Narra Mica:Me desperté ante el sonido de mi despertador, esta vez no eran las caricias de el Mateo las que me despertaban. -¡Basta!- me reclame. Yo sola me lastimaba recordando cada momento.
Entre al baño y deje correr el agua para que se calentara el agua, mientras me dirigí a mi armario, agarre lo primero que vi. No tenía ganas de ponerme a buscar algún conjunto. Deje mi ropa sobre la cama y regrese a la ducha.
Si fuera por mi, me hubiera quedado horas en la ducha, pero mi vida no había terminado solo porque el no estaba en ella.
Termine de vestirme y agarre mi cartera, aún no muy segura, salí de mi habitación.
Mica: ¡Ya me voy!- avise desde la puerta
Salí de la casa y subí a mi auto, aún no había pensado en que iba a decir, ya seguramente Cami me va a preguntar que paso ayer, pero no podía contarle ya que si no le decía a él Valen ella misma iría a buscar a el Mateo para cagarlo a trompadas.
Llegue al colegio, afortunadamente era algo tarde, por lo que todos estaban en los salones, así no me iba a encontrar a mi mejor amigo, y en el salón sería más fácil evitar las preguntas de la Camila. Entre al edificio, los pasillos estaban vacíos. Así que sin dificultad alguna llegue a mi casillero, saque mis libros para las siguientes clases y cerre de un golpe, caminaba hacia el salón cuando mi celular comenzaba a vibrar. Lo saqué de mi cartera y miré la pantalla. Era un mensaje de... el Mateo. Sin siquiera abrirlo lo borre, no quería entrar llorando al salón.