pre-fiesta me di cuenta de verdad que Will no estaba allí, tan mal lo tenia aquella víbora de cascabel?, bueno, él se había metido en eso y no dejaría que arruinara mi presentación así que hable fuerte para que regresara y digo mi justificación para el evento que de verdad merecemos solo seria de trabajadores de la empresa y con ello me refería a personas de limpieza y a todo trabajador de allí, podía ser un poco de doble gasto pero seria una gran noche además de que estaba segura de que el lanzamiento seria un éxito en todo el mundo. Todos estuvieron de acuerdo, el siguiente viernes por la noche todos llegarían con sus parejas vestidos de los 50s, me sentía tan pero tan feliz y emocionada que no podía preocuparme por nada mas, mi carrera por fin estaba despegando con mi nombre, en unos meses el mundo entero reconocería mi línea, mi nombre, era tan feliz a pesar de que eso me costara tener dos guarda espaldas, pero ni eso podía quitarme la felicidad entera, la primer línea de ropa Stolens hecha con reciclaje, con mi nombre!, era increíble por supuesto un trabajo en equipo perfecto para mi. Cuando voy a mi oficina llamo a John a Pensilvania para saber lo que estaba ocurriendo con la pelirroja pero lo que me dijo no lo esperaría jamás, parecía una mentira total, tenia que pagar ahora mismo. Me dirijo a la oficina de Will para confesarle la verdad y que el hiciera que ella pagara.
- Will, tenemos que hablar.
- No aprendiste a tocar puertas?
- De que hablas?.- porque me trataba así ahora, yo jamás tocaba su puerta.
- De tu educación, porque no tocas la puerta?
- Basta Will, es muy importante lo que tengo para decirte.
- Que sea el sábado me iré a un viaje de negocios y regreso justo para la fiesta, con mi invitada Danielle.
- Que?, hace un momento dijiste que no podías soportarla y ahora sales con ella?
- En verdad te importa Em?, si tu solo juegas conmigo.
- De que hablas?, yo vengo a decirte algo urgente y tu sales con esto?, eres un verdadero idiota Will.
Estaba tan furioso por Danielle que estalle con Em, pero me sentí tan bien de ponerla por una vez en su lugar o algo parecido siempre se aprovechaba de que yo estaba detrás de ella pero ahora intentaría soportar a Danielle sin importar Em, estaba cansado, Danielle tenia razón, era su perrito faldero, la conversación que habíamos tenido antes de que Emma entrara a la oficina me había abierto los ojos un poco mas, no dejaría que me tratara mal otra vez aunque no sabia si había gritado de mas y tal vez la había hecho sentir mal, pero estaba acostumbrado a que me insultara, ella siempre hacia lo mismo, te quiero, me alejo, me alejo, te quiero… yo siempre quise cuidarla pero nunca me dio ninguna oportunidad para arreglar los malos entendidos, ella simplemente me ofendía y huía. Ahora estábamos mas distanciados que nunca, su mirada ya no me decía nada y la mía a ella tampoco, ya no nos alterábamos al vernos, ya no sentíamos fuego por dentro, estábamos cansados el uno del otro, de que nunca pudimos ser felices, de que siempre había algo mas, por dejar que nuestros errores y marcas del pasado construyeran nuestro futuro, ahora solo nos sentíamos como dos compañeros de trabajo, no sabia si era bueno o malo, era ignorante a mis verdaderos sentimientos, cegado por el dolor y rabia y lo peor es que a pesar de ser consiente de ello, no hacia nada por cambiarlo simplemente vivía.
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Cielo sin sueño
RomanceEmma una chica con un pasado oscuro y perturbador, ¿podrá encontrar en Will la seguridad?, ¿el amor?, pero, ¿Qué pasa cuando el destino los separa por un escandaloso crimen y sus vidas toman rumbos diferentes?. ¿Emma y Will podrán volver a estar ju...