Capítulo 8: El Misterio Del Árbol

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Y mientras observaba aquella extraña marca en sus muñecas, comenzó a pasear su mirada por todo el interior del tepee, encontrándose con algunas pinturas, objetos y reliquias con olor a pasado... ¡Cuando de pronto, recordó las palabras de Yades, la reina hada!
«...antes del amanecer deberás tomar el camino hacia el sureste... Esa noche descubrirás un gran misterio».

Sin pensarlo dos veces, salió corriendo del tepee...

-Por la posición de la luna, deben ser alrededor de las 3:00 de la mañana -pensó Nidawi- creo que es hora de descubrir el misterio.

Así que tomó su brújula y se dirigió hacia el sureste. Luego de un largo recorrido, se encontró con un inmenso y singular árbol con un intenso brillo que brotaba de su interior iluminando todo el lugar y que parecía tener vida propia, pues desde sus gruesas raíces se escuchaba palpitar fuertemente su robusto tronco al ritmo de los latidos del corazón.

Cuando Nidawi se acercó al gran árbol, comenzó a observarlo detalladamente mientras caminaba a su alrededor. De pronto se dio cuenta que en su tronco se dibujaban parpadeantes las extrañas marcas que habían aparecido en sus muñecas y que de sus ramas goteaban brillantes gotas de ámbar, como si fueran lágrimas que formaban un pequeño riachuelo que conducía a unas pequeñas escaleras a su costado.

Nidawi, aunque totalmente perpleja ante la majestuosidad y rareza de aquel gigantesco árbol, decidió entrar a su interior a través de aquellas singulares escaleras. Una vez dentro, la puerta que daba paso a las escaleras de aquel tronco se cerró tras de ella.

Y mientras estaba allí inmóvil observando el interior del árbol, escuchó una voz grave y a la vez arrulladora que le dijo:

-No temas pequeña apache, dentro de mí, nada malo te ocurrirá.

-¿Quién eres? -preguntó Nidawi, con dulce voz.

-¡Soy Tépow un milenario árbol, y el encargado de recoger en sus raíces la esencia de la madre tierra! Uaaaahh, tengo mucho sueño -dijo el árbol soñoliento, mientras bostezaba- aún es de madrugada uaaaahh... Sigue mis lágrimas en las escaleras y te encontrarás con tu verdad... ¡Ve niña, ve! ¡Es un largo camino! Yo dormiré un rato zzz zzz zzz.

Y mientras el árbol roncaba sin parar, Nidawi comenzó a seguir las lágrimas que caían en las escaleras.

-¿Largo camino? -se preguntaba- mmm... A mí no me parece.

Luego de un largo rato en su descenso...

-¡Ooh¡ creo que el árbol tenía razón... Estas escaleras no tienen fin -pensaba.

De pronto, comenzó a ver las gruesas raíces del árbol que brotaban desde lo profundo de aquellas escaleras; fue entonces que algo llamó poderosamente su atención, así que siguiendo aquellas lágrimas ambar, de repente se encontró con...

-¡Ooh! ¿Qué es eso? ¡Se ve extraño! Parece... ¡Ooh, por todos los espíritus!

Al acercarse a una de las raíces que brotaba del centro de aquel árbol, en medio de aquellas fuertes palpitaciones que retumbaban sus oídos, pudo apreciar la figura desnuda de una mujer a quien le brotaban raíces de sus manos y pies... Así que se acercó cautelosamente hacia aquella mujer ¡cuando de pronto!

-¡Ooh, no... No puede ser! ¡Soy yo! ¡Por todos los espíritus! ¿¡Pero cómo me libero!? -se dijo a sí misma...

Y mientras se acercaba a su cuerpo desnudo y sus lágrimas rodaban indefensas por sus mejillas, extendió su mano para tocar aquellas raíces ¡cuando de pronto sintió una fuerte sacudida en su interior que la llevó a recordar de manera vívida desde el día de su nacimiento hasta su fatídica muerte, cuando el malvado Mollsidorf hambriento de poder usó como carnada a sus lobos Kaia y Kaios, hipnotizándolos, para llevar a cabo su maléfico plan.

Fue así como Nidawi, fue atacada por sus propios lobos a la entrada de su tepee, mientras Mollsidorf introducía en su boca la cría de una de las serpientes más letales de Khizíes, la Enhysii Waruy con la finalidad de acabar con ella desde sus entrañas. Lo que el maligno Mollsidorf no supo es que al introducir aquella cría por su garganta, esta efectivamente mordió sus amígdalas ocasionándole instantáneamente la muerte, pero al escuchar el siseo de su madre reclamando su presencia, salió de su boca buscando a su madre.

