Hermanos y problemas

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Me puse mi uniforme para salir a entrenar, lo más probable es que me traiga problemas luego.

-Qué crees que haces? -preguntó Sanemi, todavía algo molesto

-Hay algún problema, Shinazugawa-sensei? -pude ver la vena de su frente a punto de estallar, esas palabras eran algo malo para él

-Solo empeorará tu salud! Y por qué me hablas así!? -yo lo miré confundida

-No sé a qué se refiere sensei. -respondí. Él cerró la puerta que daba al patio

-Hoy es día libre. -ordenó

-De acuerdo. Gracias sensei. -dije inclinada. Di media vuelta y me dirigí a la puerta principal

-Qué haces ahora!? -preguntó alarmado

-Iré a mi casa en las montañas... Es un día de descanso, no?

-No me pedirás que te acompañe? -dijo confundido

-No. -caminé hasta la puerta y Sanemi apareció frente a ella

-Hayami. Por qué haces esto? Si estás enfadada podemos hablar... Pero por favor no te vayas. -rogó

-Bueno... -dije pensativa -No me iré... Mejor me daré un baño en las aguas termales. -evadí el tema.

Fui a mi habitación, me descambié y me puse la bata para salir a bañarme.

Cuando llegué al estanque, Sanemi se lanzó de cabeza al agua, logrando enfadarme.

-Creo que también me quedaré aquí! -dijo divertido -Por qué no me acompañas Hayami?

-No. Puedo esperar que termine. -respondí cortante

-Espera. -él tomó mi mano -Hablemos. -yo me acerqué un poco más al estanque y él me tiró al agua

-Eres idiota!? -grité enojada. Él simplemente reía

-Eres realmente hermosa si te enojas! -me tomó de mi cintura y me apretó contra su cuerpo, haciendo que sienta su miembro

-Sanemi! -regañé. Él se agachó un poco y me abrazó fuertemente, levantándome del piso y haciendo que no pueda soltarme -Suéltame o te patearé. -amenacé, pero él reía y ni siquiera me escuchaba

-Actúa como si estuvieras enfadada luego... Ahora quédate aquí, si? -yo lo miré seria, pero no lo pude evitar. Él se sentó en la escalera y me dejó sobre su regazo. Intentó besarme pero giré la cabeza, aunque igualmente besó mi mejilla. Luego lo abracé y escondí mi rostro en su cuello por un rato.

Me separé y lo miré triste a los ojos, fue cuando se dio cuenta que algo de verdad andaba mal.

-Te espero en tu habitación. -dejé un suave beso en su mejilla y me fui. Él se quedó viéndome hasta que entré a la casa.

Sequé mi cuerpo con una toalla, me quedé con la bata puesta y me acosté en su futón. Sanemi no tardó en llegar. Él también se envolvió en su bata y se sentó a mi lado

-Estás bien? En serio odio verte mal. -dijo, sacándome una leve sonrisa -Es por lo que pasó con Genya o... Hay algo más?

-*Suspiro* Es algo de las dos... -él me dedicó una suave mirada y tomó mi mano

-Te escucho.

-Mi padre siempre cumplió con las tradiciones de mi familia, pero a su manera... Mi padre fue el único en tener una espada verde hasta que me tocó a mí, fue el primero en ser zurdo también! -dije contenta -Aunque, mis ancestros creían que debía haber un solo cazador por generación, o sino traería mala suerte a la familia... -Sanemi me escuchaba atento -Mi padre nos llevaba a la casa de las montañas. Yo siempre iba a jugar, pero mis hermanos entrenaban, ya que mi hermana también practicaba para la Selección Final. -Sanemi me miró sorprendido -La casa de las montañas y el gran salón están rodeados por una cerca de árboles de glicinas, los cuales dejaron de largar flores desde que mi hermano murió.

-Qué es el gran salón? -preguntó confundido

-Es una enorme habitación oscura cerca del pie de la montaña. Mi padre llevaba demonios débiles ahí para que mis hermanos pelearan... -hice una breve pausa -Mi hermana siempre me detestó, sabes?... Llegó a decirme cosas como "No te quiero cerca", "Siempre estorbas en mi camino" y hasta llegó a decirme "Ojalá no hubieras nacido"... Aún así, yo la soportaba... Ichiro y yo siempre fuimos perfectos para los ojos de nuestros padres, mientras, ella se desesperaba por su atención... Una noche, mis hermanos y padre estaban entrenando en el gran salón... Yo, con 12 años, estaba sentada afuera de la casa... Recuerdo haber visto al frente y ver un demonio arrastrarse hasta donde estaba yo, vi a mi hermana venir tras él y creí que lo mataría... Pero mi hermana frenó en seco y dejó al demonio suelto. Yo no pude reaccionar hasta que acercó su mano a mi rostro y rasguñó mi ojo izquierdo... Creí que me asesinaría, hasta que mi padre apareció de quién sabe dónde y cortó su cuello... Ichiro, mi madre y mi padre se acercaron a auxiliarme, pero mi hermana simplemente acechaba desde lejos... -Sanemi me veía triste -Perdí la vista temporalmente, temía que fuera por siempre. Mi padre me dijo que me acostara boca al cielo... Recuerdo cuando vi el primer rayo de Sol, un año después de lo sucedido. -sonreí melancólica -Mi hermana sobrevivió a la Selección gracias a mi hermano. Cuando su espada llegó nunca cambió de color... Mi padre dijo que podía ser una Kakushi, pero ella quería ser la simple esposa de un adinerado hombre...

-Estaba comprometida?

-Si, con Ketaro, el hermano mayor de Kenji. -él me miró sorprendido. Se puso detrás de mí y me abrazó

-No debías cargar con todo eso... -dijo algo regañón

-Siempre pensé que a nadie le interesan mis problemas. -respondí con mi típica sonrisa neutra

-Por qué piensas eso? -preguntó

-Bueno... Cuando tú ves a alguien no piensas con cuántos problemas carga, y seguro tampoco piensas si te gustaría escucharlos. -él se quedó en silencio -Yo siempre lo pienso y cuando lo cuestiono la respuesta siempre es no, por eso no juzgo a las personas por su pasado. -dije -Sabes por qué te lo conté?

-Porque necesitabas deshacerte de un peso? -preguntó

-No, lo hice porque nos comparé... Mientras mi hermana me insultaba de frente, yo nunca fui capaz de hacerle algo parecido... Porque la respetaba... Hasta que noté que no había sido ninguna casualidad y que ella dejó que me atacara el demonio... Dejé de llamarla neesan. Cuando me preguntó por qué ya no lo hacía le dije "Solo tengo un hermano."... Cuando echaste a Genya noté que había algo similar entre tú y yo... Luego te arrepentirás de haber olvidado cuándo fue la última vez que lo llamaste "hermano". -él suspiró y se dejó caer hacia atrás -Prométeme que hablarán. -él seguía callado -Está bien, no puedo obli-

-Lo prometo. -interrumpió. Yo me acosté a su lado

-De acuerdo. -dije sonriendo

| Pilar Aire | Shinazugawa Sanemi x OC ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora