Narra Mica:Sin muchas ganas subi a mi habitación, había esquivado la comida con la escusa de que había comido en el colegio.
Deje caer mi cartera al piso y tire mi celular junto con mis llaves a la cama.
Entre al armario para buscar algo más cómodo. Terminaba de vestirme cuando escuché el muy leve sonido que hace mi celular al vibrar. Corri hacia donde estaba este el cual no paraba de vibrar. Lo agarré y miré la pantalla. El Mateo.
Me debatía entre sí responder o no. Quería hacerlo. Aunque solo fuera por unos segundos, solo para escuchar su melodiosa voz pronunciar mi nombre. Después de diez segundos dejo de vibrar.
Pase todo el día haciendo las tareas del colegio, no era algo que disfrutara pero me distraía bastante.
Termine con todos los trabajos, incluso algunos los había adelantado, pero ya no podía más. Por más deprimida que estaba, demasiada tarea digamos que no era 'sano' para mí.
Baje a la cocina, mire televisión en la sala, salí al patio, me senté en el comedor. Simplemente no estaba en casa. Algo me hacía falta y sabía bien lo que era .
Finalmente decidí llamar a la Camila y contarle. Ya me había 'asegurado' de que el Mateo no haría una estupidez
Cami: ¿Si?- respondió del otro lado del la línea
Mica: Tengo que contarte algo- dije sin siquiera pensarlo