Nunca me olvides (Katsudeku)

•16 (Capítulo final)•

Narra Izuku

<Agg, mi cabeza.... ¿Eh? ¿Dónde estoy?>

El ambiente se sentía cálido, agradable. Sentía una textura suave debajo de mi, estaba en una cama. De repente escuché un sonido que conocía bastante bien, el medidor de pulso. Estaba en el hospital.

<E-estoy... estoy a salvo... Salí del infierno...>

Después comencé a escuchar unas voces, bastante suaves como para entenderles. Eran voces femeninas, pero no podía identificar de quienes eran. Intenté abrir mis ojos; poco a poco los fui abriendo, dejando entrar la luz del lugar. Una vez ya más consciente, intenté levantarme, pero dolía.

 –¡Izuku! No te esfuerces tanto– era la voz de mi madre. Voltee y estaban ella y Uraraka-san; ambas tenían los ojos algo rojos, supuse que lloraron al verme –¿C-cómo te sientes?–.

 –...Adolorido. ¿Qué me pasó?– dije algo confundido. Solo recordaba que estaba por ser violado por milésima vez, pero nunca pasó. No sé qué sucedió después.

Me explicaron todo sobre mi condición y mis heridas. Sentí asco hacía mi mismo, y me sentía un débil al no poder hacer nada para defenderme. Me sentía inútil, un idiota. Lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Mi madre me vio y me abrazó con cuidado de no lastimarme.

 –¿D-dónde está Kacchan? ¿Él e-está bien?–.

 –Bakugou-kun se fue hace un momento. Tuvo que ir a hacer unas cosas y dijo que te cuidáramos en lo que no estaba–.

Esas palabras pude haberlas aceptado sin ningún problema; pero al estar una semana más o menos con un violador y todo ese tiempo pensar solamente en él, más mis pesadillas con perderlo... exploté de preocupación. En ese momento me sentía intranquilo, sentía nervios y miedo porque algo le llegara a pasar. Parecía un niño haciendo rabietas. Mi madre salió durante un rato mientras Uraraka-san trataba de calmarme.

No sé por cuanto tiempo estuve así, pero después de ver quién había llegado... no me importó si me sentía con dolor, salí corriendo a abrazarlo, a abrazar a Kacchan.

 –¡Kacchan!– dije mientras me levantaba de la cama casi cayéndome e intentando no ceder ante el dolor.

 –¡Deku! ¡No deberías hacer eso! Te vas a lastimar nerd– dijo Kacchan tomándome de la cintura para evitar que me cayera –Regresa a la cama, se supone que no deberías moverte tanto–.

 –Kacchan... L-lo siento, es que... me emocioné mucho al verte y... –comencé a llorar nuevamente.

 –¿Deku? ¿Qué pasa?–.

 –Y-yo... ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡Lo siento! ¡F-fui un ingenuo y un imbécil! ¡Yo mismo hice que todo terminara así! ¡Si te hubiera escuchado no estaríamos así! ¡Lo siento tanto Kacchan!– decía llorando con la cabeza recargada en su pecho.

Apenas terminé de decir eso, sentí cómo me rodeo con sus brazos. Les pidió a mi madre y a Uraraka-san que nos dejaran un momento a solas; aceptaron sin quejarse. Ahora estaba totalmente solo con Kacchan en esa habitación.

 –Deku, tú no tienes la culpa de nada. No tenías idea de lo que iba a pasar, yo tampoco debería sentirme culpable pero aún así me siento así...–.

 –¿T-tú por qué te sientes culpable Kacchan?–.

 –Porque... no pude salvarte cuando te tenía justo en frente... si hubiera sido más veloz... o si me hubiese dado cuenta desde antes... Tal v-–.

 –Tú no tienes por qué sentirte culpable. Creo... que lo importa es que estoy bien y estamos juntos otra vez...– dije volviendo a abrazarlo.