Cuando todo pasó y abrió sus ojos, se encontró de frente con su espíritu...

-¡Sí! ¡Soy yo, Nidawi! ¡Tu espíritu... Tu esencia! Aunque una parte de mí vive dentro de ti, tengo muchos años esperando este momento -dijo su espíritu.

-¡Pero no comprendo! ¿Cómo es que llegaste aquí? ¿Y por qué salen raíces de tu cuerpo? -preguntó Nidawi consternada.

-Te explico pequeña -dijo su espíritu con dulce voz-. Cuando mi cuerpo fue encontrado por los niños Khizíes y Mime junto a otros pobladores llegaron al lugar, la Madre Tierra reclamó mi cuerpo para preservarlo y me trajo hasta aquí, ¡al hogar de Tépow, a las raíces de la vida! De lo contrario, Mollsidorf hubiera usado mi cuerpo para su oscura magia, obteniendo un poder absoluto, ¡eso era lo que él quería, y aún quiere! No en vano ha buscado mi cuerpo durante todos estos años por cada rincón de nuestras tierras. ¡Aquí mi cuerpo está protegido y soy feliz viendo brotar la vida a través de mí!

-¿Y yo qué debo hacer? -preguntó Nidawi contrariada.

-¡Tú misión es liberar a nuestro pueblo de la maldad de Mollsidorf para siempre! ¡No será fácil, él no cederá sin luchar con su magia oscura, generando una gran batalla entre el bien y el mal! Pero con mi espíritu intacto en ti; la fuerza, el poder de la magia creadora, la sabiduría que he acumulado a través de los años, la supremacía de la Madre Tierra y el apoyo de nuestros guerreros, segura estoy que lo lograremos.

-¡Tengo mucho miedo! -dijo Nidawi apenada, mientras llevaba las manos a su corazón.

-¡Es normal sentir miedo pequeña! -dijo su espíritu-. Pero lo más importante de esa emoción tan básica y humana es que su objetivo principal es la supervivencia del ser

Seguidamente, tomó una llave que brillaba como un diamante, y una pequeña raíz que ocultaba bajo sus manos y se la entregó a Nidawi.

-Esta llave corresponde a un viejo baúl que nos pertenece, lo encontrarás camino a Wirofgy; la raíz es una vara mágica de gran poder ¡no permitas que llegue a manos equivocadas, o podrías perder la vida! ¿Lo comprendes verdad? -preguntó su espíritu.

-¡Sí, comprendo! -respondió Nidawi.

En ese momento se escuchó la voz resonante de Tépow, el árbol, dirigiéndose al espíritu...

-¡Ha llegado la hora majestad!

-¡Sí, lo sé! -respondió el espíritu-. Ven pequeña, acércate un poco más a mí y toma mis manos.

Cuando Nidawi tomó las manos de su espíritu, este inmediatamente hizo conexión con su cuerpo, mientras Nidawi sentía un fuerte corrientazo que penetraba su cuerpo, y ante el contacto de aquella fuerza descomunal, cayó inconsciente sobre las raíces de Tépow.

Cuando despertó, recostada a las afueras de aquel milenario árbol, sintió una fuerza sobrehumana dentro de sí.

-¡Oh, por fin he regresado! ¡Otra vez en casa! -se dijo a sí misma.

Y aunque su espíritu había regresado, ella podía recordar sin dificultad cada mínimo detalle de la vida de Nidawi -la arqueóloga.

Nidawi, conocía perfectamente cada espacio de aquellas montañas y todo aquel territorio que hasta podía cruzarlo con los ojos cerrados. Así que sin más, se incorporó mientras caminaba feliz rumbo a su lugar favorito.

Luego de un largo camino, que para Nidawi era apenas un breve paseo, la cima de aquella montaña comenzó a temblar bajo sus pies, ¡y de pronto la tierra se abrió mientras emergía de su interior un viejo baúl justo frente a ella!

-¡Ooh, mi baúl! ¡Cuántos recuerdos! -dijo Nidawi emocionada, mientras introducía la brillante llave en la cerradura.

Una vez abierto, se encontró con sus pertenencias y aquella hermosa y delicada capa que tanto amaba. Así que sin pensarlo dos veces, cambió sus vestiduras y continuó su camino saltando de alegría, mientras su viejo baúl flotaba junto a ella.

Nidawi, La Hechicera Del Tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora