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¡Especial porque llegamos a los 2.01k!

Gracias criaturitas del bosque. u.u

"¡Vamos así no lograrás nada! ¡Con fuerza!"

"Me rindo, no quiero hacer esto." Louis se dejó caer sobre la cancha de baloncesto.

El pelinegro lo observó expectante con una pelota en su mano.

Se fue acercando a Louis rebotando cada cierto tiempo el balón.

"¿Estás seguro que no quieres continuar?" Le preguntó sentándose a su lado con las piernas cruzadas.

Louis negó apretando sus labios. Estaba irritiado y cansado. Toda su tarde había servido como portería, recibiendo balones por aquí y por allá, le dolía el cuerpo y empezaba a odiar a su amigo por hacerle creer que aprender basketball sería buena idea.

"No lo veo necesario, soy un asco." Dijo con una sonrisa irónica.

"En tu defensa, soportaste más de lo que creí." Intentó animarlo. "Vamos, te compraré una soda de manzana en el camino." Le dijo poniéndose de pie y tendiendo una mano con la palma abierta.

Louis la aceptó.

"Me duele el culo." Espetó comenzando a caminar a su lado.

"¿Debería darte un masaje?" Le sonrió acercándose sospecho a él.

"Alejate de mí, pervertido." Le contestó riendo, alejándose de él.

"¡Louis ven aquí! ¡Prometo que te gustará!" Lo persiguió.

Él pelinegro lo observó riendo mientras iba tras él, Louis corría como un pingüino tomando su trasero entre sus manos.

"¡Te atrapé!" El chico lo alcanzó y lo aprisionó por su espalda.

"¡Sueltame! ¡Lucas!"

"Di que me amas."

"¡Lucas!"

"Una soda de manzana...."

-

"¡Louis!"

Abrió sus ojos.

Sintió sus sienes mojadas y tocó su frente, el sudor recorría no sólo su cara sino también parte de su cuello.

Un pesadilla, una de mal gusto. El bombeo de su corazón escuchándose como un sonido sordo pero molesto.

Enfocó su vista frente él, dándose cuenta que estaba solo. Todavía no amanecía y la habitación estaba sombría.

Miró su mesa de noche y encontró su celular vibrando, una lucecita blanca blanca anunciaba una nueva notificación.

"Debo suponer que estas muy ocupado para responder mis llamadas y mensajes.
Ten buen día."

Estuvo tentando en azotar ese aparato contra la mesa de madera, empezaba a odiar su tono de llamada.

De todas formas, ¿Por qué se preocupaba tanto? No era más que algo pasajero, Lucas se aburriría de llamar y todo volvería a la normalidad.

¿Cierto?

Apagó su celular y se levantó con pesar para darse una ducha.

Intentó no pensar en los mensajes y llamadas, pero no pudo. Su mente parecía un casete que se repetía una y otra vez sin parar, dejándolo disgustado.

Anxiety  | l.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora