13. Estocada al corazón

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Agitó las esposas con violencia, otra vez

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Agitó las esposas con violencia, otra vez. Tratando inútilmente de zafarse de aquella mesa y buscar una opción para salir, llevaba un par de horas encerrado en ese asfixiante cuarto de interrogatorios, pero en todo ese tiempo nadie había llegado con él siquiera a preguntarle cualquier cosa.

Jaló las esposas tratando se romperlas, pero no logró nada, bufó desesperado y analizó sus chances de escapar de ahí, verdaderamente eran nulas.

—¿Hola, hay alguien? —Preguntó con voz alta pero nadie le respondió. Pasaron un par de minutos y entonces la puerta se abrió, una mujer entró en la habitación, vestía elegante y llevaba dos vasos de café. Caminó tranquilamente hasta que se sentó frente a él en aquella mesa.

—Lamento la espera, el papeleo es horrible —habló con despreocupación y dejó sobre la mesa una carpeta, su placa y también le aproximó uno de los vasos—. ¿Mayers, cierto? Soy la detective Yuri Nakamura —abrió la carpeta y empezó a leer su expediente—. Veamos, parece que te has estado bastante ocupado en estos meses.

El que dijera semejante cosa le hizo rápidamente entrar en pánico, aunque no lo demostró, tantos años en K'un Dai le habían enseñado a mantenerse en calma aunque la situación le sobrepasara, claro que últimamente no le había servido de mucho.

—Comenzaste a cobrar relevancia, en las calles se hablaba de dos solitarios vigilantes que luchaban contra las mafias de la ciudad. —Acto seguido le mostró unas imágenes tomadas de varias grabaciones de seguridad en las cuales se les veía a él y a su desaparecida compañera luchando contra algunos criminales—. Entonces me pregunté, ¿dónde he visto esos movimientos antes? Y fue ahí donde lo descubrí —esta vez sacó su teléfono y le enseñó un vídeo proveniente de Capital City, el Mago Universal, Vigilante y Venatrix, en compañía de él luchando contra las fuerzas invasoras de Corvyn.
—Eres un héroe, o al menos eso pensé hasta hace una noche luego de que empezaras a crear un escándalo por toda la ciudad.

—¿En dónde está ella? ¿Y mi sensei? Necesito verlos, ahora.

—Escucha, chico, justo ahora soy la única que puede salvarte a ti y a tu extraño abuelo de la cárcel, necesito que cooperen y me digan qué estaban tramando y por qué hicieron explotar todo un almacén —bebió de su café. Jonathan apretó los dientes.

—¿Lee, está bien?

—El señor Fujimoto se encuentra en una de estas habitaciones, digamos que él no ha sido tan conversador como tú. Con ello me refiero que le rompió la nariz a un oficial. —Aseveró la detective, en ese momento el rostro de Jonathan se desfiguró en una mueca de preocupación absoluta, si Lee estaba igualmente detenido, ¿qué había sido de ella?

—¿En dónde está ella? ¿Qué le pasó a Nahia?

—Chico, por favor —empezó a decir ya con hastío—. Ayúdame a ayudarte, coopera conmigo y te diré lo que quieres saber, pero no antes.

Blazer: El Guerrero LegendarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora