Capitulo XI.
"Yo, estoy realmente cansado, no se si pueda mantener esta farsa por mas tiempo." Yugi estaba caminando en circulos, moviendo los brazos frenético mientras se explicaba. "¡Kaiba-kun ha hecho mucho por mi, pero esto lo esta perjudicando también! ¿O me equivoco Jounouichi-kun?"
"Pues…" El rubio suspira y baja la cabeza, niega suavemente. "No, no te equivocas Yuge. ¡Seto de la pasa mas preocupado guardando apariencias!, apenas pudimos pasar juntos ese fin semana después de meses de vernos en casa una o dos veces a la semana." Rasca su nuca y alza la vista. "Si, esto llego demasiado lejos."
"Yo siempre dije que era una pésima idea." Se queja Mokuba cruzando sus brazos alrededor de su pecho. "¿Que planeas hacer Yugi?"
"Quiero contarle a la manada." Dice decidido, se voltea viendo a sus dos acompañantes. "Pero no se como decírselo a Seto."
"Eso dejamelo a mi." Jono se señala con el pulgar, le guiña un ojo. "Yo hablare con ese cabeza dura, ustedes pueden ir juntos a hablar con la manada."
"Me parece perfecto, ¿les parece si lo hacemos mañana?" Mokuba y Jono asienten, el tricolor suspira y compone una mueca desafiante. "Bien, ¡todo saldrá bien!" Aquello fue más para inyectarse valor a si mismo.
"Si. Ahora siéntate, respira y deja de tomar café que vas a terminar encaramado en el techo."
"O rasgando las cortinas." El pequeño pelinegro ríe maliciosamente.
. . .
"Seto, puedes, por favor, ¡por favor!, detenerte por un momento y escucharme." El rubio iba tras su pareja tratando de encararlo, pero el CEO era como una serpiente, se le escapaba de sus manos y se movia rápido por los infinitos pasillos de su compañia. "¡Seto Kaiba!"
"No hay nada que hablar Katsuya." Responde, sin voltear y con la vista fija en su tableta. "¡Estoy ocupado!"
"¡Pues te haces un tiempo y me escuchas maldita sea!" Lo toma de la muñeca con fuerza y como puede lo lleva a su oficina. Le arrebata la tableta y la estampa contra el piso.
"¡Katsuya que demonios-!"
"¡USTED SE CALLA Y ME ESCUCHA!" Le ordena, con una voz tan potente que ni el mismo sabía que tenía. "¡Yugi me pidió hablar contigo para decirte que le dirá a la manada que tu matrimonio con èl es una farza!" Suelta de golpe sin suavizarlo ni un poco. "¡Y yo vine aquí para avisarte e evitar que intentes detener a Yugi!"
"Espera, espera, ¿que Yugi hara QUÉ?" El castaño estaba procesando lo que escuchó. "¿Por qué haría eso…?"
"¡Por que esta harto, todo esto se nos fue de las manos!" Jono se revuelve los cabellos frustrado, suspira y niega levemente la cabeza. "Al principio, todo era sencillo, por que tu no estabas preocupado y no vivías mirando por sobre tu hombro. Pero cuando tu manada se dio cuenta, cuando Atem empezo involucrarse en tu vida y en la de Yugi empezaste a perder el control." Se tapa los ojos con ambas manos. "Estas estresado 24/7, vives pendiente de lo que hace o no hace Atem, guardas apariencias y a mi ya ni mi ves. En casa te vas directo a la cama, ni me ves ni me saludas."
"Cachorro…"
"¿Sabes lo feliz que fui contigo cuando nos escapamos hace una semana?" Murmura, ahoga un suspiro. "Fue como antes de toda esta locura, tus besos, tus miradas, tu voz... Fui tan feliz." Revela sus ojos, una mirada desolada se posa en ellos. "Y cuando volvimos, regreso la rutina, hiciste como si ese fin de semana no hubiese existo. ¿Sabes que me rompiste el corazón?"
Derrama pequeñas lágrimas, suspira con dolor. Se aparta de Seto, le da la espalda. "… Quisiera tanto haber nacido como Omega. No haber arrastrado a Yugi a esto, si tan solo yo no fuese un insignificante Beta inútil, todo esto-".
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Casualmente comprometidos (OMEGAVERSE)
FanfictionGozaburo Kaiba. Aún muerto lograba joder la existencia, Seto estaba forzado a comprometerse con un omega, cosa que el deseaba evitar ya que, primero que todo, estaba ya enlazado con cierto beta de rubia cabellera y ojos color miel. Entonces, Yugi Mo...