Sólo hay una pequeña ventana en la pared de esta fría y oscura bóveda. La tenue luz de las velas ilumina unas cuantas docenas de cajas que están apiladas en la pared, proyectando una sombra enorme.
Su Shiyu camina decidido para estudiarlas por un tiempo. Mueve su mano para abrir una caja y el olor a pólvora invade su nariz. La caja está repleta de pólvora negra.
Chu Mingyun alza una ceja y retrocede. Sacude su mano para disipar el olor que invade sus sentidos, negando con su cabeza mientras suelta un suspiro —Que extraño, ¿Qué lugar tiene tanta pólvora? En tu opinión, ¿no es esta cantidad suficiente para demoler toda la capital?
Su Shiyu abre unas cuantas cajas más y ve que todas están llenas de pólvora. Se ríe cuando escucha las palabras de Chu Mingyun.
—No sé si es suficiente para demoler toda Chang'an, pero desde mi perspectiva estoy seguro que es suficiente para destruir la residencia del Gran Mariscal.
—¿Oh? —sonríe Chu Mingyun —¿Te parece? Creo que también pueden destruir el Censorado.
Su Shiyu se da la vuelta y le devuelve la sonrisa a Chu Mingyun; claramente ambos tienen sus propias intenciones.
Chu Mingyun observa a Su Shiyu desde atrás con las manos sobre el pecho y sus pensamientos acelerados. Ve a Su Shiyu cerrar todas las cajas, devolviéndolas a su estado inicial, lo que significa que se está preparado para irse. Justo cuando quiere decir algo para detenerlo, escucha el sonido de movimiento. La luz de sus ojos parpadea. Se da la vuelta para mirar la puerta de metal bien cerrada detrás de ellos y luego le dice a Su Shiyu en voz baja:
—Ven aquí.
Su Shiyu ya se ha dado la vuelta, y curiosamente camina hacia él —Su Excelencia Chu, qué...
Es tomado por sorpresa cuando Chu Mingyun lo conduce detrás de la puerta, con una mano en su cintura mientras es envuelto por los brazos de Chu Mingyun, con la espalda contra el pecho del otro. Su Shiyu instintivamente quiere luchar por liberarse, pero la otra mano de Chu Mingyun le cruza el pecho y lo bloquea. Luego inclina la cabeza hacia un lado para presionar sus labios contra la oreja de Su Shiyu y habla suavemente: "Shh ..."
Un aliento cálido le acaricia la oreja y la gentil voz que le susurra hace que las cejas de Su Shiyu se aprieten, sin embargo, hace un esfuerzo para no moverse. Cuando Chu Mingyun habló, también escuchó el leve sonido de pasos al otro lado de la puerta.
El contrabando de pólvora es un negocio muy peligroso. En comparación con tener que evitar la inspección de las autoridades, estas masivas cantidades de pólvora negra son una amenaza para la vida en primer lugar. Si por alguna razón, se llegan a detonar por accidente, el capital invertido se perdería, al igual que incontables vidas humanas. Por esta razón, Tan Jing hizo arreglos con los guardias para evitar la introducción de cualquier objeto que pueda iniciar un incendio. En este momento, una unidad de patrulla parece pasar.
La ancha puerta de metal es empujada, cubriendo la presencia de ambos completamente. Pasos claros se escuchan en el espacio vacío.
Chu Mingyun puede sentir el compromiso y cooperación de la persona en sus brazos. Lentamente encrespa sus labios y suelta a Su Shiyu, sin embargo, su mano poco a poco comienza a tocar la cintura de Su Shiyu.
Su Shiyu se congela y cierra sus ojos, tratando de ignorar sus acciones. Se concentra en los sonidos de los guardias inspeccionando las cajas.
La tela que toca Chu Mingyun es suave y fina, la cintura en su mano es delgada. Si no fuera porque ahora no es un buen momento para hablar, querría alagar la figura de Su Shiyu sólo para ver su reacción. Es una lástima. De repente, su mano se detiene, sus dedos empujan suavemente, seguro de haber encontrado el objeto que estaba buscando.
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¿Cómo se siente el caballero?
Ficción histórica-Shiyu, mi corazón no miente -con estas palabras de profunda pasión, Chu Mingyun vuelve a meterse la mano en la manga y se pellizca. La sonrisa de Su Shiyu se profundiza de repente. Entrecierra los ojos y separa su boca para preguntar suavemente -:...