Capítulo 3: Nilkhiz Y Mis Recuerdos

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Los siguientes tres días, Nidawi permaneció encerrada en la habitación del modesto hotel, conversando con su madre en busca de consejo y reflexionando sobre el camino a seguir...

-¡No sé qué hacer mami, estoy muy confundida! He estado pensando mucho estos días y aún no tengo ni idea qué hacer. La revelación de aquella anciana me tiene intranquila y me siento fuera de mi centro.

-¡Escucha tu corazón Nidy! ¡Él te ayudará a tomar tu decisión! Yo particularmente, te recomendaría que vayas, enfrentes tu pasado y cumplas tu destino. ¡Pero... Es tu vida y eres tú quien debe tomar la decisión Nidy! Yo te apoyaré, la aceptaré y respetaré, como siempre -dijo Yolcag, su madre.

-¡Gracias mami! ¡Tú siempre tan solidaria, apoyándome en todo! ¿Qué te parece si salimos un rato? Me gustaría caminar por los alrededores y conversar con la anciana.

-¡Por supuesto Nidy, vamos! -dijo su madre.

Así que salieron rumbo hacia la feria de antigüedades. Al llegar, no lograron encontrar el stand de aquella anciana y, por más que preguntaron nadie sabía nada sobre ella.

-¡Qué extraño! ¿No te parece mami? -preguntó Nidawi.

-¡Sí! ¡Yo también estoy confundida! -dijo su madre.

Y aún sin entender, siguieron caminando sin rumbo fijo. Al cabo de un rato...

-¡Oh mami, es la anciana! -dijo Nidawi emocionada.

-¿Dónde Nidy? -preguntó su madre.

-¡Allá mami! va caminando hacia la esquina, cerca de la venta de verduras ¿La ves? -preguntó Nidawi.

-¡Oh si Nidy, es ella! ¡Vamos acerquémonos! -dijo su madre.

Al llegar a la esquina...

-¡Buen día señora Mirmed! -dijeron Nidawi y su madre.

-¡Oh, buenos días! Estaba pensando en ustedes ¿Cómo han estado? -preguntó Mirmed, la anciana.

-Pues la verdad es que estamos un poco confundidas, pues recién acabamos de ir a la feria y nadie sabe nada sobre... -inmediatamente la anciana interrumpió a Nidawi.

-¡Oh, la feria! Allí todos son desconocidos, pues vienen de zonas cercanas a vender sus artículos. Allí nadie conoce a nadie. Y como tú hiciste muy buenas ventas ese día, ya no tengo gran cosa que vender. Así que puedo descansar y vivir sin sobresaltos unos meses -dijo Mirmed, la anciana.

-¡Oh, comprendo! -dijo Nidawi.

-¿Y qué has decidido? ¿Irás a khizíes a reencontrarte con tu pasado? -preguntó Mirmed, la anciana.

-Aún no he tomado ninguna decisión... No termino de digerir su revelación. Por lo pronto, me gustaría visitar la casa de mis ancestros aquí en Nilkhiz -dijo Nidawi.

-¡Comprendo! ¡Vamos, yo las llevo! -dijo Mirmed, la anciana.

Así que caminaron hacia las afueras del pueblo, muy cerca de las montañas, hasta llegar a un hermoso valle con una sin igual arquitectura colonial; rodeado por un camino de calles empedradas, árboles, unas pintorescas casas de adobe, con techos de tejas color ladrillo, con puertas y ventanas coloniales. El lugar era mágicamente único y transmitía una serena paz, se sentía como si una fuente de energía sublime cubriera todo el lugar, y se respiraba un olor a naturaleza con aromas a raíz de canela.

-¡Oh, esto es demasiado hermoso, y aunque te suene extraño mami, me siento como en casa! ¡Y ese olor... Ese olor...! -dijo Nidawi.

-¡Realmente el lugar es muy hermoso Nidy, y ese olor tan peculiar a leche con canela y azú... -dijo su madre, cuando fue interrumpida por Nidawi.

Nidawi, La Hechicera Del Tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora