MARATÓN 1/4.
Narra ______:
Nunca esperaba cartas de mis padres, pues nunca se dignaban a escribirme.
En los cinco años que llevaba estudiando en Hogwarts solo había recibido cartas de ellos para decirme Feliz Navidad. No me podía esperar más. Si ya hablábamos poco en casa, era normal que en el colegio habláramos lo mínimo.
Por eso que, ese día, mi lechuza me trajera una carta de parte de ellos me sorprendió.
Sentí una profunda calidez en el pecho; ¿por fin iban a mejorar las cosas entre mis padres y yo? ¿Volvería a ser todo como era antes de que ingresara a Hogwarts?
Esa emoción hizo que abriera la carta al instante y leyera todo con la misma rapidez con la que leería mi libro favorito. Pero, poco a poco, conforme iba llegando al final de la carta, mis esperanzas se iban yendo al mismo tiempo que mi sonrisa.
Hija:
Hemos decidido que no vuelvas a casa por vacaciones de Navidad ni lo que queda de tu vida. Ha sido una total vergüenza que te pusieran en la casa de Slytherin, vergüenza que hemos estado pasando por cinco años.
No sabemos dónde te puedes quedar, pero te dejaremos la llave de tu cámara privada de Gringotts para que te las puedas apañar sola.
No queremos que contestes esta carta ni que nos mandes cien para decirnos que te ha sentado mal lo que hemos decidido. La decisión está tomada y punto. No hay vuelta atrás.
Te lo has buscado tu solita.
Los señores Rosier.
¿Mis padres no me querían solo por el hecho de que había quedado en Slytherin?
Era tan irónico. Las familias sangre pura se solían enfadar cuando sus hijos, en vez de quedar en Slytherin, eran asignados en otras casas. ¿Por qué en mi familia había tenido que ser diferente?
¿Dónde me iba a quedar a partir de ahora? ¿Adónde iría?
Pansy, mi mejor amiga a la cual le contaba todo y sabía la relación con mis padres, me miró con lástima nada más levantar mi mirada de la carta y verla. Nunca me había gustado que me miraran con lástima, y no era la excepción ahora por tan rota que estuviera.
— Ahora regreso. No me sigas.
Me levanté de la mesa y, a paso rápido, salí del Gran Comedor. No tenía un destino, pero, cuando paso por delante del baño de Myrtle la Llorona y oigo sus llantos, pienso que es un buen sitio para ahogar mis lágrimas.
Me siento en una esquina apartada y, aunque mi corazón duela, siento la necesidad de leer más veces la carta. Quiero abrirme más la herida, y no sé porqué.
No me doy cuenta de que esa deprimida fantasma se ha ido y me ha dejado sola en el baño, haciendo que mis llantos se oigan más de lo que quiero hasta que siento que alguien se arrodilla a mi lado.
Pienso que es Pansy, pero mi corazón se acelera al ver que es otra persona.
Hermione Granger.
Es la situación perfecta para que me devuelva todos los insultos que yo le he hecho. Podría burlarse de mí y contárselo a los demás. Podría hacerme trizas ahora mismo con un solo comentario, así que, por si acaso, me pongo a la defensiva.
— Granger —susurro, intentando contener mi llanto. Mi voz ha salido más baja de lo que quería—. Solo vete, por favor —Sin quererlo, suplico. ¿Por qué lo he hecho?
Su ceño se frunce y veo pena en sus ojos. ¿Está preocupada por mí o son solo imaginaciones mías?
— No me iré —afirma con autoridad, y ahora es mi ceño el que se frunce—. Me quedaré hasta ver que estás mejor. Y, si me dejas, te ayudaré con el problema que ten...
¿Cómo?
— ¿Cómo podrías ayudarme con esto? No creo que también sepas arreglar familias desestructuradas —la interrumpo con frialdad. No quiero que me vea así.
— No, la verdad es que no puedo ayudar mucho en eso. Pero sí puedo ayudarte a subirte el ánimo, a que estés mejor —me dice, y noto su tono sincero.
— ¿Por qué querrías ayudarme?
— Porque me duele verte así —admite y sus mejillas arden. La miro sorprendida, pero siento una calidez en el pecho por sus palabras.
Le tiendo la carta, sin pensar muy bien porqué lo hago, y ella la acepta.
Veo como sus ojos se mueven mientras lee la carta y como, poco a poco, su ceño se frunce y su indignación sube.
— No me creo que te hayan podido decir eso —dice, totalmente indignada—. Eres maravillosa. No te merecen, y tú, mucho menos, mereces ese trato.
Wow.
— Gracias, Granger —sonrío, y noto como se siente avergonzada—. Pero ya sabía que era maravillosa.
Ante mi comentario, lo único que hace es reír y rodar sus ojos. De repente, pasa su mano por mi mejilla para quitar mis lágrimas, y noto que ya he parado de llorar sin darme cuenta. Siento que mis mejillas arden levemente.
— Únete a la E.D.
¿E.D?

ESTÁS LEYENDO
𝗆𝗎𝖽𝖻𝗅𝗈𝗈𝖽 ━━ 𝗁𝖾𝗋𝗆𝗂𝗈𝗇𝖾 𝗀𝗋𝖺𝗇𝗀𝖾𝗋.
DiversosDonde Hermione Granger se arma de valor y escribe cartas a la Slytherin de sus sueños. Pero todavía le falta el valor para enviarlas. Hermione Granger x Fem! Oc