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Llegamos al número 25 de fics Larry. ¡AAAAH!
Gracias u.u

El dejar la cafetería fue como estar sedado, sumergido en un sueño de irrealidad, en una pesadilla.

Caminó con rapidez, era insano. Tocó los bolsillos de sus pantalones, buscando, no encontró nada, después los de su chaqueta, no tenía cigarrillos.
Él no fumaba con tanta regularidad como se veía, lo hacía ocasionalmente y más que nada por buscar relajarse, había algo en exhalar el humo que lo tranquilizaba.

Cuando se dio cuenta estaba recorriendo esa pesada puerta de metal, la soledad lo recibió. La azotea estaba tal cuál como la había descubierto. Sola y fría.

Recuerda caminar por los pasillos del edificio, después de recibir la noticia de que él se iría, con lágrimas en los ojos, queriendo escapar de todo. En un impulso corrió, atravesando puertas y salones vacíos; después el lugar apareció como un limbo.

Sus días se volvieron alrededor de esa azotea, ver el cielo y todo lo que parecía grande pequeño, con un cigarro en su mano.

Suspiró tembloroso. Y se sentó en el duro concreto.

Ese era el verdadero Louis.

La puerta chirrió, y alguien entró. La presencia se mantuvo quieta por un largo tiempo, tanto, que Louis pensó que no lo veía pero era imposible, estaba ahí sentado en medio de la nada, con el suelo repleto de cigarrillos secos.

"Alguien muy especial me dijo que ver el cielo durante cinco minutos te hace feliz... Mi abuelo solía decir eso." Harry suspiró viendo al cielo.

Louis estaba sentado de espaldas, podía ver como su cuerpo se flexionaba al tomar una profunda respiración y soltarla de golpe.

La azotea parecía fúnebre y Harry odió eso, cuando Louis le había mostrado ese lugar pensó que era increíble y daba una sensación de libertad pero ahora, solo estaba triste y sombrío. Todo por Louis.

Harry caminó hasta estar donde el castaño permanecía. Tomó un lugar a su lado y no dijo nada.

Louis se quedó quieto mirando la vista de enfrente. El viento volaba y golpeaba duro, los árboles se movían y los cristales de los edificios altos retumbaban al choque, pero ahí estaba él, quieto.

Una mano abierta y extendida se posó a él, en ella un cilindro pequeño blanco, un cigarro de menta.

"Eran los favoritos de mi abuelo." Le dedicó una sonrisa triste. "Probablemente si estuviera aquí fumaría un puro pero mi abuela le gritaria por ser tan inconsciente." Harry miró lo que Louis miraba.

Sintió un toque en su mano y después el cigarro fue encendido.

"¿Porqué?" Preguntó Louis después de un tiempo.

Harry no estuvo seguro de que contestar dada la situación, así que prefirió seguir contando de su familia.

"Ella odiaba ver a mi abuelo fumar, solía esconderse en la cochera o el patio trasero para hacerlo y desde ese entonces empezó a comprar cigarros de menta por el tenue olor." Dijo con simplicidad.

"Tu abuelo debía amar mucho a tu abuela."

Esa afirmación lo tomó por sorpresa. No lo esperaba. Louis lucía tan distante que solo el hecho de sentir una mirada de su parte podría significar el oro para él, pero ahí estaba de nuevo, Louis sorprendiendo.

"Lo hacía. La amaba mucho." Afirmó. "Tú y él son muy parecidos realmente."

Lo creía. Su abuelo hubiera estado encantado de conocerlo.

Anxiety  | l.s |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora