Capítulo XIII
El estruendo de un gruñido gutural hace eco en la distancia. Los presentes se intercambian miradas en consternación y cierto miedo. Posterior al gruñido, se oye otro gran golpe, madera quebrándose contra la pared. Cristales, que uno a uno se van rompiendo mientras son lanzados.
Mahad suspira, toma un sorbo de su té recién hecho. A la par que negaba con la cabeza suavemente, nope, en definitiva no iba a subir allí. Miro de reojo a Seth, quien estaba tomando una taza de café negro concentrado y sin azúcar. Tenía una mirada pesada y un aura aterradora.
Si. Tambien estaba furioso, pero a diferencia de su primo, el se tragaba la ira y no la exterioriza como Atem. El cual escogía lanzar y destruir objetos para descargar tensiones.
"Voy a subir."
Todos voltean de inmediato, ven a Hathor camina con gracia a las escaleras. Ella no demostraba miedo ante los gruñidos y arranques de ira de su hijo, por algo era la gran matriarca de la manada. Aún así, Mahad se apresura a levantarse y logra alcanzarla.
"Señora Hathor, no creo que sea buena idea. Atem esta en frenesí y puede que salga herida."
"Yo parí a ese muchacho." Alza una ceja la mujer, cruzando sus brazos. "Yo le aguante sus berrinches, sus ataques de ira y sus gruñidos. No me va intimidar ni hacer daño, el jamás me ha alzado la mano."
"Pero señora..."
"Alguien debe sacarlo de su berrinche. Tener un ataque de ira mientras Yugi y mi nieto siguen secuestrados en Ra sepa donde, no va ayudar en nada y tampoco mejorará la situación." Mira hacia arriba, hasta el cuarto donde estaba su hijo. "Esta furioso, entiendo, reacciono ante la impotencia de esta situación. Aún así, hay que recomponerse."
Sin poder alegar más, la matriarca sube por las escaleras. Mahad suspira y dice una plegaria al cielo, para el bienestar tanto de ella como el de Atem. Cuando la señora se pone frente a la puerta, golpea con el dorso de sus nudillos la madera de forma leve, no le abren y ella sin más, entra. Ni bien pone un tacón dentro de la habitación, un fuerte aroma a semillas de cacao entre mezclado con cuero le pega en la nariz.
Atem estaba sentado en medio de la habitación sobre un librero destrozado que el mismo tumbo al piso. Estaba mirando a la nada y aparentaba estar en calma, pero su pelo estaba alborotado y erizado por completo. Sus alargadas orejas negro azabache de chacal se asomaban entre los mechones negros y rojizos, junto a su alargada cola negra que caía sin fuerzas.
Sus manos arqueadas, con garras alargadas y negras. Las venas y músculos marcados sobre la piel del dorso de sus manos, dandoles un aspecto más animal que humano. Hathor da un paso más y su hijo gruñe, desde lo profundo de su diafragma y pecho. Ella no se inmuta, solo alza una ceja y cruza los brazos sobre su pecho.
"Voy a pretender que no te atreviste a gruñir a tu madre." La bella mujer etíope se acerca, pasando sobre los escombros rompiendo los pequeños pedazos de madera y vidrio con sus imponentes tacones de aguja.
"… No lo encuentro madre." La voz de su hijo sonaba tan rasgada, ronca. Consumida por sus gruñidos y alaridos de ira. "He volteado de cabeza esta maldita ciudad, cada pequeña roca y revisado todo rincón de Domino City." Aprieta con fuerza sus dientes, sus encías se veían tan blancas. "¡Y NO LO ENCUENTRO!"
Atem lanza un florero de yeso. Este pasa a milímetros de la mejilla de Hathor, ella ni siquiera parpadea y ve de reojo como el florero se estampa contra la pared, los pedazos de yeso afilado que como efecto metralla se disparan a sus espaldas. Sin perder el ritmo, se pone a un lado de su hijo e inclina levemente la cabeza.
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Casualmente comprometidos (OMEGAVERSE)
FanfictionGozaburo Kaiba. Aún muerto lograba joder la existencia, Seto estaba forzado a comprometerse con un omega, cosa que el deseaba evitar ya que, primero que todo, estaba ya enlazado con cierto beta de rubia cabellera y ojos color miel. Entonces, Yugi Mo...