Dead End

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Las gotas de agua empezaron a caer del cielo. Los niños se escondieron en una pequeña cueva que encontraron no muy lejos del río. La lluvia era abundante y ruidosa, además de los fuertes truenos que Caín. Raptor y Sparta se abrazaban atemorizados y hambrientos. Temblaban de frío. Sus familias no podían buscarlos hasta que terminara de llover.

- Auch! - dijo Sparta al cortarse con una piedra.

- que pasó? Estas bién? - pregunto Raptor preocupado sin dejar de abrazar al contrario.

- s-si, solo me Corte un poco... No te quedan más banditas? - dijo Sparta.

- no, ya las tenemos todas puestas. - dijo el reptil bajando la cabeza.

- esta bien... -

Ambos se sobre saltaron al escuchar un ruido en lo profundo de la cueva. Miraron asustados a lo profundo, donde luego de unos segundos, salió la osa que los había atacando el otro día. Raptor rápidamente se levantó, tomó la mano de Sparta y se lo llevó corriendo de ese lugar, aunque a Raptor le doliera mucho la pierna, el miedo era mayor. La osa los siguió. Estuvieron corriendo hasta llegar al río, pensaban pasar al otro lado, pero la lluvia vivía al río violento y peligroso. Despidieron correr siguiendo aquel río, aun siendo perseguidos por la mamá oso.

Después de estar corriendo unos minutos, llegaron al final del río, donde había un gran precio y una cascada, ya que abajo seguía el río.

- no tenemos donde escapar Raptor!! - grito Sparta asustado viendo como detrás de ellos estaba aquel animal tan grande.

- ven, subamonos a ese árbol!! - treparon el árbol que estaba más cerca de ellos. Estaba al borde del acantilado y era alto, delgado y se veía débil. Por suerte no tuvieron muchos problemas para subir.

La osa llegó donde ellos, y con sus afiladas garras, trataba de agarrarlo. Los niños tuvieron que subir a la rama más alta, lo que no sabían es era muy delgada y estaba débil.

Un rayo calló en uno de los árboles que estaba cerca, causando que se desplomara hacia el lado donde estaban los niños. Eso hizo que la osa se fuera asustada, pero también hizo que el pequeño árboles en el que estaban, se cayera hacia el acantilado, lo único que lo sostenía eran sus pocas raíces. Por la caída, Raptor y Sparta se resbalar de la rama, el de ojos bicolor alcanzó a agarrarse de la rama y el castaño de la cola del reptil. Estaban ahí colgando de ese tenebroso y alto acantilado.

- Raptor tengo miedo!!! No te sueltes!!! - grito Sparta llorando, atemorizado por la gran caída que les esperaba.

- s-sostente Sparta!! Voy a tratar de subir!!! - grito también Raptor. También tenía mucho miedo, peor trataba de ser fuerte, porque sus vidas estaban en sus manos. - no mires hacia abajo!!! - Sparta cerro fuerte los ojos y Raptor empezó a trepar la rama. Lo hacia con mucha dificultad, ya que traía su peso y el de Sparta, que la verdad era bastante pesado, además era difícil sostenerse a la rama con sus pequeñas manitos.

Raptor escucho un crujido, y antes de que pudiera reaccionar, la rama se rompió. Ambos cayeron, gritando asustados. El reptil logro atrapar al castaño en el aire, y lo abrazo fuerte para protegerlo de la caída. Era su fin...

Por suerte cayeron en el río, al final de la cascada. Sparta nadó hacia arriba para poder tomar aire.

- Raptor!!! - grito Sparta al no ver a su amigo por ningún lado. - RAPTOR!! - volvió a gritar. El agua lo azotaba fuerte, era violenta y quería hundirlo. Se sumergió en el agua y a lo lejos vio a Raptor, tratando de nadar, de subir a la superficie, pero no era capaz, se estaba ahogando. El castaño nadó hacia el reptil y lo ayudó a salir hacia la superficie. Con dificultad, años llegaron  al borde donde pudieron salir del río por fin. Raptor tocia escupiendo agua y respiraba Raptor, tratando de recuperar el aliento. - Raptor, no sabes nadar? - pregunto Sparta cansado.

- l-la verdad no... - dijo con dificultad Raptor. Se quedaron en ese lugar por un largo rato, hasta que la fuerte lluvia se detuviera.

Estaban acostados en el césped, sin fuerzas, sin poder moverse.

- Raptor estoy muy cansado y me siento muy mal... - dijo Sparta con dificultad. - puedo dormir un rato? - dijo, moviendo su cuerpo hacia su izquierda, para poder ver a su amigo.

- si Spartita, descansa, yo te protegeré. - dijo Raptor moviéndose hacia su lado derecho para poder ver a su amigo, también con la voz débil.

- gracias... - fue lo último que dijo, antes de cerrar los ojos, derramando una finas lágrimas y entrar en un profundo sueño.

Raptor se quedó un rato mirando a Sparta, acarició su mejilla que era pálida y fría. Tomó la mano del castaño y la apretó fuerte.

- yo siempre te protegeré. Te prometo que te llevaré a tu casa y luego a Japón. Eres mi único amigo, al que quiero con todo mi Kokoro. Creceremos juntos, estudiaremos juntos y envejeceremos juntos. - sonrió, al imaginarse a los dos viejos. - estamos Unidos por el hijo rojo, somos almas gemelas y estaremos juntos por siempre, mi Spartita... - cerraba sus ojos lentamente, derramando unas cuantas lágrimas. - te amo mi Spartita... - dijo finalizando, cerrando sus ojos para poder descansar...
























Habían policías, las familias de los niños y personas voluntarias que buscaban a los dos pequeños por el bosque, gritando sus nombres. Llevaban 4 días buscando. Como les dijo la abuela, buscaron en los alrededores del del río y lo siguiron hasta que llegaron al precipicio.

- oigan! Hay algo allá abajo! - dijo una de las personas.

Usando una cuerda, lograron bajar con seguridad. Efectivamente, ese "algo" Eran los dos pequeños que por tanto han Estado buscando. Los dos estaban tomados de las manos, lastimados, sucios, con la ropa rota, pálidos y fríos.

La familia de Sparta, corrió hacia el Niño

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La familia de Sparta, corrió hacia el Niño. Timba lo tomó en brazos y puso su cabeza contra el pecho del pequeño, con la esperanza de escuchar a su corazón latir. Nada.

- ... Esta muerto... - dijo el peli azul, abrazando fuerte el cuerpo de su hijo, llorando. Rius y Víctor, también comenzaron a llorar sin consuelo, abrazando también al niño.

- mi pobre Raptor... - la señora abrazo a Raptor, también derramando lágrimas.

Las demás personas se lamentaban, unas lloraban y otras solo miraban. Que cruel fue la naturaleza contra dos niños pequeños e inocentes. Ya no están entre nosotros. Pero lo que nadie sabía es que, en la vida o en la muerte, ellos estarán juntos, porque están unidos para siempre.




𝙻𝙾𝚂𝚃





Love, Jupiter.

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