Dos - "¿Bienvenida?"

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Habían pasado dos días, Nadie del barrio de Gijang-gun esperaba que la familia Oh se vaya. Todos sabían que está familia había pasado de todo, desde la muerte del señor Oh. Eran una familia ejemplar en el vecindario, su hija mayor con buena notas, siendo la número uno de la escuela de allí y ayudando en la casa, y sus otros hijos que tenían un resprandor de alegría y ni olvidarse de la mamá, la responsable que trabajaba día a día para que sus hijos no les vaya mal. Cómo dije una familia ejemplar .

- Yah,¿Realmente crees que es buena opción?- pregunta la vecina de al lado, la señora Han. Le sonreía a la familia ya prepará en el auto.

- Claro, necesito otro aire.- Dice contenta Park, quien estaba al volantes- ¡Nos vemos!.

Arrancando el auto, cruzando ya la calle de la que vivían, Jiho vio a su hermana con un puchero.

-Tengo hambre.

Sun Hee carcajeo y se acercó a su bolsa en los pies para sacar un paquete de galletitas para el viaje. Se dio vuelta y mostró el paquete a sus hermanos.

- ¡Tada!- dijo y les abrió - siéntese bien y no hagan migas.

Les paso y como tal dijo, los menores se sentaron bien y comieron mientras veían el paisaje. Ella por su parte suspiró y saco unos dulces, y miro a su mamá quien la miraba de reojo.

Saco el primer Caramelo-¿Ya conseguíste trabajo allí?

Al terminar de decirlo come su caramelo, su mamá asiente.

- Si, hay una sede en Seúl donde trabajo y me ascendieron allí. - Habla calmada su madre, ella por su parte asiente y desvuelve un dulce para darle a su mamá. Ambas sonríen y siguen el camino hasta Seúl. Que sería largo.

Horas más Tarde, estaba ocurriendo y estaban a la mitad del camino. Pararon en el costado de una gasolinera y bajaron a comer un ramen instartaneo. Sus hijo probaron la primera bocado y abrieron sus ojos.

-¡Wow! Esto está muy rico- Dice Yejun alegre y comiendo más. Su madre y ella ríen.

Ha-eun ve a su hijo y lo ayuda a comer, ya que sabía que se iba a manchar la ropa. Mientras, Sun Hee le habla a su hermano.

-¿Estás hambriento?- su hermanito asienta y ella no puede reír porque tenía manchado su boca. De acerca y le limpia con una servilleta.

-Come hija- dice su madre al ver que ella era la única que no había probado el ramen. Sun regresa su mirada a su mamá y asiente agarrando los palillos.

Su madre al verla comer, prosigue ella a seguir comiendo.

Ya amaneciendo, su madre arranco el auto con sus hijos durmiendo, ella miraba por el espejo retrovisor a sus pequeños dormir abrazados con una manta, y regresa su vista a su hija quien también duerme con una manta. Ríe al ver la baba de esta. Era igual a su padre de esa acción.

Habían pasado unas horas y su hija ya estaba despierta pero se encontraba callada. De un momento a otro, se escuchó la voz de Jiho.

-Mami, quiero ir al baño.

-Bueno, en la otra parada vas a ir mi vida, aguanta.

En eso escucha su llanto y decide estacionar y apagar el auto. Llevando a su hijo a ser sus necesidades. Sun Hee aún en el auto, decide agarrar su libro y empezar a leerlo.

- Ya está- aparece su mamá en el auto, Jiho se volvió a acomodar en la manta al lado de Yejun y lo abrazo. La mamá siguió el camino.

[• • •]

-¡Deok Sun, la cena! - grita su madre. Y se escuchan las demás familiares llamar a los amigos de la casa de Taek. Quien recién llegaba con panes y leche.

𝐔𝐧𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐝𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞  | Reply 1988 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora