Los hermanos Durst (hoja 2/3)

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Esperábamos con todas nuestras ansias que dichas habitaciones tuviesen las escaleras al ático o el techo, pero no, encontramos la habitación de los dueños de la casa, la señora y el señor Durst y su baño. 

Debíamos entonces cruzar al ala oeste de la casa, lo que significaba cruzarnos por primera vez frente a una de las armaduras, para variar una que llevaba un casco en lugar de una cabeza de animal. 

Siendo sincera yo lo pensé poco, Hex por otro lado, siempre ha tenido más vibra para la desconfianza y fue él quien propuso ponerla a prueba, desde la distancia más grande que pudimos la empujamos un par de veces sin que nada pasara, no fue hasta que intentamos derribarla que nos detuvo, Rowan sugirió hablarle entonces. 

Pero aquello no parecía querer o poder escuchar palabra alguna, no queríamos pelear por lo que tan pronto logramos derribarle al piso de abajo corrimos a encerrarnos en la habitación cruzando el pasillo. 

Una habitación bastante pobre comparada con el resto de la mansión, la madera de las paredes estaba desnuda y solo reposaban en el lugar una cama y un espejo. De no ser por esos objetos hubiéramos pensado que solo era una habitación de paso, al extrañamente ubicado balcón. Por fortuna eso nos invitó a analizar un poco más el lugar y eventualmente encontramos una puertecilla que hubiera estado escondida si las paredes hubieran estado al menos empapeladas, la pequeña puerta sin perilla alguna daba a un estrecho pasillo de escaleras, me posicioné adelante en caso de que algo intentase atacarnos al andar y Vakura al final, por alguna emboscada era la vía al ático, la puertecilla se cerró tan pronto dejamos de verla sin embargo, fuera de la oscuridad y lo sofocado del espacio no ocurrió nada más para preocuparnos. El ático se veía peor que la habitación anterior, si el resto de la mansión parecía haber estado abandonada un mes el ático dejaba ver años de descuido. 

La señal de Thorn llamaba a Vakura directamente detrás de la única puerta ornamentada en el lugar, fue apenas entonces, estando tan cerca de nuestro objetivo que creció en nosotros una vena aventurera y quisimos explorar un poco. Cruzamos frente a la puerta ornamentada metiéndonos en un pequeño pasillo que creaban su habitación contigua y una a contra esquina, el final de pasillo eran otras escaleras acaracoladas, de las que al asomarse se escuchaba un leve cantico, como aun teníamos que sacar a Thorn del ático decidimos que sería asunto para después, al menos ya teníamos otra bajada. 

La habitación a la que entramos era un tipo de almacén, sábanas cubrían cuanto objeto estuviese ahí, Hex y Rowan empezaron a sacarlas para ver si podían llevarse algo, pero todo era muy grande, sillones, alacenas, roperos, decidí salir, mas antes de llegar a la puerta el lugar completo cambió, la única ventana en la habitación de repente recibía luz matutina la habitación completa y los objetos en ella rejuvenecieron en un parpadeo. 

Antes de poder girarme Rowan ya estaba detrás de mi temblando, Hex miraba pálido una alta silueta femenina cubierta por una pesada tela negra en la mitad de la habitación. Un imaginario latigazo frio me enderezó la espalda, levanté a Rowan del suelo casi por instinto. Intente centrar la vista, pero ahora que había luz la silueta estaba entre la ventana yo oscureciéndose. 

Vakura con el primer lugar en templanza y el segundo en cercanía jaló la tela hacia el suelo, un simple ropero, la luz como si jamás hubiese existido el sol de mañana. Hex aparto la mirada apáticamente, yo bajé a Rowan mirándole casi con pena, él no la regresó así "yo la vi" parecían suplicar aquellos enormes ojos detrás del ámbar de sus lentes "todos lo vimos".

Cartas de DalilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora