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Mis ojos no se apartan ningún momento del duelo entre Yugi y Atem.

Todo es tan tenso; cuando Atem tenía convocados a los tres dioses egipcios por un momento creí que el duelo terminaría ahí pero cambié de opinión al notar la determinación en Yugi. La manera en que destruyó a los Dioses fue asombrosa en pocas palabras.

Conforme los turnos pasan algo comienza a hacerme sentirse mal, al igual que a Deseret, pues su mano que sostiene la mía no deja de tensarse por cada uno de ellos. Quizás se deba a que ambas ya sabemos en qué terminará esto; un adiós definitivo.

Suelto un pesado suspiro cuando Atem invoca a Osiris y Yugi lo detiene mostrando que la carta Monster Reborn está sellada y no puede usarse.
Noto que Yugi comienza a temblar en su lugar y duda en atacar a Atem directamente.

—Yugi ganó...

Miro a Deseret un segundo y asiento sin muchos ánimos, vuelvo mi vista a Yugi quién se deja caer de rodillas en el suelo y comienza a llorar. Atem se acerca con lentitud a él y se agacha hasta estar a su altura.

Yo perdí, compañero. Levántate, el ganador no debe estar de rodillas. Si yo fuera tú, no lloraría.

—Yo soy demasiado débil... Tú siempre has sido mi meta. Siempre quise ser fuerte... Como tú.

—No eres débil; tú siempre has tenido un poder que nadie más podría vencer, ¡La fuerza de la bondad! Eso es lo que aprendí de tí.
Compañero, el coraje que demostraste cuando aceptaste este Duelo ceremonial me mostró el camino que debo tomar.

—Mi otro yo.

—Ya no soy más tu otro yo. ¡Y no hay nadie más que tú mismo! ¡Eres el único Yugi Mutou del mundo!

Sonrío por las palabras de Atem y pronto un resplandor se ve en la puerta. Miro a Atem de nuevo y trago saliva con lentitud antes de hablar.

—Creo que esto es el adiós.

—Si... Debo regresar con Atem al otro mundo...

—Lo sé, sólo quiero... Quiero que no olvides que eres una persona muy importante para mí, quién estuvo a mi lado tantos años aún si saber yo de eso, en verdad te convertiste en alguien muy especial, eres una gran persona.

—Gracias _____, agradezco mucho todo el tiempo que pasamos juntos y además —Mira a Atem un momento— Te debo mucho, pude encontrarme con él gracias a ti.

—En ese caso estamos igual, sin ti no hubiera conocido a Yugi ni sería la persona que soy ahora.

Des ríe dulcemente y eso me hace sonreír brevemente, mis ojos comienzan a escozer y trato de aguantar las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos sin éxito alguno. Pronto los brazos de Des me rodean y correspondo gustosamente, nos mantenemos así por unos segundos hasta que la voz de Atem llama mi atención.

Yumiko... —Atem guarda silencio un momento cuando ve a Des- Deseret...

Me alejo con lentitud de Des y nos acercamos a la puerta donde están los demás. Jonouchi, Anzu y Honda observan con atención a Deseret mientras camina hasta estar a lado de Atem, gira sobre sus talones y hace una pequeña reverencia mientras sonríe.

—Gracias por todo chicos, son personas increíbles. Muchas gracias, Yugi, _____.

—_____, muchas gracias por todo.

—No hay de que, Atem. Gracias por muchas cosas.

Le sonrío débilmente y los observo con atención cuando ambos dan media vuelta y comienzan a caminar hacia la luz. Las vestimentas de Atem y las de Deseret cambian conforme más caminan y poco a poco la puerta se cierra.

Conocerte no fue coincidencia (Yugi y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora