♦Twisted Wonderland boyfriend material♣

One Short

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Salí del juego y volví a entrar, esperando a que este funcionará correctamente pero la pantalla seguía pixeleada. Tiré mi celular algo lejos de mi, con enojo. Ya habían salido él capítulo seis con Ignihyde y no me ha dejado entrar él juego, siempre pasaba lo mismo, la pantalla se pixeleaba de un azul eléctrico y no me dejaba jugar, no importaba lo que hiciera.

—Carajo —susurro mientras miraba él techo, pensando que hacer, ojala pudiera tener a Idia aquí y que él lo arreglara.

Suspiro y me pongo al lado del celular. Al mirarlo noto que la pantalla estaba prendida y del mismo color del juego, lo pongo entre mis manos e intento apagarlo, pero la pantalla sigue igual que antes.

—Mierda, mierda. Mamá tenía razón, me entró un virus por un juego chino —vuelvo a dejar él celular y golpeo mi cara con un almohada para no gritar.

Luego de un largo rato pensando como explicarles lo que pasó recuerdo una rápida solución. Me levanto y con mis pantuflas corro a la cocina en busca de arroz. Los chinos me pusieron el virus, los chinos lo arreglaran.

Busco entre los muebles de comida, agarro la caja de cereales y la bolsa de arroz, pongo ambos en tachos y mientras comía los cereales recordaba si tenía que hacer el arroz o no. Luego de pensarlo por unos segundos le hago caso a mi cerebro y vagancia, y puse el celular en el tacho correspondiente, agarro ambos recipientes y camino con cuidado hasta mi habitación.

Dejo él celular en mi cama  como unos cereales y me doy media vuelta para caminar a mi computadora, tal vez haga la tarea o vea algún anime pendiente.

—¡Ah! —Escucho él grito de una voz masculina.

—¡Ah! —Grito yo también, intentando no tirar los cereales por él susto.

Levanto la mirada y veo una habitación muy desarreglada y a oscuras, volteo intentado reconocer mi habitación, sin poder hacerlo. Y encontrando una bola temblorosa debajo de las sabanas de una cama, de donde también escucho murmullos. Muevo la cabeza hacia ambos lados intentando reconocer la habitación y me voy acercando hacia la bola, mientras aprieto con fuerza el tacho de vidrio.

—¡Ah!

—¡Ah!

Me alejo de la cama con el muchacho de cabello flameante, y lo observo con claridad. Percatandome que él chico era unos de los personajes del juego, en posición fetal.

—¡Sabía que tenía que hacer el arroz! —Grito y el personaje cae de la cama, haciendo un ruido más fuerte.

—No tenía que pasar esto —escucho salir de los labios de Idia, quien seguía murmurando otras cosas y de la nada se levantó hasta la silla de su dormitorio, empezando a teclear cosas en su computador.

Camino hasta él y veo un techo en su pantalla, con bastantes manchas de humedad en él. Una con forma de elefante, como en él mío y otra mancha al lado de esa, igualita a la de mi cuarto. Espera...

—¡Esas son mis manchas! —Exclamo y miro al líder de Ignihyde, quien saltó por él susto.

—No digo si pero no tienes pruebas para decir que es el mismo por lo tal tampoco puedes decir que yo estuve espiándote ni que yo no soy solo un personaje de un juego otome ¿cierto? ¿Cuál juego otome? No no hay ningún personaje de ningún juego —después de decir todo eso tan rápido se volvió a poner en posición fetal y se escondió con su capucha.

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