Prólogo

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"Para tener un día de vida en este mundo, siento que ya fue suficiente".

(…)

~ En algún lugar y en ninguno al mismo tiempo ~


Hablemos brevemente del alma de Mogecko. Es un alma violenta y… un poco especial.

Él ya había vivido antes, pero lamentablemente falleció y ahora su alma está en un vacío infinito, sometido a un eterno letargo por todas las aberraciones que había cometido en su vida.

Las cosas que hizo fueron, en sí, puros pecados relacionados al odio y al asesinato. Mogecko no fue alguien feliz.

Como no tiene un cuerpo físico, su consciencia toma lugar en un sitio oscuro y frío. Mogecko no sabe qué está pasando o lo que lo rodea, él solo observa el vacío del lugar y la falta de cosas, como si algo estuviera mal en lo que ve.

Luego escuchó una voz.

—Ah... Ya estás aquí... te preguntarás... ¿Por qué, verdad?... —dijo la voz. Su tono era algo profundo y con gran autoridad en ello, Mogecko no tenía idea de dónde provenía la voz ni de quién era.

—Es cierto... no puedes hablar... Bueno, es fácil... tienes un trabajo pendiente conmigo... el valor de tus pecados es invaluable, pero haré una excepción... No hay nadie más a quien acudir después de todo... Por eso, eres mi única ayuda... —La voz profunda habló de nuevo. Mogecko no podía responder a aquella voz, no tenía una boca para ello.

—... Pero será algo fácil... Solo debes salvar a unas personas... salva esas vidas... y salvarás la tuya... Fácil, ¿Verdad? —Mogecko estaba un poco de acuerdo con aquella voz, él apreciaría su libertad.

—Es simple... firmarás un contrato con un pedazo de tu alma... así tendrás un motivo para obedecer... en caso de que no quieras... si tu alma no está completa y mueres... seguirás trabajando para mí... Eternamente… —La voz amenazó.

Mogecko ahora tenía algo de miedo, si se rehusaba, estaría encadenado a este ser superior por toda la eternidad... No era tan malo, ¿O sí?

—... Como sea... veo que estás más inclinado a tomar mi oferta... así que te diré una cosa... Apenas llegues... haz todo lo posible para cumplir lo que te pido... ¿Entendido? —Mogecko estaba de acuerdo con ello, era difícil no estarlo si el ser superior que le estaba hablando podía dejarlo en la soledad por toda la eternidad si quisiera… eso era aterrador.

Pasó un momento y se escucharon algunos sonidos en aquel vacío. Luego, la voz habló de nuevo—: Bueno... con eso estaría listo... tendrás tu contrato apenas llegues al mundo... Y recuerda... cumple con él, por cualquier medio necesario...

Mogecko ahora estaba completamente de acuerdo con esta entidad. Si él le permitiera hacer todo lo posible para cumplir su misión, eso quiere decir que tiene campo libre para tomar decisiones, ¿No?

—Antes de que te preguntes... ¿Quién soy?... Considérame como un dios menor... Necesito tu ayuda... Mogecko...

Con eso, la consciencia de Mogecko sintió que fue arrebatada de su tranquilidad, y así, aquel se verá envuelto en una serie de eventos los cuales ayudarán a dos personas desamparadas en un Castillo lleno de seres impredecibles.

El Contrato (reescrito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora