14. Fuego interior

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El plan original era regresar al Loto Blanco, recolectar algunas armas y después abandonar la ciudad y conducir hasta la Aldea Aogiri en busca de Nahia, sin embargo todo cambió cuando lo único que encontraron fueron las ruinas llameantes del resta...

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El plan original era regresar al Loto Blanco, recolectar algunas armas y después abandonar la ciudad y conducir hasta la Aldea Aogiri en busca de Nahia, sin embargo todo cambió cuando lo único que encontraron fueron las ruinas llameantes del restaurante.

La gente se había conglomerado y trataban de apagar el incendio, rápido bajaron del auto de la detective y corrieron para ayudar. Justo en el suelo, yacían Kazumi-san y Midori, quienes habían conseguido huir del fuego.

—¡Kazumi-san! —Clamó Lee al llegar hasta ellos, la anciana mujer estaba en shock, cubierta de cenizas y con su aterrada gata en brazos.

—¿Pero qué ocurrió? —Preguntó Jonathan Mayers. Midori tosió con fuerzas y los miró.

—Oni...

—Maldita sea —soltó al instante. Midori volvió a toser.

—Liberaron a Kartasof y a Kazumi-san y a mí nos dejaron en el fuego para morir, a penas pudimos salir de milagro.

Maestro y alumno se miraron, ya no tenían otra alternativa, debían ir con Damon, a pesar de que aquello fuese una trampa. Al cabo de unos minutos los bomberos y la policía arribaron al lugar, por lo cual la detective Nakamura aprovechó y le contó al Comisionado Tanaka sobre la situación en la ciudad, por su parte, los últimos dos sobrevivientes del clan aguardaban a la recuperación de Kazumi-san.

Pero cuando vieron a los paramédicos subiéndola a una ambulancia supieron que todo se había estropeado una vez más.

—¡Na... Nahia! ¡Nahia! —Clamaba la mujer sin poder hacer mucho, estaba sujeta a la camilla y los paramédicos la ayudaban a respirar con un tanque de oxígeno, pero su desesperación al no saber el paradero de su nieta era imposible de contener.

—Ve —le ordenó Lee. Jonathan corrió y llegó hasta la ambulancia, los paramédicos trataron de apartarlo, pero Jonathan alcanzó a sujetar la mano de la mujer.

—Mi-mi nieta... ¿dónde está mi nieta? —Pronunció la debilitada mujer.

Un nudo se formó en su garganta, respiró agitadamente y respondió a pesar de que aquello significaría afligir más a la mujer.

—Damon la tiene... —el rostro de la mujer se deformó, su respiración nuevamente se vio afectada.

—¡Debemos llevarla al hospital, ahora! —Habló uno de los paramédicos.
Jonathan sujetó la mano de la mujer y la miró directamente.

—Le juro por mi vida que la traeré de vuelta, sana y salva.

Bajó de la ambulancia y esta se fue de inmediato, observó entonces los restos humeantes del Loto Blanco, cerró sus puños y avanzó hasta Lee y la detective.

—¿En dónde queda Aogiri?

—Ey, chico, relájate, debemos planear esto con cuidado.

—¡Mira esto, Lee! —Ya no podía contener su frustración—. ¡Damon ha destruido todo lo que me importaba! No puedo dejar que se salga con la suya... si tanto me quiere, entonces iré.

Blazer: El Guerrero LegendarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora